Estos Oscar tenían mucho de colofón del fenómeno ‘Barbenheimer’, ese oxímoron milagroso que animó la industria en tiempos inciertos. Por una vez, dos de las cinco películas más taquilleras del año en Estados Unidos acabaron estando entre las más reconocidas por la Academia de Hollywood: ‘Barbie’ recibió ocho nominaciones y ‘Oppenheimer‘ llegó a las trece; competían entre ellas en seis categorías. Pero durante la noche habría otras carreras por seguir, como saber si Bayona se impondría a Glazer y Wenders o qué actriz más premiada últimamente se llevaría la estatuilla, si Emma Stone de ‘Pobres criaturas’ o Lily Gladstone de ‘Los asesinos de la luna’. Debajo, los momentos más memorables que deparó finalmente la Fiesta del Cine.
1. El monólogo de Kimmel
«Gracias por la gran ovación parcial», empezó diciendo Kimmel ante un público que no se decidía a recibirle de pie o sentado. Buen primer apunte. Después, salpicó su cuarta labor como anfitrión (después de 2017, 2018 y 2023) lanzando chistes bastante subidos de tono: flirteó con Ryan Gosling («vámonos de cámping juntos y no se lo digamos a nuestras esposas»), explicó por qué Christopher Nolan escribe sus guiones en un ordenador sin conexión a Internet («es una forma poderosa de decir ‘no dejo que mi adicción al porno interfiera en mi escritura'») o preguntó a Robert Downey Jr. si era un discurso de agradecimiento lo que tenía ahí abajo o si es que tiene un pene rectangular. Por otro lado, no se olvidó de saludar a los intérpretes y guionistas que lucharon por acuerdos históricos: «Los actores pueden ahora volver a preocuparse por ser reemplazados por gente más joven y atractiva».
2. Primer discurso emotivo
Da’Vine Joy Randolph llevaba tiempo siendo una secundaria respetada, pero ganó nueva resonancia el año pasado gracias a su paso por ‘The idol’ (era de lo poco que se salvaba en ella) y, sobre todo, su papel de entrañable cocinera en ‘Los que se quedan’, de Alexander Payne. Era muy probable que se llevara el Oscar y se lo llevó. En su discurso, recordó cómo su madre le animó a cruzar la calle y entrar a un teatro porque allí dentro había algo para ella. «Durante mucho tiempo, siempre quise ser diferente, y ahora me doy cuenta de que solo necesito ser yo misma», dijo en el primer discurso emotivo de la noche. Quiso también recordar a todas las mujeres que la han acompañado y, por qué no, a su publicista, «porque vosotros no tenéis una publicista como la que tengo yo». Todo ello, con lágrimas en los ojos desde antes de empezar.
3. Acento diferente en categoría clave
Resultó refrescante ver a Justine Triet y Arthur Harari (‘Anatomía de una caída’) agradecer el Oscar a mejor guion original en un inglés con encantador acento francés. Triet, también directora de la película, aseguró que esto la ayudaría a superar su crisis de la mediana edad. Después, ella y su compañero Harari recordaron haber escrito el filme en mitad de la pandemia: a eso se le llama aprovechar un paréntesis forzado.
4. Las películas de presupuesto medio importan
En un discurso apasionado, inspirado y acelerado, Cord Jefferson aprovechó que subía a recoger un Oscar (por el guion adaptado de ‘American fiction’, dirigida por él mismo) para reivindicar esas películas de presupuesto medio casi en peligro de extinción: «En lugar de hacer una película de 200 millones de dólares, tratad de hacer diez películas de veinte millones…», propuso a la industria. «El siguiente Scorsese, la siguiente Greta, el siguiente Cristopher Nolan están ahí afuera. Solo tenéis que darles una oportunidad».
5. John Cena casi desnudo
«Los trajes son importantes; quizá son lo más importante que hay», dijo John Cena para introducir a los candidatos a mejor vestuario. Podría parecer una forma poco original de empezar, pero es que el exluchador de WWE hablaba desnudo, sus partes pudendas cubiertas por el gran sobre con el nombre de la ganadora (Holly Waddington, de ‘Pobres criaturas’). Todo como parte de un gran momento cómico inspirado por el ‘streaker’ que, en la ceremonia de 1974, sorprendió (pero apenas inmutó) a David Niven mientras presentaba a Elizabeth Taylor.
