«Tenía que haberlo hecho hace tiempo, corté por lo sano». Son las crudas palabras pronunciadas este jueves por Pablo Muñiz, el autor del crimen de El Picón. Lo hizo ayer al mediodía, apenas unos minutos después de ser visitado por una comitiva judicial ante la que admitió haber decapitado a su padre la noche del pasado lunes. Prestó testimonio desde la cama, atado de pies y manos, y ante la vigilancia de cuatro agentes de la Guardia Civil, que acompañaban a la jueza, al fiscal y a un forense. El ministerio público solicitó su ingreso en prisión provisional ante el riesgo de reiteración delictiva. Seguidamente, la jueza emitió un auto ordenando el ingreso en prisión del autor confeso del crimen, el cual será trasladado a la cárcel cuando reciba el alta hospitalaria. Fuentes cercanas al caso apuntan que tampoco mostró arrepentimiento frente a la magistrada e incluso afirmó que la víctima no era un buen padre.