Las acciones de Porsche caen con ganas este martes. El fabricante alemán de coches de lujo ha reducido su previsión de ingresos para todo el año debido a la escasez de piezas de aluminio, lo que podría provocar que tenga que detener la producción de alguno de sus modelos.

Según ha explicado la compañía en un comunicado, la escasez de suministro es el resultado de la inundación de una planta de producción de un importante proveedor europeo de aluminio. Los afectados son componentes de carrocería fabricados en aluminio, que se utilizan en todas las series de vehículos fabricados por Porsche.

«A pesar de las contramedidas inmediatas, cada vez es más evidente que la inminente escasez de suministro provocará mermas en la producción. Se espera que duren varias semanas y que posiblemente lleven al cierre de la producción de una o más series de vehículos. Es de esperar que los retrasos resultantes en la producción y entrega de vehículos no se compensen plenamente en el curso posterior del ejercicio», ha detallado el fabricante germano.

De cara a lo que resta de ejercicio, la compañía espera ahora un rendimiento de las ventas entre el 14% y el 15%, frente a la anterior previsión de entre el 15% y el 17%, y unos ingresos de entre 39.000 y 40.000 millones de euros, frente a la estimación previa de entre 40.000 y 42.000 millones de euros.

La firma teutona también ha reducido el margen EBITDA del negocio automovilístico a un rango comprendido entre el 23% y el 24% desde el rango comprendido entre el 24% y 26% anterior. También recorta el margen de flujo de caja neto hasta un rango comprendido entre el 7% y el 8,5% frente al rango previo de entre el 8,5% y el 10,5%. Además, también esperan que la cuota de vehículos eléctricos de batería (BEV, por sus siglas en inglés) caiga hasta el 12% o el 13% cuando antes esperaba una cuota de entre el 13% y el 15%.

Porsche anunciará los resultados correspondientes al primer semestre de 2024 este miércoles 24 de julio.

VALORACIÓN DE LOS ANALISTAS

Dan Coatsworth, analista de AJ Bell, señala que el impacto de esta noticia «no es enorme», pero no por ello «no dejará de decepcionar a los inversores que han visto cómo las acciones se han estancado durante el último año tras un prometedor comienzo como empresa pública» tras su salida a bolsa en 2022.

«La empresa está tratando de resolver algunos de sus problemas, sustituyendo a su CEO en China, donde las ventas han sido muy bajas, e introduciendo cierto pragmatismo en su estrategia de vehículos eléctricos. No sirve de nada producir muchos vehículos eléctricos si la demanda simplemente no está llegando a la trayectoria que se había previsto», apunta este estratega.

Por su parte, los analistas de Bernstein estiman que el problema de suministro provocará la pérdida de al menos 10.000 unidades en el segundo semestre del año. Sin embargo, si se produjera el extremo superior de la posible reducción de ingresos, cabría esperar una pérdida de hasta 17.400 unidades.

De su lado, los expertos de UBS se han mostrado «sorprendidos» por los frecuentes problemas en la cadena de suministro del fabricante de coches de lujo, una cuestión que «plantea algunos interrogantes sobre la gestión de la cadena de suministro» en la compañía después de que la cadena global de suministro haya sido «muy estable» desde el fin de la crisis de los semiconductores.

«Porsche, y su propietario mayoritario Volkswagen, esperan que las credenciales y la marca de la empresa le permitan finalmente unirse a Ferrari, el niño mimado de la bolsa, en el carril rápido y no quedarse atascado en el tráfico como su compañero del segmento de gama alta Aston Martin», sentencia AJ Bell.

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