El plan de Javier Aguirre sigue su curso. No quiso pronunciarse sobre la final de la Copa del Rey hasta que pasaran los cuatro partidos de Liga desde que el Mallorca eliminó a la Real Sociedad en Anoeta y sus jugadores no se han descentrado a tenor de la buena imagen ofrecida este sábado en Mestalla (0-0).
«No se me ha hecho largo. Somos un equipo que no está acostumbrado a jugar finales y ahora la ilusión no la voy a contener», dijo el técnico bermellón.
«Fue un partido muy igualado y cualquiera pudo ganar. Me parece justo el empate. No fue un partido muy vistoso en las áreas. Ellos dieron un paso adelante en la segunda parte, nos sometieron y no nos permitieron jugar. Al final ninguno se impuso en los 90 minutos. Estuvo todo muy revuelto», valoró el mexicano sobre el partido que terminó sin goles.
El máximo responsable de que los bermellones lograran dejar su portería a cero fue Dominik Greif con sus intervenciones.
«Está disfrutando por fin tras unos años terroríficos con lesiones e inyecciones en la cadera que le afectaba. Estaba liquidado y está demostrando la capacidad que tiene. Ojalá lo haga igual en la final», destacó Aguirre sobre el eslovaco.
Otra acción decisiva en el encuentro fue la intervención del VAR para que Ortíz Arias rectificara que se señalara penalti a favor de los locales.
«Cuando pitó el penalti no vi nada. Pero los del monitor me dijeron que era pecho claro y estaba tranquilo de que iría al VAR», confesó el defeño.
Toca pensar en la final
«Somos un equipo modesto en currículum. Para nosotros es un premio estar en Sevilla y, a partir de ahí, que ruede la pelota», dijo Aguirre sobre la final contra el Athletic Club.
Sobre la presencia de jugadores lesionados, el ‘Vasco’ indicó que espera tener «disponible» a Martin Valjent y, sobre las molestias musculares de Omar Mascarell que fue sustituido, prefirió «ser cauto, aunque en el vestuario tenía mala cara».
Finalmente, Aguirre puso en valor a la afición: «se merecen llevarse una alegría y esperamos podérsela brindar».