La víctima de Dani Alves pasó los días del juicio «medicada» ante un «frágil» estado de emocional. Era la culminación del «infierno» que pasó desde que denunció, la misma noche de la violación del jugador brasileño en el lavabo de la discoteca Sutton. Así lo narró la abogada de la denunciante, Ester García, en Cataluña Ràdio y añadió que el principal miedo de su clienta fue que se divulgara su identidad.
Por eso, García censuró el trato recibido de la víctima por una parte, de los medios de comunicación, ya que «entró en pánico» cuando varios periodistas quisieron contactar con ella. La abogada ha explicado que un día alguien se presentó al portero de su casa para saber si ella vivía allí, por lo que la víctima decidió cambiar de domicilio.
Otro momento duro fue cuando se hizo público en el extranjero un vídeo donde se la identificaba y que algunos medios españoles reprodujeron. «Me han vuelto a violar», dice que le dijo su clienta. En este sentido, en el juicio una de sus amigas declaró que la víctima había recibido asistencia psicológica durante el tiempo que duró la investigación y que cuando se filtraron esas imágenes le dieron tratamiento psiquiátrico.
Dar voz al agresor
Esta publicación empeoró la salud de la víctima, ya que sus miedos se «cumplieron», según su abogada y complicó la preparación del juicio. En este sentido, García ha remarcado que esta era la intención de la filtración, que la denunciante «no llegara a juicio en condiciones normales por declarar».
La víctima quería preservar su identidad porque en su entorno no sabían que se trataba de la denunciante, incluso sus abuelos se enteraron por los medios de comunicación. La letrada ha insistido en que la sentencia demuestra que la versión de la víctima sobre la agresión sexual es la auténtica y espera que a partir de ahora pueda recuperarse una vez conocida la decisión judicial. Pese a esto, ha destacado García ha cuestionado que algunas informaciones han hecho «mucho daño» al poner en foco sobre la víctima y dar voz al agresor para «ridiculizarla».
Sin internet
La víctima también ha sufrido otras situaciones que afectaron a su salud como escuchar comentarios en un bar del tipo ‘esta solo busca dinero’ en un bar por parte de gente que no sabía quién era o cuando apareció la noticia en una tele mientras estaba en una sala de espera y otros usuarios empezaron a comentarla. Por eso, le prohibieron acceso a internet.
Hasta el mismo día que se conoció la sentencia, que García pasó con su clienta en el despacho, empezaron a llegar medios de comunicación, por lo que ha explicado que tuvieron que sacarla de allí, ya que estaba «desbordada». «Esto no es justificable ni se legitima para que yo lleve un tema mediático», ha indicado la letrada.
Sobre el impacto del juicio mediático en su despacho, la abogada ha señalado que en más de 20 años de profesión no había tenido medios de comunicación en la puerta y que eso alteró a la asistencia que da a otras mujeres. En este sentido, ha explicado que alguna clienta la tuvo que llamar «escondida» en un parking para decir que no acudiría a la visita porque había visto que había cámaras a las puertas del bufete.