Todo estaba pendiente de si Lewandowski podría estar. Así fue durante la previa del debut de Polonia ante Holanda. El delantero sufrió en el último amistoso ante Turquía un pinchazo en el bíceps femoral que, en principio, parecía poca cosa, pero que le impidió estar en el debut en la Eurocopa y, aunque todo apuntaba a que podría estar en el segundo partido ante Austria, no fue así. Grave contratiempo para el conjunto que dirige Michał Probierz, necesitado de una victoria para seguir adelante que no llegó. Su continuidad ahora depende de un milagro en el que nadie cree.
Con Robert o sin él, Polonia siguió mostrando graves deficiencias que su rival aprovechó desde el primer minuto. No se había llegado al primer cuarto de hora y Austria ya estaba monopolizando el balón, moviéndolo a su antojo ante un conjunto polaco que se dedicaba a sacar agua como podía. El equipo de Ralf Rangnick era el único que proponía cosas, que atacaba, que llegaba al área con intenciones nada amigables y que, de tanto llegar, acabó marcando.
Para entender el dibujo y el devenir del partido, basta con decir que quien puso el centro del gol prácticamente pegado a la línea de fondo fue el lateral zurdo, Philipp Mwene, pero es que quien remató con un cabezazo certero fue el central zurdo, Gernot Trauner. La jugada entre los dos defensores se produjo en el minuto nueve. Lejos de cambiar la dinámica, Arnautovic, Sabitzer y compañía seguían apretando. Solo superado el cuarto de hora, Polonia se lavó la cara, refrescó su semblante y se dispuso a competir.
Llegó al área Zielinski para disparar y rechazó con los brazos Mwene. Pidió penalti, pero el colegiado interpretó que no lo hubo penalti. El VAR no entró, pero la jugada fue absolutamente interpretable, de esas en las que la verdad suele aparecer difusa y según la mirada de cada uno. Probó luego Dawidowicz de cabeza y tampoco acertó. Los polacos, eso sí, reaccionaban. Ni siquiera el remate en fuera de juego, franco, de Arnautovic que detuvo Szczęsny evitó que la consolidación de la reacción de Polonia. De hecho, podría decirse sin miedo a equivocarse que el segundo cuarto de hora fue del equipo de Lewandowski, al que se le vio ansioso en el banquillo por ayudar a sus compañeros.
Un gol muy merecido
Llegó el gol. Lo merecían por insistencia. Centro desde la derecha, bajada desde la izquierda de cabeza, primer remate de Bednarek que debió ya entrar, rechace de la defensa, recogida de Piatek y, esta vez sí, el empate. Extremadamente difícil explicar cómo, en quince minutos, se había pasado del dominio de un equipo al dominio del otro. Aclaparador en ambos casos. Cosas del fútbol.
El tercer cuarto de hora, como si de un pacto se tratase, fue el del desempate. Atacaban todos y todos generaban peligro. Sabitzer fue quien más lo intentó, pero sin suerte. También estuvieron cerca los polacos, que tuvieron una falta en la frontal que Zielinski estuvo a punto de convertir en gol. Paró Pentz. Enorme primer tiempo entre Polonia y Austria: divertida, intensa y emocionante.
Lewandowski, visto y no visto
En la segunda parte, Lewandowski se puso a calentar, así que todo giró alrededor del momento en el que entraría al césped. Hubo intercambio de golpes hasta el minuto 58, que fue cuando Robert puso fin a su ostracismo obligado para, de nuevo, acudir a una cita oficial internacional. La Eurocopa le esperaba y el blaugrana entró por Piatek. Polonia iba a por la victoria. Eso sí, entró con tantas ganas que vio la amarilla en una de sus primeras acciones por un salto con el codo abierto.
La segunda mitad transcurría aburrida hasta que una jugada trenzada de forma brillante por Austria acabó con un remate dentro del área de Baumgartner que fue gol. El triunfo austriaco ponía contra las cuerdas a Polonia a falta de poco más de veinte minutos para el final. La Eurocopa no da tregua, pero Polonia se complicó definitivamnente la vida cuando recibió, de penalti, el tercero, obra de Arnautovic. Szczesny le derribó cuando encaraba puerta, aunque, viendo la revisión, el penalti fue dudoso porque la imagen evidenció que Sabitzer se dejó caer golpeando la cara del meta en su caída. Polonia, tras el partido, quedó a expensas de una carambola prácticamente imposible para estar en cuartos de final. Dificilísimo.