La posición sobre el aborto jugará un papel determinante en la elección del expresidente de EEUU, Donald Trump, de su compañero de «ticket» electoral en las próximas elecciones presidenciales de noviembre.
El magnate tendrá que hacer un juego de equilibrios a la hora de seleccionar a su candidato a vicepresidente. Trump es consciente de que si su compañero de fórmula exhibe una postura muy radical en contra de la interrupción del embarazo, correrá el riesgo de no alcanzar la Casa Blanca al darle la espalda el electorado republicano más moderado, clave en sus aspiraciones presidenciales.
Una de las favoritas para hacerse con el cargo y cuyo nombre suena con más fuerza es Kristi Noem, la gobernadora de Dakota del Norte. En su contra juega, sin embargo, su radical postura sobre el aborto. Su estado fue uno de los primeros en prohibir el aborto en todos los casos excepto el de riesgo para la vida de la madre en el momento que el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocó el derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo en 2022.
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Según la NBC, citando a fuentes próximas a Trump, el candidato republicano considera el aborto como un tema «bastante traidor». Según estas fuentes, el magnate no se decantará por ningún candidato que defienda la prohibición de abortar a partir de las seis semanas, un plazo insuficiente, ya que muchas mujeres ni siquiera son conscientes de que están embarazadas.
Noem, que se declara así misma como una «absolutista» en esta cuestión, ha defendido públicamente el régimen normativo de su estado contra aborto como el «modelo a seguir» por el Partido Republicano. Postura que prácticamente la descataría de la carrera por la nominación a la Vicepresidencia.
Los plazos del aborto de Trump
Frente a esta postura, Trump estudia defender la prohibición del aborto a partir de las 16 semanas de embarazo con tres excepciones: incesto, violación o riesgo para la vida de la madre, según informa The New York Times. El candidato republicano se sentiría cómodo con estos plazos porque «es un número redondo: cuatro meses».
Sin embargo, este planteamiento choca con el postulado de los sectores más conservadores de su electorado -católicos, evangelistas y ultranacionalistas-, y que fueron claves en su elección en 2019.
La postura de Trump respecto al aborto ha ido variando. En 1999, el magnate se declaró como un defensor del derecho a elegir en el programa Meet the Press de la NBC. «Por mucho que aborrezca la idea del aborto, simplemente creo en la libertad de decisión», aseguró entonces.
Aunque posteriormente fue radicalizando su postura Trump admitió hace apenas unos meses que «el tema del aborto» fue uno de los factores fundamentales en el decepcionante resultado de los republicanos en las llamadas ‘midterms‘ de 2022. «Los votantes republicanos que llevaban décadas esperando que el Supremo revocara el derecho constitucional al aborto vieron cumplido su deseo y, entonces, simplemente se esfumaron», aseguró.
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Tras su victoria aplastante en las primarias republicanas, varias organizaciones antiabortistas aceptan, por ahora, la postura provisional del magnate.
A menos de ocho meses de las elecciones, el tema del aborto ha sido abordado por Trump con sus candidatos a vicepresidente y cuyos nombres confirmó el propio magnate a Fox News. Una lista en la que figuran además de Noem, el senador por Carolina del Sur, Tim Scott; el gobernador de Florida, Ron DeSantis; el excandidato republicano a la presidencia Vivek Ramaswamy; el congresista por Florida Byron Donalds y la excongresista Tulsi Gabbard.