El Leyma Coruña ya tiene en su mano la novena victoria de la temporada. Lejos de ser una sinfonía digna de Beethoven, el conjunto naranja tuvo que demostrar más mandíbula que nadie para imponerse al Palencia (82-75) en un duelo que, por momentos, pareció disputarse en un cuadrilátero de boxeo. Faltas, contactos y alternancias crueles en el marcador pusieron a prueba la resiliencia de un Leyma que, con su habitual espíritu de lucha en equipo y el liderazgo en ataque de Joe Cremo y Caio Pacheco, logró reforzar su condición de invicto.
El Coliseum tenía muchas ganas de baloncesto y el Leyma. Hambriento de canastas tras casi tres semanas sin competir, se lanzó con voracidad hacia el aro rival desde el salto inicial. Entre calurosas bienvenidas a Ingus Jakovics, exnaranja ahora en las filas del Palencia, Guillem Jou fue el encargado de abrir la lata (2-0). El Leyma salió dispuesto a dominar el marcador y el ritmo. Mandó en las pinturas, con algún tapón de Diop y rebotes clave para elevar la renta. Cremo y Cuevas, a triplazo limpio, fijaron el 8-0 en el marcador en apenas tres minutos.
Al Palencia, que apenas logró sobrevivir a base de tiros libres hasta el minuto seis (12-5), no pareció importarle cambiar la pelota naranja por los guantes de boxeo. Los árbitros, con un criterio que pronto levantó aspavientos en las gradas, permitieron los contactos cada vez más contundentes de los jugadores visitantes. Agarrones a Diop en la lucha por un rebote ofensivo se quedaron sin sanción. Otro golpe sobre Caio Pacheco obcecó poco a poco a un Leyma que, además, vio a Vrankic y Wintering neutralizar su ventaja (22-22).
Las decisiones arbitrales encendieron al Coliseum, pero el Leyma trató de concentrar su frustración únicamente contra el aro rival. Así lo hicieron Cremo y Jou en el inicio del segundo parcial. Su astucia para sacar petróleo de tiros imposibles, que se convirtieron en puntos en la línea de tiros libres, permitió al Leyma recuperar cinco puntos de renta (27-22). Palencia no cambió su propuesta. Kunkel le dio un machetazo en la cara a Jou y Ugochukwu continuó haciendo de las suyas en la pintura, casi sin impunidad. Cuevas firmó un caño en un partido de baloncesto para acabar anotando una bandeja.
Los palentinos lograron aferrarse al marcador en todo momento. Wintering salió al rescate en la pintura y Borg fue un peligro latente en el perímetro. Jorgensen le desafío con los triples. Una sucesión surrealista de faltas y tiros libres permitieron al Palencia remontar seis puntos en unos segundos y marcharse con ventaja al descanso (46-47)
Hasta tres faltas se sancionaron en el tercer cuarto antes de que Cremo rompiese el hielo con un triple. El partido siguió enrocado en los contactos y en un ritmo demasiado frenético, incluso, para el gusto del Leyma. De canasta a canasta, pero con escaso acierto en los tiradores de ambos equipos. Caio Pacheco anotó tras seis minutos la segunda canasta del Leyma. Sumó también la tercera, un triplazo (56-52) que alertó al Palencia. Un cuarto escasísimo de puntos se volvió a saldarse a favor de los visitantes in extremis. Ugochukwu sostuvo al equipo y Manu Rodríguez, con un triple esquinado en la última posesión, volvió a poner deberes al Leyma (58-59).
Escasos puntos al final
Los hombres de Marco apretaron los dientes en el último parcial con cinco puntos de Dídac Cuevas. El base catalán volvió a encarnar el espíritu de lucha e inspiró a sus compañeros del perímetro. Caio Pacheco y Joe Cremo, incombustible en ataque, se encargaron de allanar el camino hacia la victoria. Aprovecharon el apagón del Palencia en ataque para escaparse por encima de los diez puntos (74-63) a tres minutos del final. El Palencia intentó reaccionar, pero ya no tuvo nada que hacer. Paul Jorgensen, de coche escoba, y Radoncic, contundente en ambas pinturas, amarraron una victoria que ya no se escapó del Coliseum. 82-75 para un Leyma que golpea y encaja como un campeón.







