La costa de Galicia enamora a cualquiera que se atreva a recorrerla, con sus impresionantes acantilados, sus hermosas playas y el indómito océano Atlántico que resuena en las calles de sus pueblos marineros. Uno de estos pueblos es Combarro, un destino famoso por sus hórreos, pequeñas construcciones elevadas alineadas junto al mar, que se sitúa a orillas de la ría de Pontevedra.
Un pueblo entregado como un regalo
Su historia se remonta al siglo XII, cuando la reina Urraca I de León donó el pueblo y la vecina Isla de Tambo al monasterio de San Xoán de Poio. Durante siglos, Combarro dependió del monasterio, concretamente, hasta mediados del siglo XIX, manteniéndose como una humilde aldea sin fortificaciones ni puerto comercial, lo que evitó que se destruyera, algo muy frecuente en la región, y permitió el asentamiento de la nobleza.
El mar, la magia y la muerte conviven en Combarro
El pueblo cuenta con historias y leyendas de todo tipo, transmitidas a lo largo de los siglos de madres a hijas. Una de estas es la de los cruceiros, que son monumentos de piedra utilizados como símbolos de devoción religiosa que ahuyentan el mal. Según la tradición, los cruceiros se colocaban en los caminos y las plazas porque eran puntos donde se creía que se reunían las meigas, y su finalidad era mantener a raya a los espíritus malignos.
Cruceiro situado en una plaza de Combarro para ahuyentar la magia oscura de las meigas.
Otro mito popular habla de la Isla de Tambo, que se observa desde Combarro. Se dice que está habitada por seres mágicos típicos de la amplia mitología gallega. Los pescadores locales cuentan historias sobre luces extrañas y figuras espectrales que aparecen en la isla, especialmente durante las noches de niebla.
En esta línea, existe una leyenda que asegura que uno de los hórreos de Combarro, construido muy cerca del mar, está encantado y lo habita el espíritu de un pescador que murió durante una terrible tormenta. Muchos creen que en las noches de luna llena aún se puede escuchar el sonido de sus pasos y el murmullo de sus oraciones pidiendo protección para los pescadores que salen a ganarse la vida al mar.
¿Qué ver en este pueblo marinero?
Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972, Combarro ha sabido mantener su encanto tradicional a pesar del auge del turismo. Como se ha mencionado en párrafos anteriores, uno de los principales atractivos del lugar son sus hórreos: pequeñas construcciones de piedra y madera utilizadas para almacenar granos y mantenerlos secos. Hay más de 60 hórreos en el pueblo, muchos de ellos alineados a lo largo de la costa, creando un horizonte único.
Antiguos hórreos construidos junto al mar en Combarro, Pontevedra.
El casco antiguo de Combarro es un laberinto de estrechas calles empedradas, donde destacan las casas marineras. Estas casas, construidas sobre una base de granito, se caracterizan por tener una planta baja que originalmente servía como almacén para los aparejos de pesca y las herramientas agrícolas. En las plantas superiores se encuentran las viviendas, que suelen tener balcones de madera, hierro o piedra, muchas veces coloreados con los restos de pintura de los barcos.
Otro elemento distintivo son los ya mencionados cruceiros, ubicados a lo largo del pueblo, que tienen la particularidad de que la figura de la Virgen mira hacia el mar, mientras que la del Cristo está orientada hacia la tierra. Asimismo, el Monasterio de San Xoán de Poio, situado a unos 3 kilómetros de Combarro, es otro lugar que no puedes dejar de visitar. Este monasterio benedictino, fundado en el siglo VII, es famoso por su gran hórreo y su rica historia.
Por último, la Playa do Padrón es el lugar perfecto para relajarse, conectar la naturaleza y disfrutar del mar. Desde esta playa se obtienen algunas de las mejores vistas del pueblo. Así que no olvides llevar contigo la cámara mientras la recorres.
El mejor marisco y una copita de Albariño
La gastronomía de Combarro es una celebración de los productos del mar y de la tradición culinaria gallega. Este pueblo marinero ofrece una variedad de platos entre los que destaca el pulpo a la gallega, cocido a la perfección y servido en rodajas con sal, pimentón y aceite de oliva, a menudo acompañado de patatas cocidas; así como las empanadas gallegas, especialmente la de bacalao con pasas o la de berberechos, que son famosas por su masa crujiente y sus suculentos rellenos.
Los mariscos frescos son la estrella de la cocina tradicional del pueblo. Los mejillones, cultivados en las bateas de la ría de Pontevedra, son muy populares y puedes degustarlos de infinidad de formas. Una de las más recomendadas es durante la Fiesta del Mejillón, donde se preparan un sinfín de recetas. Además, el arroz con bogavante y las cigalas son otras opciones excelentes.
Para los que prefieren los postres, probar las filloas con crema y las milhojas de nata es imprescindible. En cuanto a bebidas, el vino Albariño es el acompañamiento ideal para los platos de mariscos y pescados. Este vino blanco, típico de la región de Rías Baixas, tiene una frescura y unas notas afrutadas inconfundibles.
Uno de los mejores destinos costeros según The Telegraph
La belleza natural y arquitectónica de este pueblo marinero de la costa gallega conquistó a la periodista Annie Bennet, quien elaboró y publicó en el afamado diario británico The Telegraph una lista con los 20 mejores destinos costeros de España. Situando a Combarro en el puesto 14 de este ranking que preside el precioso pueblo gaditano de Sanlúcar de Barrameda, el cual también te animamos a conocer.
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