5. Discurso político por fin
Tuvo que llegar Jonathan Glazer, casi hora y media después del arranque de la gala, para recordar los horrores de la guerra al recoger el Oscar a la mejor película internacional por ‘La zona de interés’. El cineasta judío quiso aprovechar su plataforma para lamentar una ocupación «que ha llevado a un conflicto a mucha gente inocente, ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o del actual ataque de Gaza, todas las víctimas, esta deshumanización, ¿cómo la resistimos?».
6. Debutante merecido
Si había un Oscar cantado, era el de mejor actor secundario para Robert Downey Jr. por su interpretación de Lewis Strauss, azote de Oppenheimer. Es su primera estatuilla después de dos nominaciones; la anterior, hace ahora década y media, en esta misma categoría por su papel en ‘Tropic thunder: ¡Una guerra muy perra!’. Downey Jr. quiso dar las gracias a su «terrible infancia y la Academia, en este orden», antes de citar a su «veterinaria, quiero decir, esposa», que le devolvió a la vida «con amor». No se olvidó de citar a Nolan: «Yo necesitaba este trabajo más que el trabajo me necesitaba a mí. Chris lo sabía».
7. «Este es el primer Oscar en la historia de Ucrania»
Fueron algunas de las primeras palabras del director Mstyslav Chernov, periodista de Associated Press, al recoger el Oscar a mejor documental por ’20 días en Mariúpol’. Pero las continuó con otras menos animadas: «Desearía no haber hecho nunca esta película. Me gustaría cambiar esto por que Rusia nunca hubiera atacado a Ucrania, nunca hubiera ocupado nuestras ciudades… nunca hubiera matado a decenas de miles de mis paisanos ucranianos… Pero no puedo cambiar la historia». Llamó a los asistentes a luchar contra la guerra y consiguió, como mínimo, de momento, una ovación de pie.
8. Ser solo Ken ya es mucho
Estuvo bien escuchar el susurro de Billie Eilish en ‘What was I made for?’ (finalmente ganadora del Oscar, convirtiendo a su cantante en persona más joven de la historia con dos estatuillas), pero lo que la mayoría esperaban esta noche era La Otra canción nominada de ‘Barbie’: ‘I’m just Ken’, con todo el posible espectáculo que pudiera conllevar. Ryan Gosling no defraudó: arrancó desde el patio de butacas, cantando directamente a Margot Robbie, antes de subir al escenario para rematar el tema con buena voz junto a una troupe de Kens bailarines (Simu Liu, Kingsley Ben-Adir y Ncuti Gatwa incluidos), Mark Ronson a la guitarra y Slash de Guns N’ Roses en un cameo estelar.
9. Otro ‘in memoriam’ polémico
Este apartado que, a priori, debería unirnos a todos en el duelo y el silencio, solo consigue año tras año unir a los espectadores en alguna clase de desconcierto. Este año, un leve repaso a las redes indicaba consternación por los extraños ángulos de cámara usados para el segmento, que podían servir, por ejemplo, para dejar en la distancia a un insigne como Norman Jewison, nominado al Oscar al mejor director por ‘En el calor de la noche’, ‘El violinista en el tejado’ y ‘Hechizo de luna’. Tampoco gustó que se colara en un muro de nombres medio lejano, visto durante apenas diez segundos, a Lance Reddick, Ray Stevenson, Treat Williams y muchos otros nombres importantes. Hay que celebrar, eso sí, el arranque con el recuerdo a Navalni.
10. El emocionado discurso de Stone
O es la mejor actriz del mundo, que lo es, o Emma Stone se sorprendó sinceramente por ser elegida como mejor actriz en lugar de Lily Gladstone de ‘Los asesinos de la luna’, a la que todavía le queda mucho tiempo para hacer historia y ser la primera actriz nativa americana en ganar un Oscar. Entre lágrimas creíbles, la gran Bella Baxter de ‘Pobres criaturas’ arrancó su discurso cantando las virtudes de sus colegas de categoría y, sobre todo, de la citada Gladstone: «Me tienes impresionada». Acto seguido, pasó a quitarse algo de mérito: «Esto no va de mí, va de un equipo que se reúne… esa es la mejor parte de hacer películas», señaló. También dio las gracias a sus padres, su hermano, su marido y su hija, a la que envió amor con una cita de Taylor Swift: «I love you bigger than the whole sky».