¿Cómo ha evolucionado el sector de la caza en Cataluña en los últimos años?
Ha cambiado notablemente. Ha disminuido el número de cazadores por la falta de relevo generacional, mientras que, al mismo tiempo, la caza ha ganado importancia como herramienta de gestión para gestionar poblaciones en expansión, como el jabalí. Esto ha puesto de relieve que el sector no puede afrontar solo estos retos y que es imprescindible un mayor apoyo de las administraciones públicas, tanto en recursos como en planificación y coordinación, para garantizar una gestión eficaz del territorio y la sostenibilidad de la actividad.
¿Hay problemas de relevo generacional?
El principal problema es que los jóvenes están cada vez más desconectados del medio rural y de las tradiciones. A esto se suma una imagen de la caza negativa. Los cazadores estamos estigmatizados y muchos jóvenes tienen miedo a ser señalados simplemente por acompañar a sus padres o abuelos a practicar una actividad legal, regulada y fundamental para el equilibrio del medio natural. Desde la federación y las sociedades de cazadores intentamos ayudar a estos jóvenes con los costes de la caza que no son nada baratos.
«Los cazadores estamos estigmatizados y muchos jóvenes tienen miedo a ser señalados por acompañar a padres o abuelos a practicar una actividad legal y fundamental para el equilibrio del medio natural»
Ahora hay más mujeres…
Sí, hemos observado un incremento notable de nuevas cazadoras. Son muy responsables y plenamente implicadas. La mujer en nuestras sociedades de caza, en nuestras batidas aportan una imagen más moderna al sector cinegético. Por eso queremos animarlas a ellas y a los jóvenes a iniciarse en la caza, una actividad que conecta con la naturaleza, fomenta muchos valores como el respeto o el compañerismo, y tiene un papel clave en la gestión de nuestro territorio y de la fauna. La caza hoy día es una labor social.
¿Qué reivindica el sector?
Somos un colectivo comprometido con el medio natural, que realiza una labor social indispensable: controlamos especies como el jabalí o el conejo, evitando daños agrícolas, accidentes de tráfico y contribuyendo al control de enfermedades como la tuberculosis y, actualmente, la peste porcina africana. Esta actividad no solo requiere esfuerzo y dedicación, también supone un importante coste económico que los cazadores asumimos de nuestro propio bolsillo.
También reciben actos vandálicos
Seguimos siendo maltratados mediáticamente y poco valorados por la sociedad y, en ocasiones, por las instituciones. Pedimos que no nos rompan los cristales de nuestros coches o nos pinchen las ruedas cuando salimos a cazar y que no nos roben los perros. Algunos aparecen en una protectora a 50 kilómetros de donde fue recogido con la excusa de que estaban en medio de una carretera, cuando disponen de GPS y número de teléfono del propietario.
«Nuestra colaboración es imprescindible para limitar la expansión de la peste porcina: podemos participar en el control del jabalí, la vigilancia sanitaria y la localización de animales muertos»
Los acusan de abandonarlos
El sector está criminalizado por casos aislados y se difunden bulos sobre nosotros como que abandonamos o maltratamos a nuestros perros. Para el cazador, el perro es su compañero, un miembro más de su familia, invierte en él mucho dinero en entrenamiento y cuidado y todos están censados y con chip. La federación reclama una normativa sectorial específica para los perros de caza y de trabajo que nada tienen que ver con los de compañía.
¿Cómo analizan el brote de peste porcina?
Es un asunto de máxima preocupación, tanto por su impacto en la sanidad animal como por las consecuencias económicas y ambientales que puede generar. Entendemos que es esencial actuar con rapidez y coordinación, reforzando las medidas de control, vigilancia y bioseguridad. Las sociedades de cazadores colaboramos activamente en el seguimiento de la fauna silvestre, facilitando datos de campo y aplicando las recomendaciones de las autoridades competentes.
¿Cómo lo hacen?
Desde el año 2018, la Federación Catalana de Caza y el Servicio de Ecopatología de la Fauna Salvaje (SeFaS) hacemos el seguimiento sanitario pasivo de la fauna cinegética. Así obtenemos información válida sobre las enfermedades y agentes infecciosos de la fauna salvaje para conocer su progresión. Estamos comprometidos para detectar y controlar procesos patológicos que afectan a la fauna y que pueden transmitirse a las personas.
