Da igual que sea el protagonista de un acto o un simple invitado secundario, porque cuando aparece en escena, la cola de los selfies con Mariano Rajoy siempre es la más larga del auditorio. Y en su ciudad natal, que es Santiago y no Pontevedra, no fue para menos. El expresidente abarrotó el salón del Hotel San Francisco en la presentación de su libro El arte de gobernar. Un poder de convocatoria sorprendente para un político, y más aún para uno ya retirado, pero que conserva su imán entre un público muy eléctico. Porque en el acto de este jueves se mezclaban conselleiros y conselleiras con un buen puñado de altos cargos de la Xunta, concejales del PP, vecinos de a pie o auténticos fans que acudían en busca de una de esas frases marianas que ni el mismísimo Guillermo Rojo sería capaz de analizar. Porque hay quien admite que va a ver a Rajoy como quien acude a pasar un buen rato con un monologuista.
Y una vez más, el protagonista no defraudó. «Para mí es muy reconfortante que ustedes estén aquí, somos seres humanos y estas cosas nos alegran». Leída así no tiene mucha gracia, pero expresada por Mariano Rajoy arrancó las primeras carcajadas de la presentación, que contó con la periodista Paula Pájaro como maestra de ceremonias.
Cuando Alfonso Rueda y el propio Rajoy tomaron la palabra, ya había gente de pie en los pasillos y en las escaleras, mientras que el puesto de la entrada había despachado más de un centenar de libros. Rueda lo presentó como «el mejor exponente de la política con sentidiño» y comparó las figuras de Rajoy y Pedro Sánchez a través de los títulos de sus libros: El arte de la política y Manual de resistencia. «Rajoy se dedicó a gobernar, Sánchez a resistir», concluyó el presidente de la Xunta, que todavía tuvo tiempo para un spoiler: Rajoy repetirá cameo en el vídeo de Navidad de los populares gallegos, como en los últimos años. «Esperamos que os guste».
Rueda y Rajoy, antes de empezar. / Antonio Hernández
«Soy persona ‘non grata’ en Pontevedra, algo que no logré en Santiago»
Antes de hablar del libro, como Umbral, Rajoy hizo un pequeño ejercicio de nostalgia con la capital gallega, su ciudad natal. «Santiago me reconforta», admitió. «Nací aquí, estudié aquí, en Orfas y la antigua facultad de Derecho de la USC, y mi carrera política empezó en cierta manera también aquí, porque formé parte del primer Parlamento, que estaba en Xelmírez, recordó para justificar ese equilibrio sentimental en el que siempre se mueve entre Compostela y Pontevedra, ciudad esta última donde reside y donde es «persona no grata», recordó con su particular humor. «Ser declarado non grato es algo que no he logrado en Santiago, pero todo se andará».
Roto el hielo con el público, Rajoy se centró en El arte de gobernar, un libro que «no es un tratado de filosofía política, pero trata de política», explicó. Consta de 17 capítulos, independientes unos de otros, con tres bloques: cuestiones clásicas de la política (Constitución, Democracia, Congreso…), cuestiones nuevas (redes sociales, inmigración…) y los aspectos humanos de la política.
«Los extremismos son el mayor reto del país»
Sobre la primera parte del libro, Rajoy abrió fuego con cuestiones de máxima actualidad. «La democracia es el mejor sistema que tenemos para gobernar la convivencia, pero no se limita a votar y hacer lo que quieras, porque si no respetas la separación de poderes y cuestionas a los jueces, la democracia retrocede, pierde calidad y quién sabe lo que puede ocurrir después…», reflexionó Rajoy. Fue su particular SOS por la democracia en España que, avisa, ponen en juicio tanto el Gobierno como los «populistas». «Los extremismos son hoy el mayor reto del país y le hacen mucho daño», argumentó el expresidente y exlíder del PP.
Sin citar al Ejecutivo central ni a Vox, pero apuntando hacia ellos, alertó de que ese populismo puede ser «un millonario de Nueva York, un comunista español fascinado por dictaduras tropicales, alguien de extrema derecha, extrema izquierda o extrema estupidez», dijo rescatando una frase que ya usó en el Foro La Toja. Todos comparten su modus operandi: «Gente que eleva el tono y dice tonterías importantes…». Ahí, aconsejó no oponer nunca un extremista a otro, «porque es transitar por mal camino y el daño a la convivencia es incalculable». «Los extremistas están haciendo mucho daño al país». Una realidad que se traslada al Congreso y el Senado, donde detecta «una degradación de la palabra» y de la propia imagen, con gente en el hemiciclo «vestida como si fuese a la playa», bromeó.
Avanzando por algunos capítulos de la política tradicional de El arte de gobernar, Rajoy salió en defensa de la Constitución y la Corona. La Carta Magna, por ser «reglas de juego» para todos; mientras que de la Casa Real defendió el papel de un Juan Carlos «injustamente tratado», tras «pilotar una transición que dio entrada en la democracia, las instituciones europeas, el euro y la mayor etapa de bienestar del país». De Felipe VI alabó su «serenidad, carácter, preparación, madurez…». «Podemos estar tranquilos», garantizó..
Su repaso a la política clásica acabó con la economía. Justificó las decisiones duras que tuvo que tomar en la crisis, «como subir los impuestos a los diez días de llegar y recortar el gasto», porque «si tú no tomas las decisiones, le harás daño a tu país». Y criticó la actual agenda del Gobierno. «No se trata de hacer pobres a los ricos, sino de hacer ricos a los pobres», reflexionó, aletando del riesgo de un exceso de deuda y déficit. «El Estado nunca ha sido un buen empresario», manifestó.

Público en la presentación del libro. / Antonio Hernández
«En las redes vale más lo que dice un energúmeno que un premio Nobel»
Sobre el segundo de los bloques del libro, lo que Rajoy denomina los nuevos asuntos de la política, pidió una «regulación» de las redes sociales ya que alerta de su peligro potencial para amplificar los mensajes extremistas. «Hoy cualquier potencia extranjera puede desestabilizar un país a través de las redes», como ocurrió en el procés con cuentas radicadas en Rusia y Venezuela, desveló. «Trasladan mensajes extremistas y radicales desde el anonimato». «En las redes tiene más valor y mas likes lo que dice un energúmeno que un premio Nobel», zanjó Rajoy.
Tampoco se olvidó de la inmigración, donde defendió su regulación con orden para evitar precisamente que se convierta en «munición electoral par extremistas».
Por último, cerró el acto con la parte «más humana» del libro, que incluye hasta un decálogo de consejos a jóvenes. Al «Gobierno Frankenstein» le echa en cara sobre todo que su «principal acervo negativo» fue «cargarse los consensos», algo que «quedará para la historia».
Y al final, para aquellos que acudieron a San Francisco en busca de frases célebres de Mariano Rajoy, les brindó algunas de las que se pueden leer en el libro. «A veces no tomar una decisión es una manera de tomarla» o «no mientas. Si no es posible decir la verdad, pues cállate». Quien quiera más, están en las hojas de El arte de la política, a 19,95 euros.











