Las claves
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El ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, ha asegurado este domingo que su país responderá «con calma» al incidente de este sábado en el que cazas chinos utilizaron su radar contra dos aviones de combate japoneses al sureste de Okinawa, en medio de la tensión entre las potencias a cuenta de Taiwán.
«Responderemos con determinación y calma para mantener la paz y la estabilidad en la región», ha remarcado el ministro a la prensa junto a su homólogo australiano, Richard Marles, tras mantener un encuentro entre ambos en Tokio, según declaraciones recogidas por el medio japonés Nikkei.
Marles, por su parte, ha calificado el incidente de «extremadamente preocupante» y ha asegurado que trabajará junto a Japón para tomar medidas.
«Los acontecimientos de anoche son preocupantes, y Australia también ha vivido acontecimientos preocupantes» con China, ha detallado el australiano.
Antes de su reunión, los ministros han supervisado sistemas de defensa aérea en la sede del Ministerio de Defensa nipón, y han acordado reforzar su cooperación después de que Australia se comprometiera en agosto a adquirir 11 fragatas japonesas Mogami para renovar su flota.
El desencuentro ha surgido cuando cazas chinos iluminaron con su radar de manera intermitente a cazas japoneses, un incidente que ha ocurrido en «aguas internacionales al sureste de la isla de Okinawa», según el ministro nipón.
El responsable ha señalado que Japón ha presentado una protesta ante las autoridades chinas por el incidente, que no causó daños a los pilotos ni a las aeronaves.
El radar en un avión de combate se utiliza tanto para localizar objetos como para apuntar sus misiles, por lo que un piloto que recibe una alerta de radar no tiene forma de saber cuáles son las intenciones del caza contrario, según EFE.
El Ministerio de Defensa japonés ha explicado que los cazas japoneses se encontraban fuera del espacio aéreo chino cuando fueron iluminados con el radar, y que no había motivo para utilizarlo de forma intermitente si el objetivo era simplemente localizar su posición.
El incidente se produce en un momento de especial tensión entre Tokio y Pekín a raíz de unos comentarios del mes pasado de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, quien dijo que un ataque militar chino a Taiwán podría justificar una intervención de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) niponas.
Pekín respondió con medidas de presión económica y cultural, entre ellas advertencias de viaje a Japón, la prohibición de importar productos del mar japoneses y la paralización de licencias para películas y conciertos procedentes del país vecino.












