Ilgaz y Ceylin han llegado al límite. Atrás quedan ya los días idílicos e inolvidables de la pareja en Capadocia. El plan de huida de Parla organizado por Ceylin, las continuas mentiras y que el fiscal optase por la justicia antes que, por el amor a su mujer y su familia, han llevado a la relación entre la pareja penda de un hilo.
Todo esto sumado a que el juez pide prisión preventiva para todos los implicados en el asesinato de Serdar, salvo Parla que sigue desaparecida, empeora la cosas. La joven Erguvan no puede entender que su marido no sienta si un poco de compasión por su familia y no entiende que no haga algo por evitar que vayan a prisión.
La pareja ni se mira cuando se ven en casa, en la comisaría, cuando se cruzan en los pasillos…lo que hace cada vez más insostenible la incómoda y triste situación por la que están atravesando.
Finalmente mantienen la conversación que ningún quería tener. “Acabemos con esto”, le dice ella mientras anima a Ilgaz a que le diga lo que está deseando que esté viviendo con una mentirosa y que no puede más.
“Se te da muy bien huir, Ceylin”, le dice Ilgaz que está harto de que siempre quiera que sea él el que la deje para que ella sea la víctima, pero, le dice, que esta vez ha sido ella quien ha decidido abandonarle: “Tú renunciaste a mí, a nosotros”. Y todo por culpa de las mentiras.
Ceylin, entre lágrimas, le dice que no le perdona que trate así a ella y su familia y le deja mientras su relación acaba de romperse por completo. ¿Podrán reconciliarse o su ruptura será definitiva?