Los jugadores de Inglaterra salieron en estampida cuando Trent Alexander Arnold estampaba en la red el quinto penalti que blindaba el triunfo frente a Suiza. Corrían por la euforia y corrían huyendo de la pesadilla que les atormentaba desde la última tanda afrontada que, para más inri, aconteció en la final de la anterior Eurocopa que perdieron en casa frente a Italia.

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