José Luis Ábalos se resiste. Lejos de acatar la orden de la ejecutiva de su partido para entregar el acta de diputado y asumir “responsabilidades políticas” por el caso Koldo, el que fuera secretario de organización se enroca. Mantendrá su acta de diputado, comon ha adelantado la Cadena Ser y asumen fuentes del partido tras mantenerse el pulso. Todavía sin comunicación oficial, en Ferraz están a la espera de que Ábalos argumente su decisión a través de un comunicado, como les trasladó esta mañana. El ultimátum de 24 horas, que se le comunicó este lunes antes del mediodía, ha expirado con las espadas en alto. El exministro se limitó este lunes a renunciar a la presidencia de la comisión de Interior, un cargo que depende del partido. El acta de diputado es personal y los socialistas no tienen capacidad para retirársela.
El PSOE se prepara ya para iniciar los trámites disciplinarios pertinentes, comenzando por su expulsión del grupo parlamentario socialista. De mantenerse el pulso, el exministro acabaría en el Grupo Mixto. La presión durante todo el fin de semana, con el secretario de Organización, Santos Cerdán, como principal encargado de hablar con quien fue su antecesor en Ferraz, no ha funcionado. El exministro entiende que no está investigado y que es tan errónea como injusta la estrategia de colocar en su figura un cortafuegos por la presunta trama de comisiones ilegales en la compra de mascarillas con la pandemia, por la que fue detenido su asesor Koldo García.
El choque de trenes parece inevitable. Pedro Sánchez ya señaló el camino a Ábalos el pasado sábado por la mañana, defendiendo que la lucha contra la corrupción debe ser “implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga». El exministro, que fue una de las piezas clave en la trastienda de Sánchez para recuperar la secretaría general en 2017, respondió con un mensaje de confrontación. Al final del día acudía a los platós de ‘La Sexta’ para rechazar sus responsabilidades políticas, justificando que ya no estaba en el ministerio. Si bien, dejó una puerta abierta a la negociación para dejar su acta, “a hablarlo en el marco de un objetivo, propósito y estrategia para ejemplarizar la vida pública».
Sánchez envió a Cerdán para convencer a Ábalos. La relación entre ambos se cortó abruptamente en 2021, cuando lo destituyó del ministerio y forzó su salida de la dirección del partido. Entonces, Sánchez ni lo llamó antes de tomar la decisión ni después para explicarle sus motivos. Sin embargo, mantuvo el acta y en las pasadas elecciones generales repitió en las listas como número dos por Valencia. El caso Koldo ha supuesto un golpe en la línea de flotación del discurso socialista contra la corrupción, a lo que podría sumarse una tensión con consecuencias impredecibles al derivar en la expulsión del grupo socialista de su exsecretario de organización.
«Responsabilidad política»
La dirección del PSOE nunca pensó que tendría que llegar a esta situación. El arresto de Koldo García no provocó excesiva sorpresa entre los socialistas, porque se trataba de una persona que había levantado algunas sospechas y recelos con su comportamiento y ascenso a la sombra de Ábalos. Pero pocos creían que el exministro de Transportes, que como secretario de Organización entre 2017 y 2021 fue el encargado de que se cumpliera la disciplina en el partido, fuese a mantener el pulso, negándose a renunciar al escaño y empujando al PSOE con su actitud a iniciar un expediente de expulsión que también implica su traslado al Grupo Mixto.
“Es muy triste, porque Ábalos no está siendo investigado. Que se sepa, nada en este escándalo le salpica directamente, más allá de haber depositado su confianza y otorgado capacidad de mando a Koldo García. Pero la responsabilidad política es clara. Aun así, cuesta mucho ver cómo alguien que lo ha sido casi todo en el partido acaba su trayectoria de esta manera, en lugar de aceptar que ha llegado la hora de irse”, señala un importante diputado socialista.
Pedro Sánchez no ha hablado hasta el momento con Ábalos, con quien le une una larga y estrecha relación, ya que el exministro fue de los pocos cargos socialistas que le mantuvo el apoyo cuando el ahora presidente del Gobierno fue forzado a dejar el liderazgo socialista en otoño de 2016. Más allá de los pronunciamientos públicos del jefe del Ejecutivo y de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, empujándole a dar un paso atrás, los contactos con Ábalos durante todos estos convulsos días los ha mantenido su sucesor en la Secretaría de Organización, Santos Cerdán. Y pese a todas las advertencias, el exministro continúa encastillado, porque considera que no hay motivos para dimitir y dejar la política, una actividad a la que se ha dedicado desde los años 80.
Comisión de investigación
Pero la dirección del PSOE asegura que no le temblará el pulso. La portavoz, Esther Peña, fue muy clara el lunes al fijar el límite de 24 horas antes de que se abriera el expediente. Los socialistas quieren dejar claro su compromiso con la ejemplaridad. De ahí la rapidez con la que han actuado en este caso, y también el anuncio de que pedirán la apertura de una comisión parlamentaria que investigue la compraventa de mascarillas quirúrgicas en lo peor de la pandemia del coronavirus.
El primer caso que analizará este organismo, cuando se constituya, será el que afecta a Koldo García. Pero de ahí pasará a otros escándalos de supuestos cobros de comisiones que afectan al PP, como el del primo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el del hermano de Isabel Díaz Ayuso. Los socialistas quieren aprovechar esta traumática coyuntura para subrayar sus diferencias con su principal adversario, insistiendo en que el antecesor de Alberto Núñez Feijóo en el liderazgo conservador, Pablo Casado, fue forzado a dimitir tras denunciar los negocios del hermano de la presidenta madrileña.