«El pasado sábado 5 de marzo de 2022, a las 6 de la madrugada, Daniel perdía la vida a manos de un ser inhumano… y nosotros perdíamos de la forma más brutal posible un hijo, un hermano, un novio, un primo, un sobrino y un amigo». Estas líneas se escribían una semana después de que Daniel Lopez, 41 años, muriera a las puertas de la discoteca Marvel Club (en la zona de La Garena, Alcalá de Henares, Madrid).
Una patada, letal, lo mató en el acto. «Aquí acaba la vida de Dani y empieza la lucha de la familia por pedir justicia», continuaba el texto escrito por la familia, «nunca te olvidaremos Daniel«.
El día ha llegado: el juicio, con jurado popular, arranca este lunes en la sección 15 de la Audiencia Provincial. Fue un homicidio, considera probado el Ministerio Fiscal. En el banquillo de los acusados solo se sienta una persona: A.G.N, portero del local en el que Daniel estuvo con sus amigos la última noche. Fue el responsable de su muerte, el autor de la patada, asegura la Fiscalía. Y fue quien, minutos antes, agredió también a un amigo de Daniel. Se enfrenta a 16 años y medio de prisión.
Aquella noche
Daniel era informático de profesión y amante de los videojuegos. Un hombre tranquilo, lo definen, «muy casero, no solía salir». Amigo entregado, divertido, familiar. A su lado siempre su novia, Iryna. Llevaban 15 años de relación.
No eran muy de salir de copas, pero esa noche, la última, ambos habían hecho una excepción. «Durante las semanas anteriores la novia de Daniel se encontraba bastante triste», explicaba su familia dias después de enterrarlo. De origen ucraniano, «ella estaba preocupada por la familia que tiene allí y por la guerra que se estaba iniciando en su país». Para que ésta pudiera olvidar, desconectar, durante unas horas, Daniel le propuso salir.
Lo que sigue se reconstruye con la voz de los testigos, familiares, Fiscalía y la investigación policial. La noche se alarga, lo están pasando bien. Al final, son varios amigos los que han salido. Tras salir de otro local, deciden entrar en Marvel Club. No habían estado antes, era la primera vez. Uno de los amigos de Daniel tiene un «malentendido» al pagar. Discute con la camarera y un miembro de seguridad del bar le echa del local.
«Con ánimo directo de terminar con la vida de Daniel, o asumiendo que podía ocurrir, le propinó una patada giratoria golpeándole en la cabeza»
Se acaba la fiesta, el resto de amigos salen con él, pero este, que ha bebido unas copas de más, insiste en volver a entrar. Según los testigos, según el grupo de amigos, Daniel se acerca a la puerta para tratar de llevárselo de allí. Objetivo: llevarlo al coche. No lo consiguió. Es en ese momento, cuando el portero -acusado hoy- «propinó una patada en la cabeza» al amigo de Dani, «que hizo que se cayera al suelo», considera probado el fiscal.
En cuestión de segundos, «y seguidamente», el agresor fue a por Dani también. «Con ánimo directo de terminar con la vida de Daniel, o en todo caso, asumiendo íntegramente las consecuencias que pudieran derivarse de sus actos», esgrime en su escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso este medio, «le propinó una patada giratoria golpeándole en la cabeza, lo que hizo que este se desplomara cayendo al suelo«. Fue directo a la sien. Daniel no se levantó.
A la fuga
En el reloj marcan las seis de la madrugada. En la puerta de Marvel todo es caos. El agresor, tras ver caer a Daniel, salió huyendo. En cuestión de minutos llegan al lugar efectivos de la Policía Local y del Summa-112. Los santiarios encuentran a la novia de Dani intentando despertarlo, «sin saber que ya jamás abriría sus ojos», describió ella, rota, después.
Estaba en parada cardiaca. Durante 30 minutos intentaron reanimarlo, pero no pudieron hacer nada por él. La causa de la muerte, apunta el fiscal, fue «traumatismo craneoencefálico severo». La patada fue letal.
Las cámaras, clave
Una persona muerta y un homicida huido. La ciudad complutense amanecía en shock. El agresor «debe saber artes marciales», deducían fuentes de la investigación, porque «sabe perfectamente dónde y cómo golpear». El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de las pesquisas. Las cámaras de seguridad fueron clave. «Una lo ha grabado todo y se ve cómo le da la patada en la cabeza donde le tenía que dar. El agredido cae fulminado, como un trapo y, después, le da otra patada ya en el suelo», exponían los agentes, que explicarán estos hechos este lunes ante el juez.
La voz de los testigos y las imágenes valieron para identificar al autor: A.G.N, 44 años, español. En su haber, algunos antecedentes por robos y estafa. Tras el rastreo policial, era detenido una semana después acusado de un delito de homicidio y otro de lesiones hacia el amigo de Daniel. Este lunes se enfrenta a 14 años por el primero, y a un año y medio más por dejar malherido al hombre con el que empezó la discusión. Desde entonces está en prisión provisional.
«Esa patada ha destrozado a una familia entera que jamás podrán superar el horror de perder un ser querido de una manera tan cruel»
Daniel acababa de fundar su empresa. Se había mudado a Chiloeches (Guadalajara) para ahorrar un poco en el alquiler, pero casi todos los días iba a Alcalá, su ciudad, para visitar a su madre y disfrutar de las comidas en familia. No había nada que le gustase más. «Estaba contento porque había podido conseguir algunos clientes que le proporcionaban el trabajo necesario para salir adelante, aunque esto suponía mucho esfuerzo y largas noches frente al ordenador», recuerda su familia. La de autos, la que se juzga desde este lunes en la sección 15 de la Audiencia Provincial -con jurado popular- fue la última noche que vivió.
«Esa patada, sin justificación que le quitó la vida acabó con los sueños de crear una familia, de sacar adelante su empresa….», lamentaban en su escrito sus allegados días después de morir. «Esa patada ha destrozado a una familia que jamás podrá superar el horror de perder un ser querido de una manera tan cruel«. Este lunes, clamando justicia, el corazon de todos está en la Audiencia de Madrid.