Los abejorros dominan tareas complejas a través de la interacción social: disponen de habilidades avanzadas de aprendizaje social, que hasta ahora se consideraban exclusivas de los humanos.
En un descubrimiento innovador realizado por científicos de la Universidad Queen Mary, se ha demostrado que los abejorros poseen un nivel de sofisticación cognitiva nunca visto. Un nuevo estudio, publicado en Nature, revela que estos polinizadores difusos pueden aprender tareas complejas de varios pasos a través de la interacción social, incluso si no pueden resolverlas por sí solos.
Esto desafía la creencia arraigada de que un aprendizaje social tan avanzado es exclusivo de los humanos, e incluso insinúa la presencia de elementos clave de cultura acumulativa en estos insectos.
Entrenando abejas
Dirigido por la Dra. Alice Bridges y Lars Chittka, el equipo de investigación diseñó una caja de rompecabezas de dos pasos que requería que los abejorros realizaran dos acciones distintas en secuencia para acceder a una dulce recompensa al final.
Entrenar a las abejas para hacer esto no fue una tarea fácil, y hubo que ayudar a las abejas añadiendo una recompensa adicional en el camino. Esta recompensa temporal finalmente fue retirada y las abejas tuvieron que abrir toda la caja antes de recibir su premio.
Sorprendentemente, mientras las abejas individuales luchaban por resolver el rompecabezas al empezar desde cero, a las que se les permitió observar a una abeja «demostradora» entrenada aprendieron fácilmente la secuencia completa, incluso el primer paso, y obtuvieron por sí mismas la recompensa al final.
Como nosotros
Este estudio demuestra que los abejorros poseen un nivel de aprendizaje social que antes se pensaba exclusivo de los humanos. Pueden compartir y adquirir comportamientos que están más allá de sus capacidades cognitivas individuales: una habilidad que se cree que sustenta la naturaleza expansiva y compleja de la cultura humana, y que antes se pensaba que era exclusiva de nosotros.
Más allá del aprendizaje individual, esta investigación abre interesantes posibilidades para comprender el surgimiento de la cultura acumulativa en el reino animal.
La cultura acumulativa se refiere a la acumulación gradual de conocimientos y habilidades a lo largo de generaciones, lo que permite que se desarrollen comportamientos cada vez más complejos.
La capacidad de las abejas para aprender una tarea tan compleja de un demostrador sugiere un camino potencial para la transmisión cultural y la innovación más allá de sus capacidades de aprendizaje individuales.
Implicaciones importantes
Chittka subraya las implicaciones de este hallazgo: «desafía la visión tradicional de que sólo los humanos pueden aprender socialmente comportamientos complejos más allá del aprendizaje individual. Plantea la fascinante posibilidad de que muchos de los logros más notables de los insectos sociales, como las arquitecturas de anidación de las abejas y las avispas, o los hábitos agrícolas de las hormigas que cultivan pulgones y hongos, pueden haberse extendido inicialmente mediante la copia de innovadores inteligentes, antes de que eventualmente se convirtieran en parte de los repertorios de comportamiento específicos de cada especie».
Esta investigación innovadora abre nuevas vías para comprender la inteligencia animal y la evolución del aprendizaje social. Allana el camino para una mayor exploración de las maravillas cognitivas ocultas en el mundo de los insectos, insinuando incluso la emocionante posibilidad de una cultura acumulativa entre criaturas aparentemente simples, según los investigadores.
Referencia
Bumblebees socially learn behaviour too complex to innovate alone. Alice D. Bridges et al. Nature (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-024-07126-4