El consorcio húngaro que lidera el inversor András Tombor (Magyar Vagon) prepara un ‘road show’ con el Gobierno español para explicar su proyecto y tratar de disipar los temores de que Rusia esté tras la oferta de compra de Talgo.
El plan de Magyar Vagon es que, una vez se presente ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el anuncio de la opa, mantener una ronda de conversaciones al más alto nivel con el Gobierno y con todos las administraciones y estamentos que se consideren necesarios: desde Economía a Industria pasando por una empresa pública como Renfe, que es la principal operadora de transportes. Como adelantó ‘activos’ (de El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica), el Gobierno, a través de su ministro de Transportes, Óscar Puente, ya manifestó su rechazo a la opa, al tiempo que aseguraba que harán «todo lo posible» para que no llegue a buen puerto. En las últimas horas, otro titular ministerial, el de Industria, Jordi Hereu, ha insistido en esta línea al afirma que defenderán el caracter «estratégico» de Talgo.
Sin enbargo, Magyar Vagon, en lo que algunos han considerado un desafío al Ejecutivo, espera lanzar la oferta en unas horas, previsiblemente tras el cierre del mercado bursátil, en las mismas condiciones ya sabidas: 5 euros por acción (Talgo cotiza ahora en 4,25 euros), oferta por el 100% de la compañía (lo que la valora en unos 540 millones) y en metálico.
El proceso KYC
El plan del consorcio húngaro pasa en primer lugar por tranquilizar el Gobierno español y demostrar que no existen conexiones con Rusia, como temen en Moncloa. Su primer aval en este sentido consistirá en recordar que la veintena de bancos acreedores de Talgo, entre los que están los más grandes de España y muchos internacionales, han asegurado que continuarán apoyando financieramente a la compañía si cambia de manos y que además no ejecutarán los créditos actuales. Estas entidades financieras han aplicado para llegar a esta conclusión el procedimiento KYC (know your costumer o conoce a tu cliente), un proceso de identificación y verificación de la identidad de un cliente en el cual se aplican una serie de controles para evitar relaciones comerciales que deriven en el blanqueo de capitales, la corrupción y la financiación del terrorismo, entre otros.
La siguiente parte del plan del consorcio húngaro pasa por asegurar al Gobierno de Sánchez que se mantendrá la españolidad de la empresa y finalmente se intentará demostrar que su opción es la mejor porque es el único grupo que tiene un plan industrial para Talgo.