Tras siete meses de huida hacia delante, Pedro Rocha ha llegado este viernes a un punto que parece de no retorno. Confiaba en acudir al juzgado número 4 de Majadahonda a declarar como testigo e irse tranquilamente a casa a preparar su proclamación como presidente de la RFEF. Sin embargo, la jueza decidió cambiar su condición a la de investigado. Mientras tanto, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) decidía abrirle expediente, un primer paso que podría desembocar en su inhabilitación, según informa el denunciante, Miguel Galán.
Esta acumulación de acontecimientos, que tanto daño generan a la imagen del fútbol español, ha llevado al Gobierno al hartazgo. El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Rodríguez Uribes, se ha puesto en contacto con la FIFA este mismo viernes para analizar la situación. El Gobierno considera que la imputación de Rocha «agrava la crisis en la federación» y continuará en las próximas horas los contactos en busca de una solución.
Y la solución podría ser la intervención de la RFEF por parte de la FIFA. La posibilidad lleva semanas sobre la mesa, desde el registro de Las Rozas, pero hasta ahora Rocha había frenado la tentación de la FIFA, prometiendo un proceso electoral satisfactorio. Ahora ya no puede prometer nada, aunque a estas horas nada le impediría ser proclamado presidente. La comisión electoral de la RFEF tiene una importante patata caliente sobre su mesa.
Mientras tanto, y a falta de confirmación oficial, el TAD prepara la apertura de expediente a Rocha por haberse sobrepasado en sus funciones como presidente de la gestora. De confirmarse la apertura de ese expediente por infracción muy grave, el CSD podría suspenderle. Lo que, por otra parte, tampoco le impediría ejercer la presidencia de la RFEF mientras no hubiera resolución definitiva.
Y esa resolución, que podría tardar semanas en producirse, desembocaría en el peor de los escenarios para Rocha en su inhabilitación para ejercer cualquier responsabilidad en el fútbol, misma pena que se le impuso a Rubiales tras su beso a Jenni Hermoso.