Con la gripe aviar, las cuotas pesqueras que limitan las capturas para la flota del Mediterráneo y, desde hace un par de semanas, también la peste porcina africana (PPA) declarada en Catalunya amenazando a los productores de alimentos, los precios de la cesta de la compra no van a dar respiro esta Navidad. Los huevos, base de tantas recetas, han subido un 30,2% en el último año, según el dato del IPC conocido este viernes. El pescado y el marisco frescos cuestan ahora un 7,8% y un 4% más que hace 12 meses, y si se opta por la alternativa del congelado, las subidas son del 6,3%, en el caso del primero, y del 3%, en el del segundo. Hasta la carne de cerdo y los embutidos salen un 1,3% más caros estas Navidades que las pasadas, y eso que el precio del porcino en origen (el que la industria paga a los ganaderos) ha bajado tras el estallido de la última crisis veterinaria y la caída de las exportaciones.
Y aunque no están directamente relacionadas con ninguna alerta sanitaria, también son dignas de mención las escaladas que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), han experimentado los precios de la carne de ternera, con un aumento del 18% desde el pasado diciembre; los del café, con un 17,3%, y los del chocolate, que vale un 14% más. La buena noticia llega de la mano del aceite de oliva y del azúcar, otros dos ingredientes básicos de las elaboraciones culinarias. El primero es esta Navidad un 38,1% más barato que hace un año, mientras que el segundo ha bajado un 7,5% de precio. De forma más moderada, también bajan las patatas, en un 3%.
A pie de supermercado, los datos que maneja la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que anualmente elabora su propio Observatorio de Precios de Navidad, constatan que el incremento medio respecto a 2024 es del 5,1%, «similar a la subida del 5,2% registrada el año pasado respecto a 2023, lo que supone que la cesta navideña acumula ya un incremento del 57% en la última década«, afirma la entidad. El informe indica que una decena de los 16 productos analizados suben de precio: el redondo de ternera y las ostras registran un aumento del 19%, seguidos por la lubina y el jamón ibérico de cebo, que cuestan un 10% más. Las granadas (9%), el cordero lechal y la piña (8%), el pavo (7%) y la merluza y las almejas (que son ambas un 6% más caras) completan la lista de alimentos en los que ha impactado la inflación.
Langostinos, angulas y percebes mantienen sus precios respecto a hace un año, mientras que la lombarda (-1%), el besugo (-3%) y, sobre todo, la pularda (-16%) registran descensos, concluye el observatorio navideño de la OCU.
Las uvas de Nochevieja, la excepción
Los grandes mercados mayoristas, como el de Mercabarna, en la capital catalana, también corroboran la tendencia. «Estamos viendo subidas de entre un 5% y un 8% en el caso de frutas y verduras», indica el vicepresidente del Gremi Majorista de Fruites i Hortalisses de Barcelona, Lorenzo Carrasco. Hay una salvedad, puntualiza Carrasco, «la de las uvas, que bajan de precio en relación al año pasado, cuando ya se vendió a un importe bastante razonable». Así, el kilo de uva blanca está ahora a 8,25 euros, «siempre a granel, en lugar de comprarla envasada en plástico», recomienda el distribuidor. Y es que «en un contexto de inflación acumulada, de cambio climático que afecta a las cosechas, reglamentaciones y restricciones como la que impacta sobre la pesca o de guerras comerciales, es cada vez más necesario reivindicar el consumo de producto fresco», proclama Pere Prat, vicepresidente de la asociación que agrupa a las empresas mayoristas de Mercabarna.
Un niño sostiene un racimo de uvas blancas, típicas de Nochevieja. / DAVID CASTRO / EPC
«Una de las dinámicas que se han detectado en los últimos tiempos ha sido la anticipación de las compras por parte de los clientes, tanto los domésticos como los de la restauración», agrega Martí Colomer, portavoz del sector cárnico en Assocome. Así, ya en el mes octubre, los carniceros empezaron a despachar piezas de ternera, de cordero o de cabrito de cara a las comidas de estas fiestas. «Y no se adelantan las compras únicamente por razón de precios, sino que muchos consumidores vienen antes porque están interesados en cortes muy concretos, como los chuletones, los entrecots o los ‘t-bones‘ o en razas muy específicas como la Simmental, la Angus, la hereford, la Rubia Gallega o la Wagyu, que en estas fechas están muy demandadas», prosigue Colomer.
Ante este panorama, la OCU recomienda, además de la antelación, «aprovechar ofertas y considerar alternativas más asequibles, como carnes de ave, y aconseja comprar marisco fresco para congelarlo, anticipándose a posibles subidas posteriores», indica la organización. «Y que se dejen asesorar por aquellos que les despachan, que saben qué producto está mejor en cada momento», subraya Llum Ortega, especialista en pescado de playa en el gremio de pescadería del mercado de abastos barcelonés.
Nuevos hábitos de consumo
El cambio de hábitos que se viene detectando desde hace ya un tiempo, con más visitas a los establecimientos y compras de menor tamaño, que se complementan con la renuncia a productos considerados no esenciales, también afecta en cierta medida al consumo navideño. Los precios y promociones se consolidan como los factores decisivos de compra, en un 76% de los casos, según el Informe de Perspectivas del Gran Consumo en España, que elabora el Shopperview de AECOC. Con todo, el mismo análisis constata que el consumidor muestra una polarización cada vez más acusada: «mientras un 58% prioriza los básicos y pagar lo menos posible, un 42% declara que busca calidad más allá del precio», señala el estudio.
La tipología y composición de los hogares condiciona sus patrones de consumo, continúa el estudio de hábitos de consumo, que detalla que los hogares con mascotas -presentes en el 67% de ellos- y aquellos con hijos -la mitad del total- muestran mayor inclinación hacia productos gurmet, preferencia por marcas de fabricante y un perfil marcadamente sostenible. «Son hogares que buscan marcas comprometidas, compran más productos ecológicos y ‘plant based’ y muestran mayor disposición a invertir en propuestas alineadas con la salud y la responsabilidad social», recoge el estudio. Una tendencia que también se percibe en las compras alimentarias de Navidad.
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