Sea noche, sea día
Siempre llegas y siempre te vas.
Pero, siempre, siempre, siempre,
acabas volviendo a la orilla que
espera con ansia tu llegada.
Vecinas, vecinos:
Hoy, como hace más décadas, volvemos a encontrarnos para festejar nuestros comienzos como ciudad y otorgar a un grupo de personas y entidades los honores y distinciones de las que se han hecho merecedores a lo largo de su vida.
De nuevo, como ese mar de ensueño que nos rodea, volvemos a la orilla, al momento fundacional de la ciudad. Hoy las olas del tiempo nos acercan una vez más al momento en el que nos reconocemos en quienes han hecho de su vida y de sus acciones un ejemplo para esta ciudad.
Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad que ha ido creciendo desde su fundación, con una sucesión de generaciones de mujeres y hombres que han dejado en ella la huella indeleble de su memoria en las generaciones futuras.
Esta ciudad, desde su creación, ha ido haciendo caminos con abrazos de mar y espuma, con orillas y salientes. Una ciudad bojeada por el mar, como diría nuestra admirada Dulce María Loynaz, la escritora cubana universal de la otra orilla, dijo:
«Tenían los antiguos una palabra muy bonita para expresar este rodeo de una isla, este ceñirla por el mar muy cerca de la orilla, anotando en grueso infolio, alturas, meridianos paralelos, salientes y ensenadas… Esa palabra era bojear».
La presencia del mar en nuestra ciudad ha sido una referencia constante y ahí han estado nuestros mejores poetas y poetisas, para dejar constancia de ese mar que llevamos dentro, un mar que nos anima siempre hacia la Conquista de lo imposible… En los brazos del encuentro.
Así veía nuestro mar, Josefina de la Torre, y así nos recordaba que ese encuentro permanente del mar con la tierra y de la tierra con el mar, no deja de ser una metáfora del reencuentro permanente con nuestra identidad a lo largo del tiempo.
Vivimos a orillas del tiempo, en una búsqueda constante de equilibrio entre nuestros deseos, nuestras esperanzas y la realidad. Es así como ha surgido nuestra ciudad y es así como debemos seguir haciéndola.
Las Palmas de Gran Canaria es hoy una ciudad abierta a todos los horizontes gracias al mar que la rodea, que la abraza y que la acaricia.
Pero, ese mismo mar también, a veces, se torna un mar doloroso/de amor y de misterio, como nos recuerdan los hermosos versos de Alonso Quesada.
Es entonces, en ese momento, cuando el mar nos hace conscientes de nuestra propia fragilidad frente a las grandes fuerzas de la naturaleza.
Recordamos a Yassine y Alejandro, desaparecidos recientemente en El Confital, y nos solidarizamos con sus familias que sufren el dolor de la pérdida.
Tampoco puedo dejar de pensar, en una noche tan especial como ésta, llena de alegría, la tragedia que viven cientos de personas que pierden su vida en el mar, por el anhelo de alcanzar un mundo mejor. Sea para ellos y para ellas nuestro recuerdo emocionado.
Amigos, amigas, hemos iniciado este acto con un video sobre la ciudad y con un hermoso poema de Alonso Quesada que forma parte de su libro Caminos dispersos y cuyo título es Camino del mar.
Como saben, los poemas recogidos en ese libro nos ofrecen una amplia reflexión sobre la vida urbana y me parece que son especialmente oportunos para este momento, si tenemos en cuenta que, para nuestro gran poeta, el mar es el maestro de lo serio, de la salud y de la fortaleza.
El mar es, para cualquier persona nacida en esta isla, una fuente de inspiración, una referencia permanente en nuestra vida, de modo que pocas cosas podrían tener más sentido para el comienzo de este acto que un merecido recuerdo a nuestra condición de ciudad atlántica y, especialmente, a ese mar que todos y todas llevamos dentro.
