Superadas las urnas y sin mayorías claras, Francia entra ahora en una nueva fase: la de las alianzas y la posible coalición de gobierno, y en este punto hay una pieza que no encaja: el líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon. Su figura siempre ha generado en el país división de opiniones y rechazo entre otros partidos políticos, incluidas las propias izquierdas. Tras la victoria del Nuevo Frente Popular, donde LFI tiene un importante peso, el líder de los insumisos puso sus primeras condiciones e invitó a Emmanuel Macron a «inclinarse y aceptar su derrota», al mismo tiempo que insistió en que «el primer ministro debe irse».

Fuente