La Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género estableció, hace ahora 20 años, un cambio de paradigma «absolutamente revelador y revolucionario»: «Hizo que la violencia de género dejara de ser una cuestión doméstica e intrafamiliar para convertirse en una cuestión que nos compete a todos; en un problema social». Pero, tal y como ha lamentado este martes la ministra de Igualdad, Ana Redondo, puede que ese mensaje no haya calado del todo entre la ciudadanía en general. Por eso, su Ministerio acaba de lanzar una campaña que buscar que todas y todos seamos «cómplices» ante el menor signo.
En ella aparece una universitaria que tiene que enseñar por videollamada a su novio que está con dos amigas. Un hombre mayor impide que la farmacéutica le dé la medicación de la alergia a su pareja porque la deja «tonta». Otro varón, en plena celebración de lo que parece un cumpleaños, le indica a la suya que se cambie, que igual la camiseta es un pelín «exagerada» por el escote que enseña. También está el ex que va a recoger a sus hijos y, ante la reprimenda de la madre por llegar «muy tarde», la amenaza con no volver a verlos; o la vecina que escucha una pelea subida de tono en otro piso de su finca.
«Tan solo una de cada cuatro personas actúa ante un signo de violencia de género. ¿Vas a hacer algo?», interpela la campaña, que ha elegido a personas de todos los orígenes, edades y clases sociales.
Obligación de denunciar
Ese porcentaje pequeño de actuaciones se refiere, casi en su totalidad, a las víctimas que denuncian. Muy pocos avisos vienen de familiares, amigos o compañeros, pese a que una vez que analizan los casos de asesinatos descubren que bastantes personas del entorno habían «percibido algo» pese a no haber actuado. Es algo que han abordado en varios Comités de Crisis.
Por eso, la campaña busca aludir a todas esas personas que perciben algún signo o ven algo extraño en una situación cercana. Quieren que no se le quite importancia a ninguna señal, ni que se piense que todo queda dentro de la privacidad y de la intimidad personal. «Es algo de interés público. Es más, es un delito público: todos y todas estamos obligadas a denunciar. Y no porque lo digamos nosotros, como Ministerio de Igualdad, sino porque así lo indica la Ley de Enjuiciamiento Criminal», ha enfatizado Carmen Martínez, delegada contra la Violencia de Género, que ha recordado que el 016 puede asesorar a cualquier persona, en cualquier situación y momento del día.
«Es importante que los vecinos, los amigos, los profesionales con quienes interactúan la víctima y su agresor sepan que es importante mantener siempre la puerta abierta, para que las víctimas no sientan vergüenza ni culpa cuando den el paso de buscar ayuda. Un pequeño paso de cada una y cada uno nosotros puede ser decisivo en la vida de muchas mujeres», ha subrayado la ministra.
Redondo ha remarcado que de las 58 víctimas mortales por violencia de género que hubo en 2023, 14 contaban con una o varias denuncias. Es decir, solo una de cada cuatro había dado la voz de alarma. En lo que llevamos de 2024, 16 mujeres han sido asesinadas; 1.260 desde 2003, cuando se empezaron a recabar datos. Evitar que la cifra siga aumentado, recuerda, es tarea de todos.
El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico [email protected] y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900202010.
Las víctimas de maltrato sordas, con discapacidad auditiva, ciegas o sordociegas pueden llamar al 016 con 900 116 016, SVisual, ALBA, Telesor, ATENPRO y la app PorMí. Todos los recursos frente a la violencia machista.