Escribo desde Nueva York donde la gente habla del coste de la vida, de la inflación, del aumento del paro, del escaso impacto de los aranceles, de la Bolsa que va como un tiro, y de la preocupación por el déficit y la deuda. También habla de seguridad, de las deportaciones masivas de inmigrantes sin o con papeles, que de todo hay, de restricciones a la llegada de viajeros de ciertos países pobres, y de los archivos de Epstein. Poca preocupación en la calle con la política exterior: algo de China, Ucrania o, ahora, Venezuela. Gaza ya se ha olvidado aunque ha cambiado la percepción sobre Israel. Esto es el Imperio y lo que pasa en provincias es secundario y solo interesa en la medida en que afecta a sus intereses.
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