La oferta pública de adquisición (opa), lanzada por un grupo de inversores húngaros, sobre el fabricante español de trenes Talgo está en marcha. Sin embargo, las acusaciones del Gobierno de que detrás de la operación está el régimen ruso han obligado al consorcio comprador a detallar cada una de las piezas del puzle societario que conforman la oferta.
El 45% de la sociedad detrás de la opa, tal y como ya se conocía hasta ahora, está controlado por el fondo Corvinus. Este vehículo estatal de Hungría fue creado para fomentar el desarrollo del país fuera de sus fronteras, coinvirtiendo con empresas nacionales en el extranjero, aportando el músculo financiero. La primera de las sospechas del Ejecutivo español sobre posibles injerencias rusas se centran sobre este fondo, dada la relación existente entre Viktor Orbán, presidente de Hungría, y Vladímir Putin.
El 55% restante del consorcio está en manos de la sociedad Ganz-Mavag Holding Kft. Detrás de esta empresa se ubica un complejo entramado de sociedades, todas controladas por Solva II Magántőkealap, un fondo de capital riesgo húngaro donde aportarían capital los diferentes inversores privados detrás de la opa de Talgo.
El misterioso inversor
Del fondo que apoya al 55% la compra de Talgo solo es público un único inversor, Csaba Törő, principal accionista de Solva II, con una participación del 50%, y miembro del Consejo de Administración de la sociedad que lanza la opa, según la información disponible en el documento enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La información pública disponible de ella es escasa. En su perfil en la red social LinkedIn asegura ser «gerente de línea» en la multinacional sueca de telecomunicaciones Ericsson. Además, según su perfil en, es el investigador principal del Instituto Húngaro de Asuntos Internacionales.
Del que no se confirma que porcentaje del consorcio o qué inversión va a destinar a la compra de Talgo es de András Tombor, el ‘cerebro’ de toda la operación, que se encuentra en España coordinando todos los preparativos y la documentación que a partir de ahora requerirán los diferentes organismos públicos. Según el informe, Tombor, a través de su sociedad CATO, comenzó a negociar la opa sobre Talgo con su principal accionista, el fondo británico Trilantic, con el 40% de las acciones, el 16 de diciembre de 2022, hace ya más de un año. CATO no tiene ninguna participación directa o indirecta en el consorcio de la opa, únicamente operaría como intermediario o negociador en la transacción.
Tampoco hay información, en la documentación enviada al regulador, sobre el papel de Gyorgy Bacsa, uno de los firmantes de la opa. Bacsa es un alto ejecutivo húngaro que participa en el Consejo de Administración de tres empresas en el país, entre ellas el Budapest Stock Exchange, la bolsa en manos públicas de Hungría. Además, es consejero de la gasista y petrolera Mol Group y director general de las actividades de la empresa en el país de Europa del Este.
El papel de la petrolera Grupo Mol
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Es importante reseñar el papel de Grupo Mol, la empresa petrolera y gasista del país. Su accionariado, que también se ha hecho público en el folleto, está conformado por tres fundaciones, que tienen más del 30% del accionariado, y tres bancos, con participaciones por debajo del 5% cada uno: el húngaro OTP Bank, el neerlandés ING y el italiano UniCredit.
¿En qué está vinculado Mol a la opa sobre Talgo? La sociedad Lead Ventures Alapkezelő Zrt., controlada al 100% por MOL Vagyonkezelö Kft., que a su vez es propiedad de Mol, es el gestor del fondo que está detrás del 55% de Ganz-Mavag Zrt., la empresa creada por el Gobierno húngaro y los socios privados. Como gestor, si su trabajo es similar al que hacen sus homólogos en España, Mol debería coordinar las operaciones del fondo y reportar a sus partícipes el resultado de las inversiones. A cambio, recibiría comisiones periódicas y también por la rentabilidad que logre para los partícipes.