Los jugadores de Inglaterra salieron en estampida cuando Trent Alexander Arnold estampaba en la red el quinto penalti que blindaba el triunfo frente a Suiza. Corrían por la euforia y corrían huyendo de la pesadilla que les atormentaba desde la última tanda afrontada que, para más inri, aconteció en la final de la anterior Eurocopa que perdieron en casa frente a Italia.
Entre los lanzadores que corrieron como locos estaba Bukayo Saka. El extremo del Arsenal fue quien más y peor pagó aquella derrota. Lanzó el quinto tiro y lo falló. Como habían lanzado y fallado antes Marcus Rashford y Jadon Sancho, que no han sido convocados por Gareth Southgate. Pero la ira y la saña cayó sobre él. Saka, que tenía 19 años, recibió un sinfín de burlas e insultos por el error con el infame aderezo del racismo.
Saka era el más feliz tras acertar su penalti ante Suiza: se quitó la amargura del error definitivo en el quinto que lanzó ante Italia en la final perdida de 2020
Orgulloso de sí mismo
Cumplidos los 22 este verano, sintió en Düsseldorf que había «cruzado la línea» después de transformar el tercero, acertar y que Inglaterra ganara. Ya la había cruzado con el gol que sirvió para empatar el partido después de que Breel Embolo adelantara a Suiza. Cinco minutos después, con un gran tiro cruzado estableció el 1-1 con el que se llegó a los penaltis.
«Saka es muy valiente. Es uno de los mejores chutadores, así que nunca dudamos de que lanzara un penalti», explicó Southgate, el más cariñoso con Saka en el triste precedente, y que le había designado como el quinto lanzador bajo la presión de Wembley. «Sabía que había mucha gente nerviosa mirando, como mi familia, pero mantuve la calma y marqué», explicó el delantero, «orgulloso de mí mismo» por haber superado el trauma.
«Saka es muy valiente. Es uno de los mejores chutadores, así que nunca dudamos de que lanzara un penalti»
Basta con uno
Quien no corrió ni un metro fue Jordan Pickford, el portero, el otro protagonista inglés que participó en las dos tandas. En la del 11 de julio de 2021 detuvo dos penaltis y resultó insuficiente; en la del sábado bastó con la parada al tiro de Manuel Akanji. Más tatuado, más engominado y más aparatoso, Pickford ganó el concurso de la expresividad sobre el césped del Düsseldorf Arena.
Pero ni Saka ni Pickord desearían pasar por el mismo trago otra vez pese a que la tendencia de los penaltis apunta una clara mejoría. Con Southgate se han ganado tres de las cuatro últimas afrontadas, incluyendo en ellas, durante el mandato del técnico, una tanda con Suiza en la Liga de Naciones y una con Colombia en el Mundial 2018.
La tendencia inglesa apunta a una clara mejoría durante el mandato de Southgate con tres triunfos en cuatro tandas sumando otras competiciones.
Tradición negativa
Tampoco quieren llegar a ese límite en Países Bajos. Se miden dos países con una tradición negativa desde los once metros. Los que más tandas han perdido. Comparten, por ejemplo el trauma de haber perdido dos veces ejerciendo de anfitriones en casa. Los naranjas sucumbieron en el Amsterdam Arena en la semifinal de 2000, frente a una Italia que resistió con diez el acoso local (0-0), cuando se desperdiciaron dos penaltis en el tiempo convencional y tres más en la tanda (1-3).
Inglaterra sólo ha triunfado en dos de las seis tandas disputadas en la Eurocopa, lo que ha cimentado un justificado pesimismo del que parece huir. Antes de derrotar a Suiza solo había vencido a España en los cuartos de final de la Eurocopa de 1996. Entonces empezó el gafe. Sucumbió en la ronda siguiente, en la semifinal ante Alemania (el último lo marró Southgate), y cayó eliminado de esta guisa en los cuartos de final de 2004 (ante Portugal) y 2012 (Italia) hasta la final de 2020.
Inglaterra sólo ha triunfado en dos de las seis tandas y Países Bajos en una de cuatro en sus respectivas trayectorias en la Eurocopa.
Complejo parecido
Los neerlandeses sienten un complejo parecido aún por enterrar. Han salido airoso en una de las cuatro tandas. Nadie se acuerda de que fuera en 2004, en los cuartos de final frente a Suecia. La negra historia se expandió desde la derrota de las semifinales en 1992 con Dinamarca, los cuartos de 1996 con Francia hasta la semifinal con Italia de 2000.
La frustración de los neerlandeses se amplía con las experiencias en los Mundiales después de dos eliminaciones seguidas con Argentina (2014 y 2022)
La historia de los neerlandeses en los Mundiales no mejora se mire por donde se mire. Las dos últimas tandas que recuerdan fueron sendas derrotas con Argentina en Brasil-2014 y Qatar-2022.
Bart Verbruggen, el joven meta de Países Bajos (21 años y apenas 12 internacionalidades) se ha puesto a estudiar. «Tenemos grandes programas informáticos en los que todo está grabado. Se puede obtener una gran ventaja del análisis. Me gusta trabajar mucho desde el análisis», explicó Verbruggen antes de enfrentarse a Rumanía en los octavos de final, cuando se dibujaba la amenaza real de jugarse la vida en los penaltis.