Ese mar sobre el que proyectamos nuestras ilusiones, nuestros temores, nuestras esperanzas y que, según el poeta, acerca la esperanza y hace puro el pensamiento que, como un día claro, dibuja la línea del horizonte.
Ese mismo mar que a Dulce Maria Loynaz, le parecía sólo un sueño largo que está soñando la tierra.
Como dije en mi primer discurso institucional, en este acto, no sólo conmemoramos un acontecimiento histórico, sino que, cada año, un día como hoy, renovamos el proyecto de vida en común que representa esta ciudad y lo hacemos reconociendo nuestros valores e ideales en algunos de nuestros vecinos y vecinas, así como en algunas de nuestras entidades.
La relevancia de este acto reside en ese reconocimiento. Concebimos la ciudad como una creación diaria en la que se hacen realidad los mejores valores que hoy reconocemos a través de las personas y entidades homenajeadas. Concebimos la ciudad como un equilibrio dinámico entre construir y habitar.
Queremos a nuestra ciudad, no me cabe la menor duda. Sin embargo, no siempre tenemos en cuenta que es nuestro hogar común, no es sólo una casa o un espacio, o un escenario.
Esta ciudad es la depositaria de nuestros sueños, de nuestras esperanzas, pero también de nuestras inquietudes y de nuestras preocupaciones. Es nuestro legado a las próximas generaciones, por eso debemos respetarla y cuidarla cada día con el mismo cariño que ponemos en los pequeños detalles que hace de nuestra casa un hogar.
Las Palmas de Gran Canaria, como cualquier gran ciudad, necesidad renovarse continuamente, pero hay ocasiones en las que esta renovación debe acelerarse y convertirse en una gran transformación, de lo contrario no podrá superar los grandes retos, ni aprovechar todas las oportunidades que un mundo globalizado nos ofrece, dada nuestra posición geoestratégica, como frontera sur de Europa y punto de conexión entre tres continentes.
Las Palmas de Gran Canaria, como cualquier gran ciudad, tiene necesidad de renovarse continuamente, pero hay ocasiones en las que esta renovación debe acelerarse y convertirse en una gran transformación, de lo contrario no podrá superar los grandes retos, ni aprovechar todas las oportunidades
Para alcanzar este propósito, esta ciudad necesita de sus gentes, de nuestro compromiso permanente, de una gestión eficaz del día a día y necesita de grandes proyectos y planes estratégicos.
Y en eso estamos trabajando con ahínco en esta ciudad. Al tiempo, que nos estamos preparando para crear un futuro en el que nadie quede atrás.
Así, entre los grandes planes estratégicos, quiero mencionar el destinado a mejorar la higiene urbana, la gestión integral del ciclo del agua, la estrategia turística y la estrategia de movilidad. Son los primeros, pero no serán los últimos, vendrán más, como la Estrategia Las Palmas Más Que Bien y la Estrategia Las Palmas Más Próxima.
Y, entre los grandes proyectos, ya realidades, destaco el Concurso Internacional de Ideas para el Paseo Guiniguada de la Cultura y las Artes Canarias y la puesta en marcha de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria a capital cultural europea 2031, con la elección por concurso de las personas que integrarán la Oficina Técnica.
Se trata de acciones cuya fuente de inspiración más importante es la vida de las personas y las organizaciones que a lo largo de nuestra historia han contribuido a mejorar la vida de la gente, y, también, son proyectos basados en un reconocimiento claro de necesidades objetivas de demandas ciudadanas y de sueños e ilusiones compartidos.
Somos muy conscientes de que sólo podremos mejorar la ciudad actual si nos inspiramos en los mejores ejemplos de vida, tanto de las personas como de las entidades. Y cada año, en este acto renovamos esa conciencia.
Es en este sentido, que reconocemos en las personas y organizaciones hoy galardonados aquellas ideas y valores que hacen posible nuestra vida en común: valores como la justicia, la libertad, la solidaridad, la creatividad, el reconocimiento a la diferencia, la inclusión, la tolerancia, el respeto, la sostenibilidad, o la resiliencia.
