El 20 de diciembre del año pasado PSOE y Sumar debían haber puesto en marcha lo que vinieron a llamar ‘Comisión Permanente de Seguimiento de la coalición’. Un órgano que en la anterior legislatura sirvió a Podemos como botón de alarma para llamar la atención a sus socios de Gobierno por sus incumplimientos. Y un botón que Yolanda Díaz intentó activar sin éxito el pasado 5 de febrero. Más de un mes y medio después, su exigencia ha sido desoída por el partido de Pedro Sánchez.
En una carta enviada a María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE, y a Santos Cerdán, como secretario de Organización socialista, el coordinador de Sumar, Josep Vendrell, y su portavoz, Ernest Urtasun, reclamaron la constitución de la comisión para que hiciera «un primer análisis» del funcionamiento del Gobierno de coalición y la relación entre los socios.
En esta carta apelaban a un ‘protocolo de funcionamiento de la coalición’ sellado entre PSOE y Sumar. Un compromiso que recoge la creación de esta comisión en los «30 días posteriores» a la formación de Gobierno. En 2019, y ante la desconfianza existente entre Sánchez y Pablo Iglesias, Unidas Podemos sí hizo público ese protocolo, donde figuraba exactamente la misma comisión que debía crearse en el mismo plazo.
Si la primera coalición echó a andar en enero de 2020, el PSOE cumplió en tiempo y forma, y justo un mes después se constituyó aquel comité de crisis para abordar las posibles fricciones. En esta ocasión, Yolanda Díaz y sus ministros tomaron posesión de sus ministerios el pasado noviembre, y esta comisión debía haber echado a andar en diciembre. A día de hoy, cuatro meses después de haber expirado el plazo inicialmente previsto, no hay noticia alguna de este asunto.
Precedentes
A lo largo de la pasada legislatura, este órgano se reunió en distintas ocasiones, siempre a petición de Unidas Podemos, para abordar distintas discrepancias. En los primeros años de legislatura se reunió hasta en cinco ocasiones. Una de ellas fue de la propia Yolanda Díaz cuando denunció las «injerencias» de Nadia Calviño en la negociación de la reforma laboral que estaba pilotando.
La última petición que se hizo también corrió a cargo de Yolanda Díaz, cuando en julio de 2022 llamó a filas al PSOE por el aumento del gasto en Defensa decidido por Moncloa sin consultarles. Aquella petición, a diferencia de esta, sí fue atendida, aunque con matices: no hubo una reunión formal entre ambas partes, pero sí una reunión entre la propia vicepresidenta del Gobierno y Pedro Sánchez. Después de aquel encuentro intentaron trasladar la fortaleza de la coalición.
En esta ocasión, a diferencia de aquella, y más de un mes y medio después del golpe en la mesa de Sumar, no hay nada que apunte a que la reunión vaya a producirse. Algunas voces del PSOE tratan de quitarle hierro y no muestran problemas en que se celebre. Pero la tensión que la coalición escenificó la semana pasada en el Congreso, con los ministros socialistas ignorando a la líder de Sumar, exhibió un desdén del PSOE que hace dudar sobre la posibilidad de hacer concesiones a su socio minoritario de Gobierno.
Los choques
En los cuatro meses de Gobierno de coalición con Sumar, los choques han sido continuos desde el primer momento, aunque la respuesta de la plataforma de Díaz ha estado lejos de la vehemencia que en su día exhibía Podemos. Ha sido Compromís, aliado electoral de Sumar, quien ha emergido como el ala dura de la plataforma de izquierdas, y y la pasada semana llegó a advertir duramente al PSOE, dejando en el aire su apoyo al Gobierno si no se atendían los compromisos con la Comunidad Valenciana tras la caída de los presupuestos.
Uno de los primeros focos de conflicto en la coalición fue precisamente la ampliación del Puerto de Valencia, anunciada por Óscar Puente y que sublevó al partido valenciano. Luego llegó el anuncio de Pedro Sánchez para ampliar el aeropuerto de Barajas, una decisión tampoco compartida por Sumar. Más tarde fue el acuerdo entre PSOE y Junts para ceder competencias en materia de inmigración y lograr a cambio su apoyo a la ley de amnistía. Una decisión que criticaron por emplear un asunto tan sensible como moneda de cambio. La última desavenencia ha sido por la renuncia de Sánchez a tramitar los presupuestos generales del Estado de 2024. Una decisión que en Sumar tacharon de «unilateral», haciendo visible su malestar.
‘Caso Koldo’
¿Y por qué Sumar no insistió al PSOE en convocar este órgano? Fuentes de la dirección de Sumar apuntan a que el estallido del caso Koldo ha paralizado sus pretensiones. Señalan que el Partido Socialista ha estado «asediado» por informaciones relativas al caso durante semanas, en las que también ha tenido que mantener un pulso con el exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Teniendo en cuenta estas circunstancias, entendían que no era el mejor momento para plantear cuestiones internas sobre la relación de Gobierno. «No podíamos hacerlo en mitad del caso Koldo», resumen estas fuentes.
Desde el primer momento, la gestión de Sumar sobre este asunto ha sido llamativa, tildando el escándalo como «muy grave» pero cerrando filas con los socialistas. El pasado jueves, sin ir más lejos, la propia Yolanda Díaz mantuvo su «defensa a ultranza del presidente del Gobierno» en este caso. Una defensa que se mantiene pese a las numerosas tensiones vividas en el seno de la coalición. El cierre de filas tiene que ver con la extrema lealtad a Sánchez que siempre ha exhibido la líder de Sumar, pero también con la fragilidad del Gobierno, que ya tiene distintos frentes abiertos y serias dificultades para amalgamar una mayoría parlamentaria, como para tener que enfrentarse también a su aliado en el Consejo de Ministros.