Baby Bandito cayó el 16 del 6 del 16. Este prófugo chileno llevaba casi dos años huyendo de la justicia y pegándose la vida padre en Europa. Esa noche se encontraba de fiesta en Barcelona. Y la casualidad hizo que, a las 2:15 de la madrugada, fuese identificado en un control aleatorio que la policía había montado a la salida de una discoteca. No lo estaban buscando, pero lo encontraron. Cuando los agentes dieron sus datos a la central para confirmar que estaba todo en regla, saltaron todas las alarmas. Especialmente la de Interpol.
Se llama Kevin Olguín Sepúlveda, aunque ha pasado a la posteridad como Baby Bandito. Ese fue el alias que le dieron en Italia, el primer país que eligió para ocultarse tras participar en el denominado ‘Robo del siglo’. Un delito perpetrado en 2015 en el aeropuerto de Santiago de Chile. Olguín, junto al resto de la banda de delincuentes ‘Los Ratones’, logró hacerse con un botín de 6 mil millones de pesos chilenos. Lo equivalente (en aquel tiempo) a 10,5 millones de euros.
Lo más curioso es que consiguieron ese botín sin disparar un solo tiro. Aquella operación delictiva de guante blanco acabó rodeada de un halo de romanticismo que ha derivado en lo que suelen derivar últimamente las vidas de grandes delincuentes latinoamericanos: una serie de Netflix. Baby Bandito fue estrenada a finales de enero y ya se ha convertido en una de las series más vistas de la plataforma. Y aunque al protagonista lo han bautizado como Kevin Tapia, se refieren en realidad a Kevin Olguín.
El robo del siglo
18 de agosto de 2014, 6 de la mañana. Un grupo de 7 hombres acceden con un furgón blanco al Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago de Chile. Van disfrazados con trajes de la empresa de seguridad Brinks, especializada en transportar dinero. Cuando llegan a la terminal en la que está el furgón blindado con los verdaderos trabajadores de Brinks, los encañonan con fusiles de asalto y les roban el efectivo que iba a ser transportado en un avión al norte del país.
Los atracadores logran hacerse con 6 mil millones de pesos chilenos, que en aquel tiempo equivalían a 10,5 millones de euros (en la actualidad son poco más de 5,5 millones), sin disparar una sola bala. Sólo encañonando y amenazando a los efectivos de seguridad. Huyeron a bordo del furgón blanco en el que llegaron.
Kevin Olguín, el más joven de la banda (en aquel tiempo tenía 23 años) facilita la huída lanzando desde el vehículo al asfalto un montón de ‘miguelitos’ (artilugios con púas destinados a pinchar las ruedas de los coches). Eso entorpece la persecución policial y los delincuentes consiguen huir.
Huida y fiesta
Kevin resultó ser el más avispado de toda la banda, porque huyó del país casi de inmediato. Acompañado de Ámbar Barrientos, su novia, compró con dinero en metálico de su parte del botín dos billetes a la República Dominicana. Tras un tiempo viviendo en el Caribe, Ámbar se quedó embarazada y decidieron mudarse a Italia.
Se afincaron en Milán, en una zona en la que, según las autoridades chilenas, conviven muchos lanzas (ladrones) latinoamericanos. Allí se reunió junto a su primo Marco Soto Olguín, alias ‘El Pepón’, y llevaron a cabo varios delitos. Se le suponen, porque nunca llegaron a ser capturados por las autoridades italianas.
En Milán dio a luz su novia, hecho que hizo que Kevin pagase más de 10.000 euros para que el parto tuviese lugar en uno de los mejores hospitales de la capital lombarda. Kevin y Ámbar hacían gala de una ostentosa vida, que publicaban en redes sociales. Viajaban por toda Europa y se compraron varios coches de alta gama. Un diario italiano se hizo eco de que Olguín vivía en Milán con un altísimo tren de vida y fue apodado «Il Baby Bandito». Tras dicha revelación y la muerte de su primo Pepón, la pareja se fugó a España.
Captura y fuga
Kevin fue capturado en Barcelona el 16 de junio de 2016. Fue el último de la banda en caer. Sus compinches, Marcelo Moya, Alexis Niñoles, Cristian Niñoles, Francisco Morales, Mario Vásquez, Roque Quintanilla y Alfredo Álvarez, fueron condenados a penas que oscilaban entre los 3 y los 10 años de prisión. A Olguín le cayeron 4 años de cárcel. Pero sorteó la prisión. Primero pagando una fianza para conseguir la condicional. Y luego, fugándose una vez más. Porque en 2017 fue condenado en firme. Pero Olguín no apareció.
En lugar de ingresar en prisión, Olguín siguió con su actividad delictiva. Ese mismo año participó en el ‘portonazo’ (robo con violencia en la puerta del domicilio) al presentador de la televisión chilena Rafael Araneda. Y en 2018 fue, finalmente detenido. Volvió a evitar el presidio, para caer otra vez en 2021, robando un camión de la compañía tabacalera nacional Chiletabacos junto a su cómplice venezolano.
En la actualidad, Olguín se encuentra en la Comuna San Antonio, una zona del centro de Chile, en la región de Valparaíso. Se encuentra haciendo trabajos a la comunidad. Porque en su último robo no se logró demostrar su participación. Solamente que iba armado con una pistola y un machete. Por eso consiguió, una vez más, esquivar la cárcel y sustituirla por estos trabajos.
La cadena chilena Mega consiguió localizarlo recientemente. Olguín, que enla actualidad tiene 33 años, aseguró brevemente que nunca se pegó la vida padre en Europa. Y que el hecho de haber sido el último en caer, hizo que la prensa «le diese color». Un color que, finalmente, se le ha ido de las manos. Netflix ya se ha encargado de convertir a Baby Bandito en un verdadero mito.