Tras ocho meses de guerra en Gaza, el grueso de las principales instituciones internacionales y ONG de salud, infancia o Derechos Humanos y decenas de países han cargado contra el Ejército israelí por los excesos de la ofensiva en Gaza. Ha causado ya más de 36.000 muertos, entre ellos más de 15.000 niños, según cifras palestinas, en respuesta a los ataques de Hamás que causaron más de 1.154 fallecidos, según datos israelíes, en el peor ataque de la historia de Israel. Políticamente, Tel Aviv sigue contando con el apoyo de Estados Unidos y Alemania, pero incluso este está menguando. La posición recalcitrante de Benjamín Netanyahu, que sigue con una ofensiva que ya casi nadie apoya (el Consejo de Seguridad pide un alto el fuego) está provocando que, al menos públicamente, Berlín y Washington eleven el tono. Piden abiertamente un alto el fuego.

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