La ciencia sabe desde hace tiempo que los anillos de crecimiento de los árboles registran información climática de su entorno, de tal manera que permiten fechar y analizar la frecuencia de determinados acontecimientos ambientales, como incendios, tormentas, plagas, sequías… Ahora, un nuevo estudio ha mostrado que también hay unos animales que informan sobre los cambios climáticos y meteorológicos, los actuales y los pasados, incluso de los registrados hace millones de años. Son los caracoles terrestres.
Investigadores del Instituto de Medio Ambiente Terrestre de la Academia China de Ciencias y la Universidad del Noroeste han demostrado que los caracoles terrestres son muy sensibles a los cambios climáticos y ambientales, y a través de ellos se pueden registrar los cambios en el clima terrestre en alta resolución. Todo queda registrado en sus conchas.
Los autores del estudio, que se ha publicado en ‘Geophysical Research Letters’, realizaron análisis de isótopos de oxígeno de alta resolución dentro de las conchas de caracoles Cathaica fasciola y Bradybaena ravida y obtuvieron una enorme cantidad de datos.
Descubrieron, por ejemplo, que las secuencias de los isótopos de oxígeno de estos animales son «reproducibles» y pueden reflejar las oscilaciones estacionales e incluso diarias de la precipitación, principalmente de marzo a octubre (cuando más crecen) en la región en la que habitan.
Comprender el futuro
La tasa de crecimiento promedio calculada para las conchas de los caracoles Cathaica fasciola no adultos del estudio es alta, una media de 290 milímetros al día (con variaciones de 250 a 330 milímetros diarios). Esto significa que el tiempo de resolución de cada muestra dentro de la cáscara podría alcanzar de dos a cuatro días utilizando el método de muestreo manual actual.
«Las conchas de los caracoles terrestres son registros muy prometedores para reconstruir en alta resolución los cambios ambientales terrestres en el futuro», señala Zhang Nannan, de la Academia China de Ciencias, que no participó en el estudio.
Pero eso no es todo. Los caracoles terrestres permiten conocer no solo los cambios meteorológicos y climáticos actuales, sino los del pasado. «A partir de los caparazones de caracoles fósiles, podemos obtener el clima y los cambios climáticos en escalas de tiempo de períodos cálidos pasados, como el Holoceno medio y el último interglaciar», destaca Dong Jibao, autor del estudio.
«Esto puede servirnos como espejo para comprender lo que podemos experimentar en el futuro cercano bajo condiciones de calentamiento global«, añade el científico.
Información sobre el paleoclima terrestre
Un estudio anterior de la Academia China de Ciencias, fechado en 2022, con caracoles terrestre permitió, con una técnica similar a la de la actual investigación, alcanzar conclusiones parecidas. Lograron reconstruir eventos de precipitación a escala climática en la región del estudio.
Los investigadores encontraron entonces que las variaciones de la secuencia de isótopos de oxigeno de ultra alta resolución se asemejaban a los cambios monitoreados en la precipitación.
Hubo una fuerte correlación entre los datos de isótopos de oxígeno de la precipitación y la concha de caracol para los eventos estudiados, lo que ya sugirió en aquel momento la posibilidad de una reconstrucción cuantitativa de la cantidad de precipitación utilizando los datos negativos de isótopos de oxígeno.
«Esta evidencia demuestra que las conchas de caracoles terrestres son archivos de ultra alta resolución valiosos y prometedores para caracterizar el paleoclima terrestre, como los eventos de precipitación extrema», señalaron entonces los científicos.
Aventuraban también hace dos años lo que ahora se ha demostrado, que los caracoles fósiles, ampliamente distribuidos y bien conservados en la meseta china de Loess, tenían un gran potencial en las reconstrucciones de eventos de precipitación extrema en el pasado.
Más atrás aún en el tiempo, en 2021, estos mismos investigadores ya habían señalado que las conchas de los caracoles terrestres –incluidos los fósiles– servían de gran ayuda para reconstruir la temperatura en un lugar y en un tiempo determinados, algo que consideraban «vital para comprender la historia y las leyes del sistema climático de la Tierra«.
Informe de referencia: https://phys.org/news/2024-03-snails-climate-weather.html
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