Al buscar un vuelo, es común que nos enfoquemos en aspectos como el precio, el horario, el destino y la presencia de escalas. Sin embargo, a menudo pasamos por alto un detalle importante: la elección entre las diversas clases disponibles al viajar en avión. Normalmente, encontramos la clase turista, la clase ejecutiva y la primera clase.
La mayoría de las personas no han experimentado más que la clase turista o económica. Priorizamos la economía al volar y, para ello, estamos dispuestos a soportar la incomodidad de espacios reducidos, posiciones incómodas para dormir y un entretenimiento limitado en comparación con las clases superiores.¿Estamos condenados a viajar siempre en clase turista?
Este es el nuevo truco
El overbooking o denegación de embarque se produce cuando la aerolínea vende más plazas de las que dispone el avión. Es una práctica comercial legal, que está permitida en la Unión Europea y regulada por el Reglamento CE nº 261/2004. Concretamente, lo que hacen las aerolíneas es detectar que existe una mínima parte de los viajeros que no se presentan en el embarque o que cancelan sus vuelos. «Hecha la ley, hechas las comodidades».
Cabe descatar que esta es la práctica que podríamos establecer en el caso de que queramos no coger el vuelo previsto. Es decir, en caso de no querer volar en ese instante por el overbooking, el beneficiado tendría 200 euros, que pueden ser dados en efectivo además de poder volar en primera clase y tener una habitación de hotel para poder dormir (con el desayuno pagado) en caso de coger un vuelo para el día siguiente. Incluso el beneficiario podría obtener una compesación económica de 1800 euros si se llegara a denunciar el caso por varios motivos.
Lo que sueles conseguir aquí es más espacio para tus piernas en el avión, poder acceder a salas de espera exclusivas en los aeropuertos e incluso tener preferencia a la hora de subir al avión o llevar más equipaje. En algunos casos, la comida también es mejor.