Elegimos considerar a las personas y entidades de nuestra ciudad que hoy homenajeamos, porque a través de sus acciones y de sus logros se han convertido en referencia permanente para quienes conviven a su lado.
Por eso, precisamente por eso, por su ejemplaridad, los reconocemos como hijos e hijas predilectos, como hijos e hijas adoptivos o les otorgamos la Medalla de Oro de la ciudad.
Así, hoy reconocemos, como hijas predilectas de la ciudad a María Emma Pérez-Chacón Espino y a Rita Pulido.
Emma es una destacada representante de nuestra comunidad científica, maestra de geógrafos, comprometida con el medioambiente y la sostenibilidad. Toda una vida dedicada a ello así lo acredita y su proyecto sobre la playa de las Canteras lo referencia.
Rita Pulido es una de las deportistas más destacadas de Canarias y de España. Nos ha representado en 48 ocasiones en competiciones de natación y en dos Olimpiadas. Hoy reconocemos a Rita Pulido por abrir camino a las siguientes generaciones de mujeres.
Junto a estas dos brillantes mujeres, reconocemos, como hijos predilectos de la ciudad a Tomás Luis Martín y a Nicolás Jiménez León.
Como juez del primer Juzgado Especializado en Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de España, Tomás Luis Martín Rodríguez ha demostrado un gran compromiso, dedicando incansables esfuerzos a los más vulnerables de nuestra sociedad, particularmente en la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia. La innovación desde el cuidado y la sensibilidad hacia las víctimas es referencia fuera de nuestra ciudad.
Nicolás Jiménez León es un ejemplo de emprendedor de la solidaridad, además de un excelente profesional de la peluquería, cuyos servicios fueron requeridos, para peinar a la mismísima diva de la ópera María Callas. Fundador de la Asociación de Peluqueros de Las Palmas, organizó la primera gala benéfica de la peluquería en favor de los enfermos de SIDA. Y tras su jornada laboral dedicó su tiempo libre a ancianos del Hogar de Mayores de Tafira y acogidos en los centros de Santa Rita e Yrichen.
Reconocemos, también, como hija adoptiva de la ciudad, a título póstumo, a Doña Carlota de la Quintana, nacida en Artenara en 1909, como primera médica de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Una mujer ejemplar y fuente de inspiración para muchas mujeres de hoy. Carlota era conocida como la ‘médica de los pobres’ por su entrega desinteresada. En su consulta atendía los jueves y sábados, hasta altas horas de la madrugada, a pacientes sin medios a los que no cobraba.
Nuestra hija adoptiva, Marcela Garrón Velarde, nació en Bolivia, es pianista y actual directora de los coros Preparatorio, Infantil y Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Más allá de la magistral dirección coral, se ha involucrado en proyectos sociales en los que ha aportado su musicalidad a colectivos en riesgo de exclusión social. Destaca su labor en proyectos como ‘Música Útil’ o ‘Traspasando Muros’.
Distinguimos a Hamid Blell, como hijo adoptivo de la ciudad. Es escenógrafo, iluminador y director técnico. Ha trabajado en el Cicca (Centro de Iniciativas Culturales de La Caja de Canarias) como diseñador de su espacio escénico. Ha sido, también, escenógrafo y director técnico del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y de los Festivales de Cine, Música y Danza, así como de la ceremonia de entrega de Honores y Distinciones. Además, es colaborador asiduo en las tareas solidarias de la Casa Galicia, especialmente en la Cabalgata de Reyes, llevando ilusión y magia a todos los rincones de la ciudad.
Hoy reconocemos a Don Delvys Rodríguez-Abreu, nacido en La Habana y con abuelos nacidos en Santa María de Guía, como hijo adoptivo de la ciudad, por su contribución a la medicina y especialmente al tratamiento del cáncer de pulmón. En 2018 impulsó el Grupo Canario de Cáncer de Pulmón, que ahora está en proceso de convertirse en fundación.
