Playa de lobos
★★★
Dirección: Javier Veiga
Reparto: Guillermo Francella, Dani Rovira
Podría ser una excelente obra de teatro. De hecho, su director y guionista Javier Veiga posee amplia experiencia en labores de dramaturgia. También podemos decir que se trata de una obra de cámara. Pero a veces desde lo más pequeño brotan ideas brillantes, y Playa de lobos es de esas películas que se recuerdan mucho después de haberse visto.
Dani Rovira (Manu) interpreta al responsable de proveer de hamacas a los clientes que pasan por su chiringuito playero. Guillermo Francella (Klaus) es un jubilado verborreico que se empeña en permanecer tumbado en su hamaca a la luz de la luna.
Como es lógico, Manu quiere cerrar el chiringuito para irse a descansar. Pero no lo conseguirá. Con esta premisa comenzará un juego dialéctico que dura toda la función y que, lejos de aburrir, despierta la curiosidad del respetable gracias al curioso duelo actoral que se plantea.
Klaus (¿quizá un trasunto de Papá Noel?) hace a Manu una propuesta (sobre la que no vamos a realizar spoiler) que ayuda a que la trama enganche y sirve de excusa para que estos dos personajes inicien una interesante discusión sobre algunos de los temas troncales de la existencia. Sin un excelente guion el edificio se derrumbaría como un castillo de naipes. Pero Javier Veiga sabe guardar ases en la manga para que no decaiga. Existen ecos de thriller del mismo modo que resuenan los momentos oníricos. Siempre a favor de obra, que el espectador sigue con una sonrisa cómplice.
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