Las redes sociales se han convertido en importantes herramientas de comunicación pública y privada. Imprescindibles para famosos y personajes públicos, los políticos tienen especial interés en su uso. Les permite tener un canal directo con los potenciales o habituales votantes y acercarse al público de una manera más personal y menos institucional.
Los políticos tratan de ofrecer a través de sus redes una voz diferente, aunque compatible, con los mensajes oficiales de sus respectivos partidos. Sin embargo, unos salen mejor parados que otros a la hora de utilizar estas herramientas. Acostumbrados a la mediación de sus gabinetes y liberados de la aduana de los medios de comunicación, algunos políticos pueden tener mucho peligro con un móvil en la mano.
Si hay que seleccionar quién es el mejor tuitero del panorama político, a nivel internacional los datos hablan solos: en X, el más seguido es con diferencia Barack Obama, con más de 130 millones de seguidores. La clave es que, además de compartir temas políticos, también hace recomendaciones culturales y habla de proyectos sociales.
Los políticos españoles más seguidos
En España, el político de primera línea más seguido es el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tiene 1,8 millones, una cantidad que palidece en comparación con los 9,6 millones de seguidores de Emmanuel Macron –todo ello sin entrar en otras redes como Instagram, donde Macron, que cultiva meticulosamente su imagen, cuenta con 3,4 millones frente a los 433 mil de Sánchez–. Sin embargo, otros líderes europeos como el canciller alemán Olaf Scholz o el presidente italiano Sergio Mattarella no alcanzan el millón –la polémica primera ministra Meloni supera los dos millones–.
Los tuits más virales de Pedro Sánchez suelen ser aquellos que publicaba mucho antes de dar el paso a la primera línea de la política. Sus comentarios sobre la pizza «cojonuda» de la pizzería Luna Rossa o sobre días agotadores, además de sus buenas noches, son un contenido recurrente entre los usuarios de esta red social. Precisamente porque parecen fuera de contexto para un presidente del Gobierno, porque son cercanos, naturales y poco institucionales. No obstante, Sánchez no se resiste a sorprendernos de vez en cuando. Como cuando hace unos días mostró su apoyo a Inés Hernand, después de que la cómica fuera criticada por su cobertura de los Goya y por ser demasiado obsequiosa con el presidente del Gobierno.
«Inés Hernand, el icono eres tú», escribió Sánchez acompañando un vídeo en el que la comunicadora llamaba «iconos» o «icónicos» a todos los que se acercaban a su micrófono, relativizando el hecho de que se refiriera así también al presidente del Gobierno. Algunos criticaron que el presidente brindara con un simple tuit la posición de Hernand en RTVE, muy cuestionada en las horas previas. Pero muchos más usuarios lamentaron que Sánchez se entretuviera con polémicas insustanciales cuando dos guardias civiles acababan de morir en Barbate en un enfrentamiento con el narco.
Más allá de Sánchez, y pasando por alto a Pablo Iglesias (2,6 millones de seguidores), retirado de la primera línea pero que aprovecha las redes sociales como nadie, los siguientes políticos en la lista de tuiteros más seguidos son Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal con casi un millón (996.000 y 810.000 respectivamente) Yolanda Díaz cuenta con 648.000 seguidores. Sorprendentemente, Alberto Núñez Feijóo no se acerca a estos números. El líder de la oposición tiene poco más de 200.000 followers, menos incluso de los que tiene el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Una muestra de que para triunfar en las redes sociales no basta con tener un perfil público relevante sino un mensaje y una personalidad propios y adaptados al lenguaje de las redes sociales.
Cercanía y complicidad con los usuarios
Isabel Díaz Ayuso lo consigue a través de vídeos de sus intervenciones en los pleno de la Asamblea de Madrid. Con publicaciones sencillas y efectivas, retuits y respuestas personales que, aunque hablen de temas políticos, ofrecen la opinión de la líder madrileña. De hecho, es la que consigue más réditos de sus publicaciones si se compara el número de seguidores con las reacciones que suele obtener.
El pasado 21 de febrero, Ayuso reposteaba un vídeo de Pedro Sánchez hablando de la denuncia contra su hermano por la supuesta venta fraudulenta de mascarillas y lo hacía respondiendo: «Todo fue investigado por distintas instancias y se demostró que no había nada. Me gusta la fruta«. Logró alcanzar a más de 3 millones de cuentas. Una cantidad muy por encima de que la que consigue, de media, el presidente del Gobierno. La frase con la que disfrazó su insulto a Sánchez desde la tribuna de invitados del Congreso durante la última sesión de investidura se ha convertido en un eslogan de Isabel Díaz Ayuso y sus seguidores, que han transformado esta frase en un signo de complicidad, apoyo y acercamiento con la política.
Conseguir respuestas y reacciones
Santiago Abascal es otro de los políticos que consigue atraer a una audiencia comprometida, que busca leer sus opiniones sin el filtro del partido. Sobre todo porque sus publicaciones son polémicas e interesan a un público muy específico. «Sánchez es el conde don Julián del siglo XXI. Un traidor a los españoles. Un esbirro de Marruecos», decía, por ejemplo, este mismo viernes. Más de 18.000 personas habían visto el tuit cuando llevaba poco más de una hora publicado.
«El aprendiz de tirano ya disfruta mostrando crueldad. No puede explicarse de otra manera que viaje donde sus amos y anuncie miles de millones mientras en España reprime e la gente del campo, que se arruina entre otras cosas por tener que competir en inferioridad de condiciones con el producto extracomunitario. Es un acto de traición«, aseguraba en otro que tiene más de 800.000 reproducciones.
No todo tiene que ser de política
Entre los ministros se nota también esa diferencia. Óscar Puente, Mónica García y Yolanda Díaz son las únicas personalidades del Gobierno, más allá del presidente, que superan los cien mil seguidores. Una muestra de que las publicaciones personales y cercanas, especialmente si generan polémica, son las que más funcionan a la hora de atraer a los internautas.
Óscar Puente es experto en hacerse viral. Pero lo que nadie esperaba es que lo lograra por confesarse swiftie, es decir, fan de Taylor Swift. Lo hizo en 2022 y lo ha vuelto a repetir recientemente. Cuando se anunció que la cantante haría gira internacional, el público español empezó a especular con las posibles fechas españolas y el entonces alcalde de Valladolid aseguró que la intérprete de Shake it Off no vendría a España hasta 2024.
Una información que el tiempo ha confirmado, pero que le valió al político una fama de seguidor de la cantante estadounidense que el hoy ministro de Transportes no ha dudado en aprovechar para compensar un perfil tuitero habitualmente bronco. El pasado 18 de febrero, Puente insistía en que el gran evento que le gustaría ver en el Bernabéu sería otro concierto de Taylor Swift.
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