La salud de Octavio se ha visto mermada desde que sufriera una insuficiencia respiratoria en prisión. El empresario, ya en su mansión, se recupera lentamente, con sus dosis de pastillas y enchufado todo el rato a un respirador para que le ayude en el día a día.
Octavio se presenta en el hospital para hacerse unas pruebas, y éstas arrojan el mejor de los resultados: el diagnóstico no es tan grave y se está recuperando favorablemente ya que su organismo está reaccionando bien al tratamiento. “Vais a tener que esperar un poquito para enterrarme”, le dice el empresario a Álvaro, casi en tono de burla.
Las noticias son esperanzadoras, aunque Octavio no quiere que su buena recuperación llegue a oídos del resto de su familia. “De momento no les digamos nada”, le comenta a Álvaro, con la excusa de que están todos tan pendientes de él que quiere disfrutarlo un poco más.
¿Qué se traerá Octavio entre manos con esta decisión de ocultar su salud a tu familia?










