El alto grado de confianza de un equipo también se mide en noches así, en partidos que ves ganados, que sabes, porque es evidente, que estás muy por encima de tu adversario y no te pones nervioso. Al revés, te vas dejando ir, cómodo, sintiendo que en cuanto aprietes, pasas por encima. Pero a veces calculas mal el exceso de levedad y resulta que pierdes, que te gana un rival en descenso, que cometes errores de bulto, inocentes, de niño malcriado, y acabas con una racha triunfal que te estaba a punto de situar al frente de la clasificación. Así es el deporte de élite, si te crees lo que no eres capaz de demostrar sobre el parqué, te vuelves a casa con cara de cretino. Ojalá haber aprendido algo en el ajado Illumbe. Con eso bastaría…
El HLA Alicante regresa de San Sebastián con su segundo tropiezo del curso después de cinco jornadas seguidas ganando. Cae en un encuentro en el que, con lo justo, casi por inercia, fue capaz de mantener el pulso sin necesidad de brillar en nada, casi sin defender, sin rebotear, sin emplearse en el perímetro. Solo con la individualidad productiva de tres de sus hombres, Larsen, cansado de más; Jordan Walker, jugando solo para sí; y Mike Torres, el único con verdadera vocación coral. Nadie más se sumó, la segunda unidad ni compareció.
Tucker Richardson salta para impedir la anotación del pívot de Gipuzkoa Korsantia. / Gipuzkoa Basket
Gipuzkoa, un recuerdo muy vago de lo que llegó a ser en otro tiempo, se apoyó en el impulso de su victoria en Fuenlabrada antes del parón liguero para creer que podía sorprender a otro bloque destensado por la acumulación de libranzas. Del 11-13 al 21-14 en cuatro minutos. A los donostiarras les sobró con defender duro, nada más. Rubén Perelló fue rotando estructuras para tratar de dar con alguna sólida. No lo consiguió. El duelo, pleno de errores (0 de 9 en triples los vascos), de fallos en tiros liberados en ambas franquicias y plagado de lanzamientos urgentes, precipitados, sin mirar a canasta, llegó al descanso con un insulso 31-32 jugado muy rápido, sin apenas interrupciones, eso sí.
Hanzlik, desaparecido hasta entonces, cerró el tercer acto (55-56) y abrió el cuarto de la misma manera, anotando de tres (58-56). Ese parcial inesperado desvió la atención del Lucentum, que se olvidó de defender por dentro, de cerrar el rebote, de ser duro en su tablero. Facilitó el camino al aro a Gipuzkoa, se le atragantaron el pick and roll y el 2×2, y le fue dando alas a su adversario, que con una actuación deficiente por fuera, dio con el modo de colarse en la pintura y bien cobrar falta, bien anotar canasta.

Rubén Perelló no da crédito a lo que observa desde su banquillo en el Amenabar Arena de San Sebastían. / Gipuzkoa Basket
El preparador lucentino, desesperado, continuó con su búsqueda de soluciones, parando el crono, modificando las estructuras, dándole versatilidad, intentando, sin suerte, que mejorara la contención, que se endureciera la defensa.
Sin desperezarse, en una Plaza de illumbe que pasó del aburrimiento a la fe en la posibilidad real de encadenar el segundo triunfo, el Lucentum entró en un intercambio de golpes sin control, sin gobierno, sin la paciencia ni la toma de decisiones adecuada. Aun así, seguía con opciones de sumar la octava hasta que su intento (muy postergado) de remontada lo frenó primero Nacho Arroyo, con un triple demoledor (69-62), y luego Jordan Walker con un bote en su propio pie (71-65, a falta de 3 minutos).
Malas decisiones
El esfuerzo de Torres y Aris por coser a su equipo al parqué favoreció un ilusionante 73-70 que se fue al traste cuando el propio base dominicano dejó agotar una posesión e hizo la falta justo cuando expiraba estando ya en bonus, una de esas decisiones que no piensas bien y que te cuestan la derrota.
Los guipuzcoanos convirtieron los dos tiros libres y se encomendaron al trío Arroyo-Ngom-Korsatia para perforar el tenue blindaje de la pintura visitante. La reacción necesaria esta vez no llegó, esta vez el HLA midió mal, se dejó en Alicante la fuerza coral. 47 puntos aportó el banquillo donostiarra, apenas 11 el lucentino, que asistió mucho menos (18-8) y reboteó poco para una noche con sobredosis de fallos en el triple (3 aciertos en 40 minutos). Perder es natural, hacerlo por pensarse más fuerte sin dejarlo patente en la cancha, eso ya es falta de humildad… y por ahí no, ruta equivocada.
FICHA TÉCNICA
Inveready Gipuzkoa 77-70 HLA Alicante
► GIPUZKOA (21 + 14 + 20 + 22): Zubizarreta (0), Apecechea (2), Aledón (9), Tyler McGhie (9), Korsantia (10) -quinteto titular- Ngom (11), Hanzlik (8), Eneko Cendón (0), Cabodevilla (9), Ansorregui (7) y Arroyo (12).
► LUCENTUM (14 + 25 + 17 + 14): Mike Torres (10), Jordan Walker (21), Tucker Richardson (9), Isma Tamba (3), Kevin Larsen (16) -quinteto titular- Mendikote (4), Sebastian Aris (5), Mwema(0), Coulibaly (2), Alex Jordá (0) y Sergio Llorente (0).
► ÁRBITROS: Antonio Zamora, Fernando Ibáñez y Alejandro Aranzana. Sin eliminados.
► Marcador por cuartos: (1) 21-14 (2) 35-39 (3) 55-56 (4) 77-70
► PABELLÓN: Amenabar Arena (antigua Plaza de Illumbe). Apenas 800 espectadores.
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