Alfonso Pastor afronta la pretemporada con la ilusión de competir por un puesto junto a Andrés Fernández tras haber vivido un año inusual en su trayectoria profesional. El portero, en dinámica de primer equipo desde que aterrizó en el Ciutat de València el pasado invierno, empieza a ver la luz al final del túnel a base de trabajo, constancia y una fuerza mental en el día a día que le ha servido para ganarse a los técnicos de la casa, que consideran que la portería del Levante está muy bien cubierta con la presencia de los dos metas. Su actitud y su rendimiento en los entrenamientos le han garantizado un puesto en la plantilla de Julián Calero pese a que, según se acordó cuando se abordó su fichaje, su condición en la 24/25 iba a ser como jugador de primer equipo. Sin embargo, desde las profundidades del club se descartó cederlo y se apostó por mantener sus servicios. Una apuesta que le devuelve la felicidad a Alfonso Pastor, que tras tener minutos en los dos primeros amistosos del periodo estival, vuelve a sentirse futbolista.
El nacido en Bujalance, recién renovado hasta 2026, deja atrás una temporada complicada y difícil de gestionar. Una operación de menisco en julio de 2023 derivó en un año totalmente en blanco. Durante la campaña 22/23, en la que militó en el Castellón en calidad de cedido por parte del Sevilla, sintió unas molestias en la rodilla izquierda que requerían de una intervención quirúrgica, pero decidió posponer cualquier situación médica debido a su condición de titular indiscutible y al momento que estaba viviendo el cuadro de Castalia, ya que peleaba por posiciones de promoción de ascenso a Segunda División. Su apuesta llegó hasta la final de los playoff contra el Alcorcón: eliminatoria en la que una derrota por la mínima en Santo Domingo le impidió subir a la categoría de plata del fútbol español junto a los ‘orelluts’ y terminando la temporada el 24 de junio de 2023. Sin embargo, su operación de menisco, llevada a cabo dos semanas después del último enfrentamiento frente al Alcorcón, provocó que los tiempos de recuperación se dilataran en el tiempo, recibiendo el alta en octubre, dos meses después de lo previsto, y perdiendo la oportunidad de seguir desarrollando sus cualidades repitiendo cesión en otro club.
La presencia de Orjan Nyland y Marko Dmitrovic en la portería de Nervión, la abundancia de guardametas en el Sevilla Atlético y su tardanza en reincorporarse en la dinámica de trabajo hizo que pasase del protagonismo más absoluto al ostracismo en apenas unos meses. De disputar un total de 38 partidos oficiales en el Castellón a no enfundarse los guantes en el Sevilla ni en otro equipo. Mientras, el Levante aprovechó el contexto abordando su incorporación con Felipe Miñambres como principal valedor de la operación, para cuajar a un portero que esperó no solo su oportunidad, sino también su momento. De esta manera, el club confía en Alfonso Pastor para competir por un puesto bajo palos, a la vez que el cordobés recupera sensaciones sumando minutos en pretemporada.