La cirugía estética vive un auténtico ‘boom’. Según los datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) del año pasado, el volumen de intervenciones de operaciones (más de 200.000) en España se ha incrementado un 215% con respecto al último informe.
El aumento de mamas con implante es, con diferencia, la intervención más practicada en nuestro país (al igual que en el resto de países de nuestro entorno), con un incremento del 19,4%. También ha incrementado el número de operaciones de reducción de mamas.
Sin embargo, hay muchas personas que desearían someterse a una operación de estética y que no lo hacen por miedo. Pero, hay alternativas a la cirugía con las que se pueden conseguir buenos resultados, ganar seguridad y autoestima, y con procedimientos menos invasivos. Hablamos de la estética facial, que ha ganado popularidad en los últimos años.
Como explica a ‘Guías de Salud’ la doctora Mar Gonzálvez, “según la edad, el tipo de persona y sus expectativas optamos por tratamientos quirúrgicos, médico-estéticos o ambos. Hablar, estudiar, diagnosticar al paciente y consensuar todo resulta clave para el éxito. Son muchas las variables que entran en juego y múltiples los tratamientos existentes”.
Hay múltiples técnicas que nos permiten mejorar aspectos relacionados con la piel; otros tratamientos relacionados con el esqueleto y estructuras faciales; y los derivados de las arrugas de expresión en la zona superior de la cara, por ejemplo.
Los tratamientos más demandados
Según el último informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) de ‘Percepción y uso de la estética en España en 2023’ los tratamientos más realizados fueron:
- Neuromodulación con toxina botulinica. Tiene el objeto de relajar los músculos causantes de las arrugas de expresión en el entrecejo, en las patas de gallo o en la frente, que generalmente nos confiere una mirada cansada o de enfado. “Actualmente, la tendencia es relajar esos músculos más que congelar la mirada, como se hacía más antaño para poder darnos una mirada descansada, pero sin arrugas, y permite nuestra expresión”.
- Inyectables como el ácido hialurónico. Es una molécula que tenemos ya en nuestro organismo en muchas partes de la cara, y que se está creando y destruyendo de manera continua. Se utiliza como material de relleno. “Nos confiere un efecto de buena cara si seleccionamos el adecuado y lo colocamos en el lugar preciso”.
- Láseres de IPL mesoterapia. Se puede mejorar la calidad de la piel. “Con el paso del tiempo nuestra piel, que es como la pintura de nuestra cara, se va haciendo grande, como un acordeón que se estira o una camiseta de algodón que, de tanto lavarla, se agranda y pierde densidad. Esto se traduce en manchitas, arrugas finas, poro visualmente dilatado, flacidez o pérdida de luminosidad”.
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP). Es un novedoso tratamiento que estimula la producción de colágeno, elastina y tejido epidérmico, por lo que se utiliza como tratamiento para el envejecimiento facial, consiguiendo una piel más tersa.
Ventajas de los tratamientos estéticos no quirúrgicos
Son procedimientos mínimamente invasivos que se realizan generalmente en consulta médica. Presenta varios puntos clave que, como pacientes, tenemos que tener en cuenta, como resalta la especialista en cirugía maxilofacial:
- El centro debe contar con licencia de centro sanitario autorizado para ejercer la medicina estética.
- El médico adecuadamente formado para poder diagnosticar al paciente.
- Es necesario orientar el mejor tratamiento y que tanto la selección de los productos médicos como la colocación sea la adecuada para que los procedimientos sean seguros y eficaces.
La doctora Gonzálvez señala que “la ventaja de todos estos procedimientos es que, al ser ambulatorios, nos permiten en la mayoría de los casos, una incorporación inmediata a nuestra vida social o laboral, si bien no están exentos de efectos secundarios”.
En otras ocasiones, “si lo que buscamos es una mejoría completa y transversal del envejecimiento tenemos que recurrir a ambos tratamientos, como por ejemplo cuando realizamos un lifting facial: readaptamos la piel a su nuevo esqueleto (algo más pequeño) y recortamos todo lo extra de grande que se ha hecho con el tiempo».
- «Pero eso no mejora la calidad de la misma si no realizamos tratamientos con láser, peelings o mesoterapia y las arrugas de expresión las relajamos con la neuromodulación”.