- Pregunta sobre las armas de ETA
- Actuaciones policiales para una causa judicial
- Artefactos desactivados
- Granadas y bombas de aviación
- Amonitol, cordón detonante, armas…
- Objetivo: recuperar todo el material no localizado
ETA facilitó en abril de 2017 la localización de ocho zulos en el suroeste de Francia, en un gesto que pretendía dar credibilidad al anuncio previo de que había decidido proceder a su “desarme”, bajo el control de unos autodenominados “verificadores” internacionales.
Hubo cierta confusión, porque sólo dio datos de ocho zulos, cuando había prometido entregar doce. Eso llevó a que se apuntara que la cúpula de la banda terrorista había perdido el control de algunos de los escondites de armas y explosivos.
En los zulos descubiertos, las fuerzas de seguridad francesa incautaron 120 armas, tres toneladas de explosivos y abundante munición.
Pregunta sobre las armas de ETA
Esa entrega de armas no supuso la incautación de todas las armas y explosivos de ETA. Desde entonces, se ha producido un lento goteo de hallazgos de almacenes donde los terroristas escondieron en el pasado armas, explosivos y otros materiales.
Confidencial Digital ha podido saber que el Ministerio del Interior ha dado respuesta a una petición de acceso a información pública, al amparo de la Ley de Transparencia, sobre las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad sobre los arsenales de ETA encontrados desde el año 2018.
Un particular pidió hace meses datos sobre “el número de hallazgos y de actuaciones efectuadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en relación al armamento y arsenales localizados y pertenecientes a la Guerra Civil Española en el periodo desde el 2018 hasta el momento presente, año a año; así como el número de hallazgos y de actuaciones efectuadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en relación al armamento y arsenales localizados de la ETA desde el 2018 hasta el momento presente, año a año”.
Quería conocer el detalle de los hallazgos y actuaciones: fecha, lugar, material encontrado, si se explosionó parte del hallazgo…
Actuaciones policiales para una causa judicial
El departamento de Fernando Grande-Marlaska no facilitó la información relacionada con los hallazgos de armas de ETA. Argumentó que la solicitud debía ser inadmitida según el apartado segundo de la disposición adicional primera de la Ley de Transparencia, que establece que “se regirán por su normativa específica, y por esta Ley con carácter supletorio, aquellas materias que tengan previsto un régimen jurídico específico de acceso a la información”.
Así lo entendió porque “la información solicitada forma parte de actuaciones policiales que se han incorporado a una causa judicial, sobre las que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya no tienen capacidad de decisión, por lo que quien desee acceder a estas actuaciones, debe someterse a un régimen especial de acceso”.
Interior explicó que el régimen de acceso a las diligencias judiciales “tiene una regulación especial”, establecida en el Real Decreto de 14 de septiembre de 1882 por el que se aprueba la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Ese régimen especial de acceso también se recoge en la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, y en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
Por ello, el solicitante debería acudir a los procedimientos indicados en esas leyes, y no por la vía de la Ley de Transparencia.
De esta forma justifica no dar información sobre las armas y explosivos de ETA que puedan haber hallado la Policía Nacional y la Guardia Civil desde 2018. Expresamente ni confirma ni desmiente que haya habido esas incautaciones, si bien parece apuntar que sí ha habido actividad en ese sentido, ya que explica que “la información solicitada forma parte de actuaciones policiales que se han incorporado a una causa judicial”.
Artefactos desactivados
Lo que sí facilitó el Ministerio del Interior fueron estadísticas del número de artefactos reales que fueron objeto de intervención o desactivación por la Policía Nacional y la Guardia Civil.
La Policía Nacional intervino 175 artefactos en 2018, 129 en el año 2019, 158 en 2020, 198 en 2021, 163 en 2022, y llevaba 47 hasta el 30 de junio de este 2023. Suman un total de 870.
Eso sí, son datos genéricos en cuanto a su origen, porque “no es posible asegurar que su procedencia sea concretamente de la Guerra Civil”.
Tampoco concretó el tipo de proyectil o de explosivo que se han hallado en todos estos años.
Granadas y bombas de aviación
Más detallada fue la información de la Guardia Civil, que entre 2018 y 2023 desactivó 4.644 artefactos: 1.241 (2018), 1.155 (2019), 693 (2020), 654 (2021), 664 (2022), 288 (2023).
La lista facilitada en este caso indica la provincia donde se encontró cada explosivo, la cantidad de artefactos localizados en cada caso, y el tipo de material: hay espoletas, granadas de mano, de fusil, de mortero, de lanzagranadas, diferentes tipos de bombas de aviación y de proyectiles de artillería (incendiario, rompedor, fumígeno, trazador…)…
El autor de esta solicitud de información critica que el Gobierno no aporte datos de las armas y explosivos intervenidos a ETA en los últimos años. Cree que lo hace porque, de facilitar la información, “chocaría con su relato oficial de que ETA ha desaparecido a pesar de que todavía se siguen encontrando zulos de la ETA con armamento y explosivos, mientras que por el contrario”.
Por contra, destaca que Interior sí que informa sobre el hallazgo de armamento y explosivos de la Guerra Civil (aunque no se detalla que sea de ese conflicto), “como si ésta perviviera en el momento presente, después de transcurridos casi 90 años, en línea con su política de Memoria Democrática selectiva”, “mientras que mantiene un notorio silencio sobre ETA, mucho más reciente, por mero interés político y electoralista, y en donde todavía quedan casi 400 asesinatos sin esclarecer”.
Amonitol, cordón detonante, armas…
Sobre el goteo de incautaciones de arsenales de ETA ocultos en zulos, desde 2018 se han ido publicando noticias con cada episodio. Corresponden a la Ertzaintza, en el País Vasco, y a la Gendarmería u otros cuerpos, en Francia:
— Diciembre de 2017: el día de Nochevieja un hombre encontró de manera fortuita otro zulo en un bosque de Tosse, en la región de Aquitania. Se encontraron dos cajas de plástica con detonadores y explosivos, y mapas con insignias de ETA.
— Junio de 2019: la Ertzaintza encuentra dos bidones con cordón detonante, detonadores y temporizadores en un monte de Arraia-Maeztu, en Álava.
— Agosto de 2019: explosivos, cartuchos, detonadores y percutores se encuentran en un zulo detectado cerca de París.
— Octubre de 2021: por aviso de un montañero, de nuevo la policía autonómica vasca interviene armas y municiones en una cueva en Ataun, en Guipúzcoa.
— Julio de 2022: la Gendarmería francesa incauta o destruye una decena de detonadores con el anagrama de ETA en un zulo encontrado en un bosque de Accous, en el departamento de los Pirineos Atlánticos, y también encuentra cuatro garrafas de 25 litros con explosivo amonitol.
— Octubre de 2022: la Ertzaintza localiza ocho detonadores, restos de mecha y dos kilos de explosivo tipo Goma en una cueva en Oñate (Guipúzcoa).
Además, la Guardia Civil detuvo en 2020 en Vitoria, San Sebastián e Irún a tres hombres, sospechosos de haber controlado el zulo desmantelado en 2019 en Arraia-Maeztu.
Objetivo: recuperar todo el material no localizado
En esta lista no se citan incautaciones de la Guardia Civil ni de la Policía Nacional.
Pero en documentos oficiales el Ministerio del Interior estableció que era “fundamental recuperar todo el material no localizado, armas y explosivos, así como elementos logísticos que permitan desarrollar su vida en la clandestinidad, utilizado anteriormente por las organizaciones terroristas, evitando de este modo que pueda ser utilizado por quienes quieran continuar su actividad”.