Es el presidente en la sombra. Conseguidor, facilitador y auxiliador de Moncloa para lo que sea necesario. Así define un importante lobista a José Luis Rodríguez Zapatero, quien desde el año pasado se ha convertido en una especie de Tom Hagen para Pedro Sánchez. Hace unas semanas, el exmandatario participó en un acto convocado por el sindicato UGT que se llamó El futuro de RTVE como garantía democrática. Allí coincidió con Silvia Intxaurrondo, con altos cargos del sindicato y con la actual presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa.
Durante su intervención, Rodríguez Zapatero disertó sobre la conveniencia de que España cuente con una televisión pública independiente y fuerte; y sobre lo saludable que resulta este servicio público para la democracia. Como cabía esperar, recibió el aplauso de los presentes.
En RTVE, todavía se recita el mantra de que la televisión pública nunca fue tan fuerte ni tan libre como cuando estuvo ZP en Moncloa y Luis Fernández en su despacho principal.
No deben ser muy firmes los principios ni las creencias del expresidente del Gobierno porque son varios los consejeros de RTVE que estos días subrayaban el papel que ha jugado en los últimos días para imponer a Cascajosa como presidenta interina de la corporación. Es decir, a una militante del PSOE que en 2018 se presentó al concurso que convocó el Congreso para presidir esta empresa y lo suspendió con 23 puntos sobre 100. La historia recuerda a aquella de Paul McCartney, quien participó en un certamen para ver quién era su mejor imitador… y quedó segundo. Un dislate.
Un soldado leal a la causa
Cuentan estos informantes que José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido durante años una relación de amistad con Elena Sánchez y con su marido, Pablo Mansilla, quien fue director de Instituciones Penitenciarias con Felipe González en Moncloa; y quien llegó a tener una relación profesional con RTVE mientras Luis Fernández estuvo en la presidencia.
Lo que ocurre es que un buen soldado tiene que saber bien a quién reportar y qué órdenes cumplir… y el expresidente del Gobierno debe obediencia al partido y a Pedro Sánchez. Así que cuando en Moncloa decidieron iniciar maniobras para apartar a la periodista de la presidencia de RTVE, Rodríguez Zapatero comenzó a mover sus hilos. En la tarea, se apoyó en otros empresarios de la órbita del PSOE, como José Miguel Contreras, también consejero editorial en Prisa Media y quien también hizo sus movimientos. Así lo cuentan estos informantes de la corporación.
Tal es así que algunos de los vocales de la radio-televisión pública fueron contactados por el expresidente para recibir el mensaje de que la candidata que más le convenía a Moncloa era Cascajosa. De lo contrario, se crearía un vacío de poder en la corporación que podría llevar al Ejecutivo a nombrar un administrador único por Real Decreto, amenazaron. Por supuesto, esto último era un bulo. Un aviso a navegantes. En otras palabras: soltar la zorra en el gallinero por si alguno se negaba a cumplir órdenes.
La SEPI también sabe a quién sirve
ZP no fue el único que presionó a los consejeros de RTVE para que no se salieran del redil. La propia Ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, hizo llegar a los vocales el mensaje de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) no veía con buenos ojos el establecimiento de una presidencia rotatoria para la corporación.
Porque existía otra opción, que era ésa. La que pasaba por elegir a un presidente por sorteo para cada reunión del Consejo de Administración. Lo que sucede es que hubiera tenido poderes ejecutivos, lo cual era considerado como demasiado arriesgado por Moncloa, dado que eso podría haber beneficiado a uno de los tres consejeros del Partido Popular… o a uno de los dos de Podemos. ¡O al del PNV! Por esta razón, la SEPI presionó para que se desechara esa opción. En este momento tan delicado de la legislatura, con Sánchez a punto de besar la lona, conviene minimizar riesgos.
Cascajosa -nombrada en 2021 por el PSOE- también ejercerá de presidenta interina, aunque por un período de seis meses. Después, está previsto que la sustituya Ramón Colom, que también fue designado para su puesto por los socialistas hace 3 años.
En resumen: Moncloa y el propio Zapatero han ejercido fuertes presiones sobre los vocales de la corporación para inducirles a tomar las decisiones más convenientes para Pedro Sánchez. Estos son los que se llenan la boca con aquello de que RTVE debe ser independiente. Mienten más que hablan.
Un dosier cargado de veneno
Lo más preocupante es que en las horas previas a que Elena Sánchez fuera destituida, comenzó a circular por Madrid un dosier que advertía de los nexos empresariales de ella y su marido con unos y con otros. Pura mercancía averiada. Lo típico. Guerra sucia y amenazas. Parece que alguien quería lanzarle el mensaje de que, si por casualidad seguía en el cargo, le esperaba una lluvia de fuego sobre su cabeza.
Así funciona este país. Todo está tan embarrado y el poder y sus mandarines son tan implacables y altaneros que, cuando se proponen conseguir algo, son capaces de saltarse la ética, la estética e incluso el respeto personal para conseguirlo. España apesta a algo nada agradable y, en este caso, se ha vuelto a evidenciar.
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