Los partidos de la oposición al Gobierno regional en la Junta General –salvo Covadonga Tomé, del grupo mixto– e Izquierda Unida (IU), socio del PSOE en el Ejecutivo, apoyan la creación de una Oficina Económica que esté adscrita a la Presidencia del Principado, aunque con matices. La derecha pone en duda que Adrián Barbón sea capaz de gestionar de forma positiva un organismo de este tipo y critica con dureza sus políticas en materia de inversión. El debate sobre la posible creación de este organismo, defendido por empresarios y economistas, está en cualquier caso abierto y el Presidente no descarta que vea la luz en lo que queda de legislatura. Vista la posición de los partidos, su puesta en marcha contaría con el respaldo de la mayoría de los diputados, que ven con buenos ojos la iniciativa, aunque difieren en su encaje.
Las oficinas económicas se ocupan de coordinar las diferentes áreas de los gobiernos, enfocándose siempre a la actividad económica. En la Xunta de Galicia, donde gobierna el PP, tienen este organismo, así como en el Gobierno central, donde manda el PSOE en coalición con Sumar. La Federación Socialista Asturiana (FSA) rehusó ayer hacer valoraciones sobre la creación de la Oficina Económica en el Principado, al contrario que el resto de partidos. «Es necesaria (la Oficina Económica) siempre y cuando sea efectiva, para lo se requieren medidas que realmente hagan Asturias atractiva a nuevas empresas en materia fiscal», aseguró Luis Venta, diputado del PP, que aboga por un «cambio en el modelo fiscal porque hoy en día no somos atractivos, más aún si nos comparamos con otras comunidades autónomas que sí ofrecen facilidades a estos posibles inversores, especialmente las más próximas a Asturias».
Para Venta, «no tiene lógica poner en marcha una iniciativa para atraer nuevas empresas y que a quienes finalmente se decidan por desarrollar su actividad en nuestra tierra, luego se las asfixie». Y lanza un aviso: «Lo que en ningún caso aceptaremos es que esta oficina se convierta únicamente en un ‘photocall’ para Adrián Barbón. El representante socialista ha demostrado ya desde la pasada legislatura su incapacidad de gestión en áreas cuya gestión él mismo asumió y en las cuales no se vieron avances o incluso, tiempo después de anunciar su titularidad desde Presidencia, había un nuevo reparto de responsabilidades entre los miembros del gobierno».
Vox, tercera fuerza en el Parlamento asturiano, hace un diagnóstico similar. «Consideramos necesario que un Gobierno, sea regional o central, esté compuesto con personalidades independientes y buenos profesionales del mundo de la economía, de la cátedra y de la empresa. Y en este caso (el de la Oficina Económica) es aun más necesario, por contar con un Presidente como Adrián Barbón desconocedor de los asuntos económicos y centrado en asfixiar y sangrar fiscalmente a los asturianos», indica Gonzalo Centeno, diputado de Vox. Y añade que «tememos encontrarnos con un nuevo destino de la agencia de colocación socialista, de nuevos estómagos agradecidos». «Frente a esta, más que posible, solución a nosotros no nos encontrará. Estaremos como siempre denunciando como el socialismo sigue aplicando reglas autocráticas y de puro enchufismo, marca PSOE», finaliza el diputado.
Xabel Vegas, portavoz en la Junta de IU–Convocatoria por Asturias, socio del PSOE en el Principado, apunta que la oficina «puede servir para mejorar la coordinación entre los distintos departamentos en aquellas cuestiones que tienen una clara repercusión, desde la perspectiva económica y de generación de actividad productiva». Aunque «siempre y cuando no se produzcan duplicidades». Para el parlamentario, la creación de este organismo «es una vía que hay que explorar, con una visión amplia que no olvide a las pequeñas y medianas empresas y que además también tendría sentido teniendo en cuenta la futura ley de proyectos estratégicos».
Adrián Pumares, de Foro Asturias, indica que la Oficina Económica «podría ser positiva, pero debería ir acompañada de una reducción del número de cargos de confianza, que en este Gobierno es altísimo». «Es normal que empresarios y economistas defienda su creación, porque el Gobierno de Barbón va sin rumbo», subraya.
Covadonga Tomé, del grupo mixto, es la única que se mostró en contra: «Nosotras estamos en otro paradigma». «No compartimos ese consenso capitalista por el cual los territorios tenemos que luchar unos contra otros para atraer supuestas inversiones de «tiburones de Wall Street», destaca.
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