En «Me has robado el corazón», Óscar Casas es Erik, un joven ingeniero que echa cuentas de su vida y decide en darle un giro. En esa pirueta, se cruza Vera (Ana Jara), una joven estudiante de máster de familia muy adinerada. Ambos iniciarán una huida hacia Galicia, en concreto, al Entroido ourensano. Producido por la gallega Ficción, el filme –dirigido por Chus Gutiérrez y con la presencia en el elenco de Luis Zahera, Miguel de Lira, Ana Milán, Lucía Veiga o Francis Lorenzo– también presenta tomas de Cambados y parte de Ourense. Entre los disfraces del intérprete de ascendencia gallega: el de Miércoles.
—Gran parte de metraje transcurre en dos de las villas del Triángulo Mágico del Entroido (Carnaval) gallego. ¿Lo había vivido antes del filme?.
Fue la primera vez que estaba tanto por Laza como por Verín y también la primera vez que iba al Carnaval allí; pero no será la última; seguro. Fue precios porque pudimos grabar el Carnaval en el tiempo real en el que se celebraba. Todo el pueblo tenía ya sus trajes preparados, que pesan mogollón [en referencia a la figura del cigarrón, propio de Verín]. Fue muy bonito ver cómo viven esa fiesta allí.
—¿Trabajó con un coach el acento gallego?
Así es. Lo trabajé con Rosa, que creo que es la mejor coach de acento gallego. Viví en su casa durante cuatro días, creo que era cerca de Laza, no lo recuerdo bien. Estuve allí con su abuela, los hijos, en el campo preparando el guion y las escenas. Estuve con el acento todo el rato y ella me iba corrigiendo. Comimos filloas pero las hechas a la piedra con leña. Fue una experiecia superbonita. Yo lo hice con el mayor respeto posible porque mis padres son gallegos así que quería hacer un buen trabajo.
—¿Pensó a lo largo del rodaje qué haría con 200 millones de euros?
Sin duda fue un tema de conversación en el rodaje. Todos teníamos nuestras propuestas de qué haríamos con tantísimo dinero. Yo, la verdad, me cuesta responder. Si fuese un dinero obtenido sin robar y no tuviera que huir, me gustaría hacer mis propias películas. Me gustaría coger a los mejores guionistas para que escribiesen las historias que me apetece contar; también contratar a los mejores actores.
Ana Jara y Óscar Casas en «Me has robado el corazón». / Ficción
—En el filme, en algún momento, hablan también de qué hacer si se acabase el mundo. Imagínese que anuncian a golpe de jueves que el sábado por la mañana impacta un meteorito contra la Tierra y esta se desintegra. ¿Qué le gustaría hacer ese último viernes?
Comería muchísima comida rica y dulces con mi familia y con la gente que quiero. Intentaría reírnos. Sería complicado porque moriríamos todos al día siguiente.
—Algunos personajes más jóvenes viven en el filme la precariedad laboral y la dificultad para vivir independientes y solos en una vivienda. ¿Son los problemas fundamentales de la juventud?.
No sé si son los fundamentales pero son grandes problemas. Yo tengo muchos amigos como Erik. En esas escenas, como actor, los tengo en la cabeza. Hay muchos estigmas sobre lo que tenemos que ser, sobre lo que es triunfar o no. Creo que estamos un poco equivocados. Triunfar no es tener un trabajo en alguna de las cuatro torres, trabajar todo el día para otra persona y que no te traten bien. Si eso te hace feliz, para adelante; pero a muchas personas ese estilo de vida no les hace feliz. Para mí, el éxito es ser feliz.
—Otro asunto en el largometraje es la libertad. ¿Siente que le manejan otros o usted los hilos del destino?.
Creo completamente en la libertad y en el libre albedrío pero también hay una fuerza mayor, llámala todo, dios, la vida, que te controla. Como ser humano siento libertad pero no estoy seguro de que haya una completa libertad en la vida.
—¿Cómo se lleva vivir bajo los focos?
Intento no ver ni leer nada, ni ver noticias con mi nombre. No tengo ni twitter, ni instagram, ni tik tok en el móvil. Intento estar ausente de esto. Obviamente me acaban llegando algunas porque me las envío gente… En cuanto las leo intento olvidarlas porque es tan irreal, tan ajeno a la verdad de la vida. Hay años en los que estás en todas partes; otros en los que no; otros en los que vuelves a estar… Intento vivir concentrado en mi profesión, en mi familia y en mi pareja (Ana Mena).
Un rodaje con baño en el Lago de Sanabria en pleno febrero
—Aunque es una comedia, sobre todo dirigida al público más joven, puede pensarse de que el mensaje es que la felicidad se consigue con dinero.
El dinero ayuda a tener solvencia si quieres romper con todo; pero en esta película contamos la historia de una chica de clase alta con una familia muy adinerada y de un chico que vive en Madrid en un buen piso [aunque compartido con dos amigos], con un buen trabajo. No lo tienen difícil a nivel dinero. No son dos personas a las que les cueste llegar a final de mes o que no tengan para comer. Aún así rompen con su vida.
—La escena del baño en el Lago de Sanabria, ¿realmente fue allí en pleno invierno?
Es tal cual sale en la película, en febrero. Totalmente real y frío. Lo tenían todo muy preparado con carpas de calor y había ambulancia por lo que nos pudiera pasar. Estaba todo muy medido. El cuerpo es poderoso y con la adrenalina no fue tan horrible.
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