La historia de Emilio de Benito no es fácil de resumir en solo unas líneas. Hay que escucharlo detenidamente, con calma, sin prisa. Recibe a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del mismo grupo editorial, en la sede de COGAM – Colectivo LGTB+ de Madrid, donde ejerce como vocal de salud, en las horas previas a la gran manifestación del Orgullo. “Lo tenemos todo listo ya”, cuenta con una gran sonrisa e invita a que tomemos asiento, y que nos sintamos “como en casa”, porque para él lo es. Él pertenece a esa parte del colectivo que ha visto cómo los derechos iban avanzando a medida que “supuestamente” caían los estigmas. También vivió el terror provocado por la gran crisis del VIH, del que no pudo escapar: “Me lo detectaron en 1997, a la misma vez que mi pareja, él falleció y yo me libré”, relata. Hace diez años llegó otro diagnóstico: un cáncer bucal provocado por una infección del virus del papiloma humano (VPH), del que también está recuperado. Pero de lo que no ha podido desprenderse es de la incomprensión vivida entre las cuatro paredes de una consulta médica, “cada una de ellas es una salida del armario”, comenta.

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