Velázquez restaurado y sin filtros: la expo que desvela su alma

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acaba de abrir al público una exposición con nombre casi quirúrgico: El arte de restaurar. Mecenazgo de la Fundación Callia en la Academia. Una oportunidad irrepetible para observar en primer plano lo que usualmente ocurre en la penumbra de los talleres.

Con veinte obras maestras como protagonistas, el recorrido expositivo convierte al espectador en testigo de un proceso silencioso pero decisivo: el de la restauración. Velázquez, Zurbarán, Bellini… nombres mayores del arte europeo lucen en esta muestra con una luz distinta, desprovista de suciedad, repintes o barnices oxidados que, durante siglos, velaron su verdadero carácter.

¿Por qué ahora? Las claves del rescate pictórico

«Las obras empiezan a vivir cuando salen del estudio del artista, pero también a deteriorarse», resume el comisario Víctor Nieto, que ha supervisado este homenaje al noble oficio de la conservación. Lo cierto es que, aunque muchas de las piezas estaban en aceptable estado, algunas acumulaban distorsiones provocadas por limpiezas parciales o restauraciones antiguas que alteraban sus capas originales.

El milagro tras el bisturí

  • El Salvador (1502) de Giovanni Bellini: rejuvenecido tras retirar estucos añadidos en el siglo XIX.

  • La Santa Cena (1629) de Otto van Veen: recuperada con criterio tras siglos de retoques dudosos.

  • La Santa Cena de Velázquez: atribuida al maestro sevillano, ahora más legible que nunca.

Los restauradores Rafael Alonso y Alfonso Castrillo han sido los artífices del milagro, consolidando capas pictóricas, retirando repintes e intervenciones que más que ayudar, ocultaban. El resultado es una relectura visual, casi emocional, de obras que creíamos conocer.

Del bastidor al discurso: restaurar también es contar historias

Una restauración no es solo una operación técnica: es también un acto de escucha. De lectura entre barnices. Cada obra intervenida revela no solo el trazo del pintor original, sino las manos que pasaron por ella a lo largo de los siglos. Grietas, manchas, sustituciones. Todo deja huella.

Una muestra con valor pedagógico

La exposición se completa con paneles, vídeos y materiales interactivos que explican el proceso paso a paso. Desde la consolidación de la tela hasta los análisis de pigmentos, el visitante no solo mira: también aprende, se emociona y comprende el porqué de tanto esmero.

«Es esencial transmitir a la sociedad la suerte que supone tener este patrimonio y la capacidad de conservarlo», señaló Carmen Reviriego, presidenta de la Fundación Callia, durante la inauguración. Un acto que contó también con la presencia de Tomás Marco, director de la Real Academia.

Lo nunca visto: detalles que emergen

Lo más emocionante es, sin duda, redescubrir esos detalles que habían quedado sepultados. El fulgor del rojo cardenalicio en un manto de Zurbarán. El brillo húmedo en los ojos del Cristo de Bellini. El realismo espectral en las manos de los apóstoles pintadas por Velázquez.

Detalles que ahora emergen gracias al trabajo de los restauradores, cuya labor no solo devuelve el esplendor, sino también interroga: ¿qué es una obra de arte sin su tiempo y sus heridas?

Cuándo y dónde

  • Lugar: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid

  • Fechas: Desde diciembre de 2025

  • Entrada: gratuita

Una exposición para ver, oler (ese inconfundible aroma a resina y madera pulida), y pensar. Porque, como apuntaba el comisario, «la restauración es también un ejercicio de memoria».

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