Como el de la mayoría de los clubs, el mercado del Real Zaragoza comenzó despacio, mucho más lento que la velocidad a la que trabaja la mente del aficionado, siempre ansiosa por estas fechas del año. En realidad, y esta es una ley universal que vale para todos los veranos, no importa tanto la celeridad como la precisión y el acierto. No importa cuándo sino cómo y qué. Más todavía si el número de salidas decididas es altísimo y el de entradas, tanto o más.
La SAD, con Víctor Fernández y Juan Carlos Cordero al frente del diseño de la plantilla, ha consumido ya más de un mes y medio desde el final de la Liga. Primero firmó a Mario Soberón, delantero del Eldense; a Joan Femenías, portero del Levante; a Gori Gracia, centrocampista del Espanyol y a Dani Tasende, lateral izquierdo del Villarreal B, el primer futbolista con el que el Real Zaragoza se adentró en una dimensión interesante. Luego han llegado Iván Calero tras una notable temporada en el Cartagena y la apuesta estrella y millonaria para este año: el delantero serbio Samed Bazdar.
Tasende fue uno de los mejores jugadores en su puesto en la categoría esta pasada Liga a pesar de que su equipo descendió a Primera RFEF. Firmado hasta 2028, fue la primera contratación con la que la SAD enseñó la patita de por dónde iba a ir en lo que quedaba de mercado para abrillantar la plantilla.
Con Iván Calero, el club dio el siguiente salto hacia arriba pagando un traspaso. El jugador del Cartagena fue uno de los laterales diestros más destacados de Segunda la campaña pasada. Seguramente, su rendimiento le colocó en el podio de la categoría, por detrás de Tejero y pocos más. Es un futbolista con unos pulmones tremendos, para ir y venir, poderoso. Marcó un gol y dio cuatro asistencias.
Sin embargo, quien ha situado al Real Zaragoza en una esfera inédita en esta etapa de Segunda ha sido Samed Bazdar, firmado para cinco campañas después de un desembolso inimaginable durante estos últimos once años. Una operación que se puede ir a 3,5 millones de euros con objetivos. Con Bazdar, la SAD ha entrado en una nueva dimensión económica con el objetivo de darle al equipo armas para que entre también en una dimensión deportiva superior. Se trata de un delantero joven (20 años), con una gran proyección, capacidad para jugar de cara a la portería y de nueve y que en el Partizan ha empezado a mostrar una buena relación con el gol. Una apuesta de futuro pero que tendrá que rendir en el presente, no dentro de tres años.
Como con Tasende, como con Calero, como con Bazdar, el Real Zaragoza está dirigiendo sus miradas e invirtiendo buenas cantidades de dinero en futbolistas que han sido top en sus puestos en sus equipos, físicamente en máximos, en un momento álgido de sus carreras o en claras vías de crecimiento y con un gran futuro por delante. Con sus cosas, el tándem Víctor-Cordero le está empezando a dar la vuelta a la plantilla con fichajes muy interesantes de la gama alta del mercado y que aventuran un Zaragoza completamente distinto y, a nada que la cosa funcione, sensiblemente mejor.