El grupo juvenil de extrema derecha Revuelta, creado con trabajadores de Vox y protagonista en los altercados de Paiporta en 2024, acaba de romperse entre acusaciones de estafa y desvío de fondos recaudados para las víctimas de la dana, hechos que han sido denunciados ante la Fiscalía.
El exvicepresidente de la asociación, Arturo Villarroya González, ha publicado un comunicado en redes sociales donde anuncia su dimisión y la de otro miembro de la Junta Directiva, Javier Esteban Bejarano, presentada el 5 de noviembre por las presuntas malas prácticas del presidente de Revuelta, Jaime Hernández y sus colaboradores más estrechos.
Villarroya, asesor de Hermann Tertsch (Vox) en el Parlamento Europeo, arranca el texto acusando a Hernández y dos colaboradores de acaparar todo el poder de decisión “con absoluta opacidad hacia el resto de miembros de la Junta Directiva y asociados”. Entre otras cosas señala que en dos años no se ha convocado una junta o asamblea ni han visto o firmado “documentos, cuentas, contratos, facturas, declaraciones fiscales o movimientos bancarios”.
“Mi participación durante estos años, al vivir en Bruselas, se ha limitado únicamente a brindar apoyo en redes sociales y ayudar presencialmente tras la dana de València para enviar ayuda humanitaria desde Arganda y a retirar barro junto a otros miles de españoles generosos. Y es precisamente por respeto a esos miles de voluntarios y donantes, que resulta inaceptable que se hayan apropiado de la asociación, hayan gestionado con tal ocultación y presuntas malas prácticas, y hayan arrastrado a Revuelta de manera progresiva y deliberada hacia un distanciamiento político y personal contra Vox por intereses personales”, continúa Villarroya.
En octubre, el vicepresidente le exigió a su número 1 información y una auditoría interna. Lo hizo por teléfono y a través de burofaxes. Solicitó acceso a movimiento de cuentas, conocer el destino de los fondos recaudados para la dana, presentación de impuestos, de posibles pagos directos a Jaime Hernandez o empresa “Picaporte”, posibles retiradas de efectivo y cualquier contratación realizada en nombre de Revuelta. También reclamó la convocatoria de una Junta Directiva y de una asamblea con notario para revisar la situación y decidir la liquidación ordenada de la asociación, saldando cuentas fiscales pendientes y donando cualquier remanente a los damnificados.
“La respuesta fue el silencio”, cuenta Villarroya, que ante la negativa de entregar información, tanto él como Javier Esteban presentaron su dimisión y, el 30 de noviembre, presentaron una denuncia conjunta ante la Fiscalía por presuntas irregularidades graves, posible estafa en el destino de fondos y en el cobro de cuotas de afiliación sin derechos asociados.
«De nuestra zona ha salido vivo»
La asociación Revuelta, integrada por jóvenes de extrema derecha, fue la responsable de promover las movilizaciones ante la sede federal del PSOE en la calle Ferraz en noviembre de 2023, o de caldear el ambiente en la visita de los reyes, Pedro Sánchez y Carlos Mazón a Paiporta un año después. Este grupúsculo estaba claramente organizado con cánticos dirigidos tanto al presidente del Gobierno como al expresidente de la Generalitat exigiendo a ambos la dimisión.
Durante los altercados en los que lanzaron barro y todo tipo de objetos a las autoridades, un grupo de personas intentó agredir a Sánchez y generó graves desperfectos a los vehículos oficiales con la rotura de cristales. El ataque se lo atribuyó «Revuelta» y las imágenes de los reporteros gráficos no dejaron lugar a dudas: muchos manifestantes presentaban tatuajes o camisetas de simbología neonazi o de ultraderecha.
«Estamos los de mi asociación [Revuelta] aquí (…) Les hemos destrozado el coche (…) pero solo le hemos podido dar con un palo en la espalda (…) No sé qué habrá pasado después, pero de nuestra zona ha salido vivo», aseguró un seguidor de «Revuelta» en un grupo de Telegram.
¿Solo el pueblo salva al pueblo?
La asociación ultra se adhirió enseguida a la ola de solidaridad surgida tras el 29 de octubre y trató de capitalizar la desafección política resumida con el lema de “solo el pueblo salva al pueblo”. Revuelta instaló en la población madrileña de Arganda del Rey un cuartel general provisional y desde allí coordinó con cientos de voluntarios el envío de recursos a la zona cero. Tuvieron que mudarse a una nave de la citada población porque las donaciones ciudadanas desbordaron sus previsiones, todo coordinado con el ayuntamiento y bajo una apariencia apolítica con proclamas de un patriotismo solidario que, argumentaban, cubría las carencias del “Estado fallido”.
Portando una pancarta con este mismo lema también se ha dejado ver la asociación local Valentia Forum, entidad del ámbito de la extrema derecha y afín a España 2000. El último artículo de su blog se titula precisamente “Solo el pueblo salva al pueblo” y contraponen esta autogestión a la acción de “clases dirigentes, élites y oligarquías”. Siguiendo con el ideario clásico de la extrema derecha, la dana habría demostrado “el absoluto fracaso del sistema autonómico español, con 17 focos de corrupción y clientelismo”. Es esa presunta corrupción, sin embargo, la que acaba de quebrar la asociación Revuelta de doctrina similar.
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