Las obras que transformarán el edificio situado en el número 9 de la rúa de Mazarelos, en el casco histórico de Santiago, en un hotel con encanto ya están en marcha. La intención de sus promotores, un grupo de empresarios brasileños con raíces gallegas, es que su apertura se lleve a cabo antes de que finalice este año, según indicó a EL CORREO el arquitecto del proyecto, Carlos Romero Lage, quien incide en que esta actuación se corresponde con “una de las últimas licencias para uso hotelero que se concedieron en la zona monumental tras la aprobación de la moratoria de suspensión de este uso en el Plan Especial”.
En cuanto a las características del proyecto, describe que en este emblemático inmueble, situado en pleno arco de Mazarelos, se abrirá “un hotel de bajo, tres plantas y bajo cubierta, con ascensor, y con 10 habitaciones, todas ellas con baño”. Además, destaca que “en el interior, en la planta baja, se van a dejar vistos restos arqueológicos encontrados, que serán visibles desde la recepción y escaleras, igual que parte de la muralla medieval”. En este sentido, subraya que “el proyecto busca mantener y respetar todos los restos arqueológicos, mostrándolos e integrándolos dentro del interior del hotel”.
Sobre los promotores, Romero Lage señala que atesoran “gran experiencia en este sector, ya que cuentan con más negocios hoteleros en Brasil”. En un primer momento, la intención de este grupo de empresarios brasileños pasaba por abrir el establecimiento este verano, pero finalmente han decidido esperar hasta final de año, “para cuidar todos los detalles antes de su apertura”, subraya el arquitecto del proyecto, antes de poner el foco en la ubicación del edificio. “Los promotores buscaban un lugar con encanto, y este edificio reúne las características que buscaban: se encuentra en una ubicación privilegiada, donde el huésped además de disfrutar de su estancia, contará con el valor cultural de la edificación”, subraya Romero Lage.
Con la rehabilitación de este histórico edificio, el entorno de Mazarelos continúa transformando su imagen, después de que en los últimos meses se completasen la reforma integral del inmueble que albergó durante más de un siglo el emblemático restaurante El Asesino, situado en el número 3 de la praza da Universidade, convertido ahora en un restaurante japonés, y las obras de rehabilitación del edificio de la Xunta en el número 15 de la Praza de Mazarelos, que finalizaron en febrero tras una inversión de casi 1,8 millones de euros.