El Rey Felipe VI ha puesto fin con una visita a la base de Adazi (Letonia) a su gira de tres días por los países bálticos con la que ha reafirmado el firme compromiso de España con la defensa de Estonia, Letonia y Lituania frente a la amenaza de la vecina Rusia y ha querido trasladar también su reconocimiento a la labor de las tropas españolas que están desplegadas en esta región para garantizar la protección del Flanco Este de la OTAN.

Acompañado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien ha viajado exclusivamente para la visita al contingente español en Adazi, después de que el Rey haya realizado sin ningún ‘ministro de jornada’ el resto de la visita, Don Felipe ha podido conocer de primera mano junto con el presidente letón, Edgar Rinkevics, la labor que realiza la Presencia Militar Reforzada (ePF) de la OTAN y, posteriormente, más en concreto las tropas españolas.

Asimismo, como en sus encuentros en Estonia y en Lituania con los contingentes desplegados en estos países en el marco de operaciones para reforzar la seguridad y la defensa del Báltico, el monarca también ha tenido ocasión de departir un rato, ya solo acompañado por Robles, con los militares españoles en la base, a quienes ha trasladado su reconocimiento y agradecimiento por la labor que realizan frente a la amenaza rusa.

También ha tomado brevemente la palabra la ministra, para resaltar el hecho de que el monarca haya realizado esta visita.

En Adazi, situada a 260 kilómetros de la frontera rusa, hay desplegados unos 650 efectivos en el marco de la misión de la OTAN ‘Presencia Avanzada Reforzada’ (eFP, en sus siglas en inglés). El contingente español cuenta con seis carros de combate ‘Leopard 2 E’ y 14 vehículos de combate de Infantería (VCI) ‘Pizarro’, que se han desplegado por primera vez en el exterior para esta misión.

Medios mecanizados y antiaéreos

También se aportan otros medios mecanizados como el transporte oruga acorazado (TOA) M-113, morteros pesados, vehículos de combate de Zapadores (VCZ) y misiles contra carro ‘Spike’.

Asimismo, España tiene desplegada en la base aérea de Lielvardes, a unos 60 kilómetros, una batería antiaérea NASAMS.

Broche a una gira de reconocimiento

Con esta visita, el monarca ha puesto el broche a una gira con la que se buscaba, en particular, reconocer la labor que realizan las tropas españolas que operan en los países del Báltico, que con su despliegue contribuyen a garantizar la seguridad de Estonia, Letonia y Lituania y también a reforzar elemento de disuasión frente a Rusia, cuya amenaza tienen los tres muy presentes por su pasado histórico.

De hecho, ha sido la tercera visita a tropas desplegadas en el extranjero desde su llegada al trono, de la que precisamente se cumplieron 10 años la semana pasada. La primera se produjo en 2015 y tuvo como destino Líbano.

Último en Irak

Entonces, viajó acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. El último se realizó en 2019 a Irak, con motivo del 51 cumpleaños del monarca, y le acompañó precisamente la actual ministra de Defensa, Margarita Robles.

El monarca ha tenido ocasión de visitar al grupo de combate Dédalo24 que, con el portaaeronaves ‘Juan Carlos I’ al frente, ha participado en el ejercicio Baltops de la Alianza Atlántica en el Báltico. El portareonaves estaba atracado en el puerto de Tallin el domingo junto a la fragata ‘Blas de Lezo’ antes de poner rumbo de regreso a España.

El lunes fue el turno de asistir a un simulacro ‘Tango Scramble’ con el que los pilotos de los F-18 desplegados en la base lituana de Siauliai se entrenan en la intercepción de aviones no identificados, que en general suelen ser aviones rusos que se dirigen hacia el enclave de Kaliningrado.

El actual despliegue, que arrancó el pasado 1 de abril y concluirá el 31 de julio ha realizado ya casi una veintena de interceptaciones reales en este periodo. Su labor, además de proteger el espacio aéreo de la región, también constituye un elemento de disuasión frente a Rusia.

Encuentro entre presidentes

Pero aunque la idea inicial del viaje era sobre todo poder encontrarse con las tropas españolas –cabe recordar que el Rey es también capitán general de los Ejércitos y con esta gira ha podido ver a efectivos de la Armada, el Ejército del Aire y el Espacio y el Ejército de Tierra— los mandatarios de los tres países rápidamente trasladaron a Zarzuela su voluntad de recibirle con motivo de su visita.

Así, Don Felipe ha sido recibido sucesivamente por el presidente estonio, Alar Karis; por el de Lituania, Gitanas Nauseda, y por este martes por el de Letonia.

A todos ellos ha trasladado un mensaje similar: España estará con ellos y mantendrá su despliegue en la zona para garantizar su seguridad el tiempo que sea necesario.

En el caso de Estonia, además, confirmó la próxima llegada al país de una batería antiáerea NASAMS. España ya tuvo desplegada dicha batería en 2023 entre abril y diciembre. Ahora, la intención es que llegue después de verano y se quede hasta final de año.

Polémica por las ausencias

Sin embargo, el hecho de que ningún ministro haya acompañado al monarca desde el inicio de su gira ha opacado en cierta medida la misma. La Constitución estipula que los actos del Rey deben ser refrendados por el presidente del Gobierno o por un ministro.

En esta ocasión, cuando Zarzuela notificó hace semanas a Moncloa el viaje, la respuesta que recibió fue que ningún ministro podría acompañarle.

Robles, la única ministra

Fue cuando Felipe VI estaba ya volando hacia Tallin, su primer destino, cuando desde el Ministerio de Defensa se anunció en un escueto comunicado que Robles acompañaría al monarca «en su visita a las tropas desplegadas» en Letonia.

Por regla general, suele ser el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien acompaña al jefe de Estado en sus viajes al extranjero, aunque en esta ocasión, al incluir visita a tropas, parecía justificada la presencia de la ministra de Defensa.

En otros casos, cuando no puede viajar un ministro, lo hace un secretario de Estado.

Jefe militar ausente

Inicialmente, estaba previsto que fuera el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro Esteban López Calderón, quien acompañara a Don Felipe, pero una indisposición de último momento le impidió hacerlo.

Este es el argumento que ha ofrecido la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien ha sostenido que es «habitual» que sea él quien acompañe al Rey en este tipo de desplazamientos y ha recordado que tiene rango de secretario de Estado.

No obstante, aunque el JEMAD tiene ese rango no puede ser considerado como representante del Gobierno, puesto que no se trata de un político sino de un militar.

En cualquier caso, su ausencia dejó como acompañante principal al jefe del Mando de Operaciones, teniente general Francisco Braco, así como al jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino, quien siempre le acompaña, hasta la llegada de Robles a primera hora de la tarde y para las poco más de dos horas que ha durado la visita a Adazi.

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