“Gracias por haber elegido Asturias para iniciar vuestra carrera profesional”. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Jesús Chamorro, ha cerrado con estas palabras un solemne acto judicial, cargado de simbolismo, porque es la primera vez en trece años que dos nuevos jueces, que acaban de recibir sus despachos, tomarán posesión en dos juzgados de Asturias, en Lena y Castropol. El acto ha tenido lugar en el salón de plenos del TSJA, en Oviedo. Savia nueva para la judicatura asturiana, celebrada por el presidente del TSJA, porque “hace muchos años que en este tribunal no jura ningún juez”. Jesús Chamorro destacó “el significado“ de la promesa realizada por Ana María Oterino Manzanas, que será la nueva titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Lena, y por Alejandro Mon Asorey, que asumirá el juzgado único de Castropol. “Estáis comprometidos con la ley y con el servicio público”, subrayó, “desde los valores que encierra la Constitución” y con respeto “a la independencia del poder judicial como institución, que ya os recordó el Rey la pasada semana en la entrega de vuestros despachos”.
La vallisoletana Ana María Oterino Manzanas, de 27 años, optó por fórmula de la promesa, amadrinada por la magistrada María Victoria García-Copetudo, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Coria (Cáceres), que además es su cuñada. “Estoy muy ilusionada para por fin tener nuestro juzgado, cambiar cosas y que se noten los efectos de nuestro trabajo”, comenta la nueva titular del juzgado número 2 de Lena, “tras estar dos años y medio opositando y hacer las prácticas en Gran Canaria”. Está contenta con su nuevo destino. “Los números son buenos, podremos pensar la sentencias y sacar el trabajo adelante”, afirma Ana María Oterino, que también valora la ventaja que supone “tener AVE”, para estar más cerca de su tierra.
El lucense Alejandro Mon Asorey, de 28 años, también eligió la fórmula de la promesa, y tuvo como madrina a Laura Sotorrío Fernández-Mijares, magistrada titular del juzgado de Tineo. “Tengo muchas ganas de empezar en la que será mi primera plaza tras estar dos años en la escuela judicial. El de Castropol es un muy buen juzgado, es juzgado único, las guardias me las turnaré con Luarca”, explica de su destino que presenta “muy buenos números”. Aunque su padre es tramitador en un juzgado de Lugo, la decisión de ser juez no fue vocacional. “No pensé en ser juez desde los cinco años, hice Derecho con Políticas, y al acabar la carrera pues decidí probar, pero ahora me gusta mucho”, detalla Alejandro Mon.