El doctor lidera un equipo que ha situado a las Islas en el mapa mundial de la investigación contra el cáncer de pulmón. Su firma figura en casi una decena de artículos publicados en The Lancet y The New England Journal of Medicine, dos de las revistas científicas de mayor impacto en la comunidad médica. Un hito que, aparte de dar visibilidad al trabajo que se realiza en el Hospital Insular de Gran Canaria, permite aumentar los recursos para seguir investigando.
Las ocho personas que acabamos de reconocer como hijos e hijas predilectos y adoptivos, tienen un común dos rasgos que ahora me gustaría destacar: su profesionalidad y su compromiso hacia los demás.
Todas estas personas han hecho de su vida una dedicación permanente a los demás y han compartido la preocupación por el bienestar común.
Tanto ellas como ellos, nos honran como canarios y como canarias, mostrando con sencillez y claridad no sólo su profundo sentido del quehacer profesional, sino también lo que significa ser humano.
Las vidas que hoy premiados, son vidas ejemplares, en el más profundo sentido de la palabra, son vidas que alimentan nuestra esperanza y nuestra confianza en que siempre podemos ser mejores de lo que somos. Todas esas vidas ponen de manifiesto, la necesidad y la importancia de lo que Barack Obama, denominó la audacia de la esperanza.
Y dicho esto, quisiera señalar que no sólo las personas, sino también las instituciones y organizaciones, pueden ser ejemplares y que de esta ejemplaridad también depende que nuestra sociedad y nuestra ciudad puedan ser mejores de lo que son.
Esta noche, vamos a reconocer con la Medalla de Oro de la ciudad a entidades vecinales, organizaciones sociales, empresariales. En conjunto, ponen de manifiesto, la red que sostiene y vertebra la vida en la ciudad.
Cada una de estas entidades tiene su propia razón de ser y cada una de ellas aporta lo mejor que tiene, pero sólo su compromiso con la ciudadanía y su complementariedad nos hace mejores como ciudad.
Al otorgar la Medalla de Oro de nuestra ciudad reconocemos el gran valor que tiene la participación vecinal en la mejora permanente de la ciudad, así como su contribución al desarrollo comunitario en cada uno de los barrios.
La Asociación Vecinos Unidos Tres Palmas nació de la necesidad de hacer frente a los problemas sociales que tenía el barrio, en referencia a la vivienda, locales sociales, medio ambiente, educación, cultura, infraestructuras, sanidad… Y su objetivo es promover acciones asociativas para mejorar de la calidad de vida de sus vecinos y vecinas.
Al otorgar la Medalla de Oro de la ciudad a la Comisión de Fiestas del Pilar queremos reconocer la contribución realizada durante décadas a la conservación y actualización de las tradiciones populares. En la actualidad, el Pilar de Guanarteme es una de las citas festivas más esperadas, contando con una asistencia y participación de las más numerosas de la ciudad.
Junto a las asociaciones de vecinos hay otras entidades que contribuyen activamente al desarrollo de esta ciudad y de quienes convivimos en ella, me refiero a las organizaciones empresariales. En el día de hoy otorgamos la Medalla de Oro de la Ciudad a: Tirma, Tropical, y Sagulpa.
Al otorgar la Medalla de Oro a la empresa Tirma, reconocemos su contribución a la economía urbana a través de la elaboración, envasado, distribución, exportación y venta de productos alimenticios, conocidos por todos. Tirma, una marca vinculada desde su origen a Canarias y a esta ciudad, es ejemplar por su capacidad de adaptación a los profundos cambios que ha vivido la sociedad, implementado procesos de digitalización, sostenibilidad y modernizando los procesos industriales.
La empresa Tropical es merecedora de la Medalla de Oro de la ciudad, por su contribución a la economía urbana, con sus 100 años entre nosotros, contribuyendo a consolidar al entramado de empresas ubicadas en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria que participan en su proceso industrial. Es un ejemplo por la implicación con las materias primas locales, por el soporte que da al sector y su permanente voluntad de mejoras en innovaciones en productos y tecnologías.
