los térmicos sobreviven (pero con e-fuels)

La Comisión Europea ha confirmado que los motores de combustión interna no desaparecerán automáticamente en 2035, siempre que funcionen con combustibles sintéticos, biocombustibles avanzados o carburantes de bajas emisiones.

La normativa aprobada en 2023 buscaba eliminar los vehículos nuevos que emiten CO₂ de su funcionamiento a partir de 2035. Pero la presión política, especialmente desde Alemania, y la realidad del mercado han logrado que ese final no sea tan absoluto.

Qué cambia: la ficha técnica del nuevo panorama

Versión de normativa / opción   Condición Estado en 2035 Fuente
Prohibición pura (2023) Ninguna emisión de CO₂ en el uso Venta prohibida (en teoría)       Reglamento UE 2023
Propuesta actual Motor térmico con combustibles sintéticos, biocombustibles o bajas emisiones      Permitido con condiciones Comisión Europea 2025

¿Qué son esos combustibles salvavidas?

  • E-fuels: se producen con aire, agua y electricidad renovable. Capturan CO₂ previamente, combinándolo con hidrógeno verde. En teoría, el CO₂ liberado al quemarse ya estaba capturado, lo que forma un ciclo casi neutro.
  • Biocombustibles avanzados: obtenidos de residuos agrícolas, aceites usados o podas. No compiten con alimentos y tienen menor huella de carbono.
  • Combustibles de bajas emisiones: categoría en desarrollo para carburantes menos contaminantes que los fósiles.

Quién respira tranquilo y quién no tanto

Para la industria automovilística europea, en especial la española, este giro es un balón de oxígeno. Las fábricas de motores tienen margen para adaptarse sin un cierre abrupto. Modelos actuales podrían seguir homologados, dependiendo de la disponibilidad de estos nuevos combustibles. Esa transición no exige una revolución tecnológica. El chasquido de la pistola de aire en el taller podría seguir sonando.

Un respiro para conductores y mercados con parque viejo

  • Los países con flotas envejecidas, como España, evitan una renovación masiva y costosa.
  • Conductores de larga distancia, flotas o vehículos pesados tendrán opciones más allá del coche eléctrico puro.

No todo es viento a favor: los escollos persisten

Esta segunda vida de los térmicos viene con letra pequeña. Para que los e-fuels sean neutros en carbono, deben producirse con electricidad 100% renovable. Hoy su coste es elevado y su producción limitada. Además, la infraestructura para distribuirlos apenas existe.

¿Y la transición a cero emisiones?

Algunos expertos advierten que frenar la electrificación puede ralentizar la descarbonización del transporte. Los coches que sigan quemando combustibles, aunque limpios, seguirán afectando al balance global de emisiones.

Qué se espera ahora: fechas, decisiones y debates abiertos

La Comisión Europea retrasó el nuevo paquete legislativo automovilístico previsto para diciembre de 2025. En él se espera definir qué se considerará combustible neutro, qué límites de emisiones serán aceptables y si habrá cabida para híbridos o extensores de autonomía.

La fecha de 2035 deja de ser una lápida para el motor térmico. Se convierte en una bifurcación. No todos los coches de gasolina o diésel desaparecerán, pero deberán adaptarse para seguir circulando. Y el debate, lejos de cerrarse, apenas comienza.

Fuente