«Las batidas pierden eficacia si nos obligan a comunicar con demasiada antelación el lugar exacto»
¿Pueden ayudar a contener la peste porcina?
Consideramos imprescindible nuestra colaboración. La labor en el control poblacional, la vigilancia sobre el terreno y la comunicación inmediata de hallazgos resulta fundamental para limitar la expansión del virus. En otros países europeos, como Polonia, Alemania, Bélgica Hungría y Estonia, los cazadores han participado activamente en el control del jabalí, la vigilancia sanitaria y la localización de animales muertos, algo clave para detectar y frenar la expansión del virus.
¿Se han reunido con la administración?
Hacemos reuniones conjuntas con todas las sociedades de cazadores fuera del radio de 20 kilómetros marcado por la peste porcina, que son las que pueden actuar con «cierta normalidad», aunque se deben extremar todas las medidas de bioseguridad (limpieza de vehículos, perros, botas, etc.). Instamos a hacer un esfuerzo para reducir la densidad de jabalí en estas zonas. También hemos pedido puntos de desinfección de los vehículos y perros que están dentro del radio de 20 kilómetros y actúan fuera.
«El sector está criminalizado por casos aislados y se difunden bulos como que abandonamos o maltratamos a los perros, cuando invertimos en ellos mucho dinero en entrenamiento y cuidado»
¿Qué reformas normativas reclaman sobre la notificación de batidas?
Existe una creciente presión mediática para que los cazadores notifiquemos con antelación las ubicaciones de nuestras batidas, de manera que se conozcan los lugares exactos donde se llevarán a cabo con varios días de previsión. Las sociedades de cazadores debemos hacer una comunicación previa en terrenos públicos pero esta exigencia supone un impedimento para una correcta gestión cinegética. Para que una batida tenga éxito, los cazadores deben comprobar pocas horas antes, mediante la observación de rastros, si los animales se encuentran dentro de la zona prevista o si, por el contrario, se han desplazado. Esto puede obligar a modificar el lugar de caza en el último momento. Si la ubicación se ha comunicado con demasiada antelación, la batida pierde eficacia.
«La caza regulada no solo es un recurso útil, sino una pieza esencial en el control poblacional de las especies. Además, su coste para la administración es nulo: la actividad está asumida por los propios cazadores»
También piden que se respeten las señales de la batida
Si los usuarios del medio natural no respetan estas indicaciones, de nada sirve realizar una comunicación previa. Reclamamos un régimen sancionador para quienes no respeten las señalizaciones o interfieran de manera intencionada en su correcto desarrollo. De nada sirve anunciar y señalizar una batida si posteriormente no se respetan dichas indicaciones. La caza es la actividad más reglamentada del medio natural, sometida a una normativa estricta que los cazadores cumplimos rigurosamente.
¿La administración cuenta con los cazadores para la gestión de la fauna?
Aunque puedan existir herramientas complementarias, la caza sigue siendo el único medio plenamente operativo para regular eficazmente muchas poblaciones de especies cinegéticas que están provocando daños en los cultivos, problemas de tráfico y también sanitarios. La caza regulada no solo es un recurso útil, sino una pieza esencial en el control poblacional de las especies. Además, su coste para la administración es prácticamente nulo, la actividad está asumida por los propios cazadores que aportan tiempo y recursos.
También hacen otros servicios…
La Federación Catalana de Caza, junto con sus sociedades, con recursos propios, desarrolla proyectos de mejora del hábitat y recuperación de especies de caza menor, especialmente de la perdiz roja. Paralelamente, las sociedades de cazadores realizan un seguimiento continuo de las poblaciones mediante censos, estudios de productividad y control sanitario, lo que permite ajustar las medidas de gestión a la realidad de cada territorio. A través de la compañía de seguros Mutuasport, hacemos estudios técnicos y científicos de diferentes especies migratorias como la codorniz o el zorzal, que permite ajustar los periodos de caza.
Suscríbete para seguir leyendo












