La peste porcina, más allá de afectar a la fauna del campo y su entorno, se ha propagado hasta las normativas legales de Aragón. Ya hay vigente un decreto ley que busca frenar la propagación de este virus africano y reorganiza la caza de jabalís en la comunidad. Un plus económico por animal abatido, permisos para usar métodos de caza excepcionalmente prohibidos y protocolos nuevos ante esta circunstancia son algunas de las condicionies. Los sotos y las cuadrillas de cazadores son los que más están al tanto de estas novedades y quienes están llamados a ser los ‘contenedores’ de esta enfermedad que sólo afecta a los animales. Varios de ellos toman nota y explican a este diario cómo se van a organizar de cara a estas primeras jornadas y lo que supone para ellos.
Esta afición puede llegar como herencia familiar, como en el caso de Héctor Arregui, que con casi 19 años lleva siete jabalís abatidos y más de seis años yendo al campo de los alrededores de Uncastillo, en las Cinco Villas. «Este es mi cuarto año cazando en pertenencia de licencia de armas. Como tal, llevo yendo de acompañante unos seis o siete», apunta el joven zaragozano.
Su cuadrilla estará conformada por unas 30 personas y, por lo general, desde la aprobación de este nuevo decreto ley no planean implementar «ningún cambio en su rutina». «Cazar de momento sólo podemos cazar los días indicados: jueves, sábado y domingo«, un planning de caza que va desde las 7.00 horas, cuando quedan «para distribuir todos los puestos» de la jornada, hasta más de la mitad de tarde, cuando llegan a la nave del municipio para hacer recuento de cuántos jabalíes ha dejado el día y esperar que «el camión efectúe su recogida».
Respecto a la recompensa que se ofrece por jabalí, en un principio sí que les iba a incentivar a cazar más y a motivar en su día a día al ser «una buena cantidad de dinero», aunque tras varias consultas los ánimos cayeron. «Quizás si viniera alguien a recogerlos sí, pero por lo que nos hemos informado hay que llevarlos a un punto de recogida y no nos merecía la pena«, explica.
Su abuelo, Antonio Casaus, también es cazador desde los 16 años, todo un «veterano» en el sector ahora con 73 y apunta a que la peste porcina va a costarles más trabajo. «Este virus nos va a tener que ocupar e intensificar las batidas y la responsabilidad de los cazadores«, asegura a este diario. A lo que también añade que el número de jabalís que cacen será mayor, cuando en la actualidad pueden estar cazando perfectamente «diez al día». Su nieto alega que «realmente no sé si se logrará matar más», ya que «en muchas zonas han aumentado la cantidad de batidas organizadas y les puede llegar a afectar al haber menos». «Desde el inicio de la temporada en septiembre llevamos un total de 91, veremos».
En la misma localidad, pero en diferente soto, está el caso de Alejandro Rived, que con tan solo 17 años ya tiene su propio permiso de armas y ha logrado matar tres jabalíes. «En cuanto pude sacarme la licencia, ni me lo pensé», relata el joven de Casetas, que cada vez que puede va al monte, una afición que le inculcó su padre desde que era sólo un niño. «Solemos ir cada fin de semana unas 15 o 20, los que podemos»
Una rutina muy similar a la de Arregui, pero a diferencia de su cuadrilla, sí que buscarán un beneficio y aprovecharán esos casi 30 euros por cadáver entregado a la ciencia. «Ese dinero será destinado al mantenimiento de los perros, siempre lo pagamos entre todos y es bastante costoso. Con esta ayuda nos ahorraremos mucho», apunta.
Con peste o sin peste, «la técnica será la misma» y estima que mantendrán un ritmo de caza similar al de los últimos fines de semana, es decir, diez jabalíes en cada uno. ¿La temporada se alargará? Por el momento, dudas. «No sabemos si pasará. Acaba en febrero, pero si así se hace, seguiremos cazando como siempre«, concluye.
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