El pasado sábado, 9 de marzo, se celebró el acto de entrega de los diplomas a los ganadores del XXI Concurso de Literatura Joven de El Campello, convocado por la concejalía de Juventud que dirige Cristian Palomares.
Al acto acudieron los ganadores acompañados de familiares. Han sido premiados un total de seis trabajos de un total de 45 originales presentados, llegados desde varios puntos de la Comunidad Valenciana.
Previamente a la entrega de premios, Palomares destacó que «dicen que no hay nada más placentero que leer, pero yo pienso que mucho más gratificante debe ser el hábito de escribir«, y animó a la población joven a hacerlo a diario. Y es que el acto de trasladar los pensamientos al teclado o a un folio en blanco puede ser todo un ritual de exorcismo que ha permitido a algunos autores (algunos de ellos, reconocidos mundialmente) liberarse de sus demonios. Así lo hicieron Mario Vargas Llosa, que reprodujo el calvario del Colegio Militar Leoncio Prado en La ciudad y los perros. En este sentido, no hay mejor referente que Ernest Hemingway. Su Adiós a las armas es un claro ejemplo de cómo los conflictos bélicos vividos en primera persona o los archivos más hostiles que guardamos en nuestra memoria pueden ser una inagotable fuente de ideas de la que se han servido diversos autores a lo largo de la historia.
Temas de gran madurez
Será difícil que los relatos presentados en el certamen de El Campello alcancen estas capas de profundidad. Pero quién sabe, fuentes municipales han destacado los «temas de rabiosa actualidad» que han sido abordados en las historias de la edición de este año en la que autores noveles han llevado a la literatura cuestiones que «podrían ser conversación en el seno de cualquier familia».
A pesar de su juventud, los escritores han tratado en sus obras asuntos que exigen una gran madurez, como el drama del alzhéimer, visto a través de la perspectiva de un hombre que descubre sus recuerdos (como si fuera el pasado de un extraño) a través de los apuntes que ha ido recopilando durante toda su vida. Los problemas de un adolescente con escasas habilidades sociales o las dificultades que debe afrontar una persona inmigrante que lleva a un nuevo lugar son otras de las cuestiones que aparecen reflejadas en algunos de los relatos que han convencido al jurado.
El tribunal encargado de valorar las distintas obras estuvo integrado por Maricarmen Alemany Lledó, por designación del alcalde; Juan Carlos Miravalles Suero, en representación de nuestra Biblioteca Municipal; Regina Palomares Suero, escritora local, y Carla Moltó Tortosa, profesora del departamento de Lengua y Literatura del instituto Clot de L’Illot.
En lo que se refiere al concurso, el área de Juventud ha remarcado la gran participación, ya que se han recibido 45 originales en esta XXI edición, «lo que nos indica que el certamen se ha consolidado definitivamente, y que ya es referente en la comunidad autónoma», dijo el edil.
La espontaneidad de los ganadores
El Ayuntamiento de El Campello considera que leer y escribir forma parte de la formación del ser humano, dado que permite expresar sentimientos y vivencias, mejora la comunicación y lleva directamente a la creatividad. “En definitiva, que leer y escribir nos hace mejores personas a todos”, enfatizó Cristian Palomares.
Algo a destacar del acto fue la espontaneidad de los ganadores, que se animaron y nos regalaron su arte recitando sus obras presentadas.
Ganadores por categorías del certamen
Relato breve en categoría A (de 12 a 16 años):
- Primer premio: Miriam Lorenzo Gallego, por su relato “Mar”.
- Segundo premio: Rubén González Samper, por “Memorias de un extraño”.
Relato breve en categoría B (de 17 a 22 años):
- Primer premio: Alejandro Fernández Ray, por “Cuaderno para desconocidos”
- Segundo premio: desierto
Relato breve en categoría C (de 23 a 30 años):
- Primer premio: Elena Tur Sánchez, por “La última oportunidad”
- Segundo premio: desierto
Microrrelato en categoría A (de 12 a 16 años):
- Primer premio: Alba Juan Ruzafa, por “El amor sabe a vómito”
Microrrelato en categoría B (de 17 a 22 años):
- Primer premio: Esther Geada Ródenas, por “Últimas palabras”