Para finalizar con las medallas otorgadas a las organizaciones empresariales, referencio a Sagulpa SA, de titularidad pública municipal que desarrolla su actividad actualmente en la gestión directa e indirecta de aparcamientos, en su construcción y promoción para residentes, en la gestión del servicio de retirada de vehículos de la vía pública, en la custodia de vehículos y en la gestión del servicio de estacionamiento regulado de vehículos de tracción mecánica en las vías públicas.
Esta empresa pública es merecedora de la Medalla de Oro de la ciudad por su contribución a la movilidad urbana y a la transformación digital, por la gestión eficaz de los espacios y recursos públicos, la implantación de energías renovables y la política de igualdad y no discriminación dentro de la empresa.
Junto a las entidades vecinales, y las organizaciones empresariales, nuestra ciudad cuenta con la colaboración de organizaciones sociales. En este ámbito hemos considerado merecedoras de la Medalla de Oro de la ciudad a dos organizaciones:
En primer lugar, a las Oblatas del Santísimo Redentor, que lleva trabajando en nuestra ciudad desde 1946. Junto a profesionales voluntarios/as, ha dedicado un gran esfuerzo a buscar respuestas adecuadas a tantas y tantas mujeres que merecen respeto y nuevas oportunidades, creando los proyectos Casa de Acogida Daniela y Daniela Participa.
Esta organización se ha hecho merecedora de la Medalla de Oro por su compromiso solidario y la denuncia de estructuras que no respetan los Derechos Humanos proclamados por Naciones Unidas, de manera especial en situaciones de injusticia y violación de los derechos de las mujeres. Hoy recuerdo aquí a todas las que están padeciendo la guerra insensata en tantos lugares del globo terráqueo. También va por ellas.
El Colegio de Enfermería de Las Palmas es Medalla de Oro de la ciudad por su contribución al cuidado de la salud pública. La Enfermería representa profesionalidad, vocación, cercanía, humanización de la atención sanitaria y, sobre todo, el cuidado. Debemos reconocer que los colegios profesionales en general y este en particular, son una fuente permanente para el fundamento adecuado de las políticas públicas, pues aportan el conocimiento científico-técnico indispensable para la identificación de los problemas, la búsqueda de las mejores soluciones y la indispensable colaboración entre todos los agentes sociales.
Con estas distinciones, la ciudad se encuentra consigo misma y se siente honrada de contar entre sus hijos, entre sus hijas y sus medallas a todos ustedes. Representan lo mejor de todos nosotros, la entrega y el compromiso con esta ciudad tan nuestra. Con esta urbe que nos abraza y abriga.
Por eso, comparto con ustedes que me siento orgullosa de esta ciudad hermosa, acogedora y solidaria; moderna y emprendedora que mira al pasado, a lo que ha sido, para proyectar lo que quiere ser en el futuro que nos espera.
Bojeo el sentimiento de honra con todos ustedes, por ser parte de esta ciudad de orillas. Sí de orillas de mar y vida. Orillas de llegadas y de partidas. De orillas que abrazan y de orillas que abren estelas. De orillas de encuentros, de futuro y de esperanzas.
Porque la esperanza, como el mar siempre, siempre, siempre vuelve.
Vuelve a la orilla, a todas las orillas. Las de aquí y las de allá. A las orillas que esperan con ansias la llegada del que se fue o del que llega por primera vez y encuentra en nosotros y con nosotros… la vida. Esa vida y ese futuro que nos dibujara el poeta Alonso Quesada:
Aprende con el mar a forjar oro
de sol en las entrañas de tu vida
y a guardar por el día las estrellas,
que es cuidar, … , el futuro.
Muchas gracias a todos y a todas por hacer posible la ciudad que queremos. Felicidades a cada uno de los premiados y de las premiadas.
Feliz Día de la Ciudad.
Feliz Noche de San Juan.